La selecci¨®n espa?ola carece de respaldo
La pol¨¦mica que se ha suscitado en torno al trabajo de Kubala pierde gran parte de su sentido si se compara la actitud general que existe en Espa?a hacia la selecci¨®n con la que existi¨® en Argentina durante los cuatro a?os anteriores al Mundial que la proclam¨® campeona. Unos clubes y una afici¨®n volcados en la selecci¨®n y un t¨¦cnico que llev¨® a cabo un programa preconcebido y paciente fueron los elementos necesarios para que el f¨²tbol argentino -que, por otra parte, siempre dispone de espl¨¦ndido material humano- llegara al t¨ªtulo. En Espa?a, las condiciones son muy distintas, por desgracia.Bertoni, hoy jugador del Sevilla y antes del Independiente de Buenos Aires, vivi¨® como jugador de la selecci¨®n los cuatro a?os anteriores al Mundial: ?Creo que esta forma de discutir el trabajo del seleccionador habla de que, en general. en Espa?a no hay gran inter¨¦s por el equipo nacional. Yo no s¨¦ si Kubala es buen o mal t¨¦cnico, porque nunca he trabajado con ¨¦l. Pero, sea bueno o malo, lo cierto es que no puede trabajar a gusto, Para cada club, tanto para los directivos como para los aficionados, debe ser un honor que el seleccionador llame hombres para el equipo, y no una fuente de inconvenientes, como es aqu¨ª.?
El plan de Menotti
Menotti comenz¨® a trabajar cuatro a?os antes del Mundial Durante el primer a?o concentraba a sus jugadores un d¨ªa a la semana; durante el segundo, dos; durante el tercero, tres. Desde unos meses antes del Mundial los seleccionados se entrenaban durante toda la semana con Menotti, y el domingo se iban a jugar con su clubes: ?Yo jugaba en Independiente. y de mi club llamaba siempre cuatro o cinco jugadores; de River, igual o alguno m¨¢s. A nuestros t¨¦cnicos les parec¨ªa bien, porque all¨¢ cada persona es hincha de la selecci¨®n. Menotti trabaj¨® bien pero tambi¨¦n es cierto que lo tuvo todo a favor. Los t¨¦cnicos, insisto, encuentran natural que sus mejores hombres se entrenen con el seleccionador. Incluso consideran un orgullo que seleccione jugadores propios, porque eso enaltece su trabajo.?
Jugar sin internacionales
No paran ah¨ª las diferencias entre Espa?a y Argentina en lo que se refiere a la selecci¨®n. Cuando juega el equipo nacional argentino no se detiene el campeonato. Menotti program¨® incluso una gira por Europa con el campeonato argentino en marcha. Tanto para esa gira como para otros partidos los clubes que cedieron internacionales jugaron el campeonato sensiblemente debilitados: ?Sin embargo, hasta eso se encuentra normal. S¨¦ que ac¨¢ no ser¨ªa aceptable esa idea por ning¨²n equipo, y que incluso las aficiones se encrespar¨ªan. Ac¨¢ cada persona es m¨¢s hincha de su club que de la selecci¨®n. La actitud de los t¨¦cnicos que se quejan del trabajo de Kubala es comprensible, porque saben que sus aficionados no van a encontrar una disculpa para las derrotas el que no haya podido contar con los seleccionados. Todo viene de lo mismo, de que la gente quiere a los colores de su equipo m¨¢s que a los de la selecci¨®n. All¨¢, si River, Boca o Independiente juegan sin los internacionales se encuentra incluso bien, porque es una oportunidad para ver en el primer equipo a chicos que esperan la oportunidad. Claro que en Argentina surgen continuamente buenos jugadores. ?
El trabajo y el respeto
Menotti fue respetado, tanto porque en Argentina hay ese ambiente en torno a la selecci¨®n, como porque se ha sabido hacer respetar con su trabajo. En sus primeros a?os en la selecci¨®n, Kubala habl¨® de crear el ?equipo Espa?a?, y lo consigui¨® a medias, pero despu¨¦s sus contradicciones, sus equivocaciones y sus alardes folkl¨®ricos en el trabajo al frente de la selecci¨®n hicieron que se esfumara ese ambiente. Kubala hoy no es un hombre respetado. Incluso muchos de sus jugadores hablan contra ¨¦l en declaraciones a la prensa.Desgraciadamente, la Federaci¨®n tampoco se vuelca con la selecci¨®n m¨¢s que en la cuant¨ªa de las primas que entrega por victoria. En el curso del a?o 1979, el equipo nacional s¨®lo ha jugado seis partidos, y el calendario de la temporada se monta a?o tras ano sin apenas dejarle huecos a la selecci¨®n para un trabajo profundo. Desde siempre, la selecci¨®n espa?ola ha jugado poco, muy poco, sensiblemente menos que las de otros pa¨ªses en los que el f¨²tbol es fuerte. El jugador espa?ol m¨¢s veces internacional, Ir¨ªbar, ha sumado 49 partidos. En el f¨²tbol mundial hay un pu?ado de jugadores que -pasan de los cien partidos internacionales -el sueco Nordqvist, el brasile?o Rivelino, el polaco Deyna, los ingleses Boby Moore, Boby Charlton y Willy Wright-, y muchos otros que est¨¢n a punto de ingresar en ese ?club de los cien ?.
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