La delantera del Athl¨¦tic desarbol¨® al Madrid
El buen juego de los tres hombres de punta del Athl¨¦tic -Dani, Carlos y Argote, en especial este ¨²ltimo- bast¨® para derrotar ampliamente al Madrid. El equipo blanco dej¨® en San Mam¨¦s la imagen de un l¨ªder envanecido. Intent¨® un f¨²tbol preciosista que nunca sali¨®, se vio desbordado atr¨¢s por el juego positivo del Athl¨¦tic y apenas cre¨® ninguna ocasi¨®n de gol.El ala izquierda Rojo-Argote funciona. Senekovitch ha encontrado as¨ª la f¨®rmula ideal para no dejar en el banquillo a ninguno de esos dos grandes jugadores. Rojo, a quien ya falta la alegr¨ªa muscular necesaria a un extremo para desbordar por su banda, sigue siendo un jugador ¨²til por su talento y su excelente toque de bal¨®n. Argote, devuelto a la banda y recuperada la confianza en s¨ª mismo. confirma que es un gran extremo, tanto como para mantener dignamente la tradici¨®n de fenomenales extremos izquierdos del Athl¨¦tic: Gorostiza, Gainza y Rojo. Con un Dani listo, h¨¢bil y marrullero en la derecha -consigui¨® burlar muchas veces a Camacho, hasta el punto de irritarle, y supo, adem¨¢s, poner al ¨¢rbitro a su favor en su duelo con el defensa madridista, pese a que la mayor¨ªa de las faltas las hacia ¨¦l- y con el resucitado Carlos en el centro de la delantera, el Athl¨¦tic tuvo lo suficiente para ganar el partido con holgura. Garc¨ªa Rem¨®n, que tuvo que resignarse en las jugadas de los tres goles, tuvo mucho trabajo durante toda la tarde, mientras que enfrente Aguirreoa quedaba semiolvidado.
El Madrid se plant¨® en el campo con suficiencia. Sacaba el bal¨®n de atr¨¢s con combinaciones pausadas, buscando sabiamente el hueco libre para encaminar el contraataque, pero arriba recurr¨ªa a las paredes cortas, al f¨²tbol excesivamente t¨¦cnico, al preciosismo. La defensa del Athl¨¦tic, fuerte y atenta -buen hallazgo el lateral Rastrojo y bien colocado siempre Guisasola para acudir al cruce- no pas¨® apuros para desbaratar todas las combinaciones. Por su parte, el Athl¨¦tic mandaba en el partido y obligaba a recular al Madrid, pero los primeros minutos no sirvieron para definir un pron¨®stico.
Las cosas se complicaron para el Madrid cuando al cuarto de hora se qued¨® sin su jugador m¨¢s fuerte, Stielike. El Madrid sin Stielike es un coche con tres cilindros, y, aunque su sustituto Garc¨ªa Hern¨¢ndez jug¨® bien, no pudo suplir la fuerza del alem¨¢n. Eso le rest¨® al Madrid posibilidades de salir al contraata que y facilit¨® la tarea del Athl¨¦tic, que ten¨ªa menos problemas para hacerse con el centro del campo. El posible peligro que la inclusi¨®n de Rojo -que no es precisamente un batallador- en la media debilitase al Athl¨¦tic en esta zona qued¨® as¨ª borrado.
Todo qued¨®, pues, en un duelo entre la delantera del Athl¨¦tic y la defensa del Madrid, y pudo largamente el ataque bilba¨ªno. Dani, ya queda dicho, se lo hizo pasar muy mal a Camacho, pero la verdadera aver¨ªa la produjo Argote, espl¨¦ndido en especial en la segunda parte, en la que se asent¨®, cogi¨® confianza y alegr¨ªa y bord¨® magn¨ªficas jugadas. Garc¨ªa Rem¨®n, con salidas arriesgadas y alguna parada bajo los palos retras¨® la llegada del gol, pero poco antes del descanso una falta provocada por Dani -fingida m¨¢s bien- era templada perfectamente sobre la cabeza del propio Dani para dar lugar al primer gol. A los nueve minutos de la segunda mitad, otro centro de Argote era rematado impecablemente por Carlos, un buen delantero centro donde los haya, y el Madrid se derrumb¨® por completo. Intent¨® salidas al ataque para remontar un partido que ya estaba perdido, pero no consigui¨® forzar la defensa vasca por el defecto rese?ado m¨¢s arriba. Argote, con campo libre para sus correr¨ªas, levant¨® varias veces al p¨²blico de sus asientos, y fue casi milagroso que no llegaran m¨¢s goles hasta el minuto 86, en el que Sarabia -que acababa de entrar en juego- tom¨® el bal¨®n y con habilidad y furia burl¨® la defensa madridista para marcar.
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