Violette Noziere
El caso de Violette Noziere en Par¨ªs viene a ser parecido a aquel otro no menos famoso de Flor de Oto?o en Barcelona. Partidas por gala en dos sus vidas, se dividieron hasta su final en una doble personalidad bien diferente: la del amor oculto e inconfesable y la apariencia de un tiempo acorde con su clase. Mas si nuestra Flor de Oto?o pod¨ªa dar suelta a sus inclinaciones a trav¨¦s de una s¨®lida posici¨®n y una bien cimentada fortuna, Violette Noziere, hero¨ªna de un proceso que conmovi¨® a toda Francia, cantada por Eluard como v¨ªctima de sumisi¨®n a la familia. consumi¨® sus jornadas ambiguas en busca de un hombre que le sacara de sus horas vac¨ªas, cuando no sometidas. Adem¨¢s, su crimen vino por el amor a ese hombre, y la fortuna, que suele a veces mostrarse generosa con sus v¨ªctimas, recompens¨® su entrega generosa con un final feliz dentro de la m¨¢s rancia tradici¨®n burguesa.Chabrol asegura que realizando el filme se enamor¨® del personaje y ello salta a la vista. No hay sino ver el cuidado con que ha sido recreado y con ¨¦l todo cuanto le rodea: Par¨ªs, hoteles, la habitaci¨®n mezquina donde vive, los caf¨¦s e incluso el amante venal por el que se desencadena el desenlace.
Prostituta de d¨ªa, se?orita de noche
Director: Claude ChabroL Gui¨®n: Odile Barski, Herv¨¦ Bromberger, Frederic Grendel. Adaptaci¨®n y di¨¢logos: Odile Barski, seg¨²n el libro de Jen Marie Fiere. M¨²sica: Pierre Jansenx. Fotograf¨ªa: Jean Rabier. Int¨¦rpretes: Isabelle Hupperi, Stephane A udran, Jean Carment, Liza Langlois, Dora Doll. Francia. Dram¨¢tico. 1978. Local de estreno: Alexandra.
Violette Noziere est¨¢ en todas partes con una interpretaci¨®n a cargo de Isabelle Huppert premiada justamente en Cannes. Su arte nos hace veros¨ªmil una historia tan particular que a no saber de antemano que fue cierta. seguramente dudar¨ªamos si aceptar.
Y, sin embargo, como dice el saber popular, hay cari?os que matan, incluso en el cine. Chabrol, a fuerza de conocer por menudo la vida y pasi¨®n de su joven protagonista, se olvida a veces del p¨²blico que, aun siguiendo el relato con inter¨¦s, duda en algunas ocasiones
Se dir¨¢ que el filme narra y no juzga, pero aun as¨ª no llegamos a saber con certeza qui¨¦n avasalla a qui¨¦n, si Violette a los padres o los tres a un secreto de familia que s¨®lo llega a adivinarse. Lo ¨²nico que queda claro es el amor de la muchacha por un hombre al que rodea de peque?os lujos, a quien se entrega en alma y cuerpo hasta llegar m¨¢s all¨¢ de los peque?os robos familiares, hasta la gran traca final del parricidio, el juicio y las iras populares. Su enfrentamiento con la madre, su negativa a revelar ciertos detalles al juez, la raz¨®n de un dinero puntualmente recibido e incluso la clemencia de los jueces, de Petain y De Gaulle m¨¢s tarde, desde la guillotina hasta la libertad total que culmina en la boda con el hijo del contable de la c¨¢rcel, nos hablan veladamente de alg¨²n punto oscuro que Chabrol no ha acertado o querido revelar m¨¢s claramente, de un destino particular e ins¨®lito como este filme, s¨®lido, lento, un tanto ambiguo y, a su modo, apasionante.
Babelia
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