Empat¨® la Real cuando mejor jugaba el Atl¨¦tico
La Real Sociedad se encontr¨® un punto en el Manzanares. El Atl¨¦tico lo perdi¨® cuando ya hab¨ªa inclinado decididamente hacia su lado el marcador y el juego. Mas no fue una casualidad que la Real obtuviera un nuevo positivo. Ha terminado la primera ronda liguera en el primer puesto, y al t¨ªtulo de campe¨®n de invierno adjunta la estimable regularidad que supone el no haber conocido la derrota. Y hay m¨¢s: Arconada recibi¨® el domingo el cuarto gol fuera de casa. De los cuatro encajados, dos fueron de penalti.Ser¨ªa posiblemente una simplicidad acusar a la Real de conformismo en el Manzanares. Efectivamente, se enred¨® demasiado en el centro del campo y limit¨® sus ataques a espor¨¢dicos avances de Id¨ªgoras y a lanzamientos sobre el muy vigilado Satr¨²stegui, pero lo cierto es que el Atl¨¦tico, que est¨¢ en una l¨ªnea de mejor¨ªa -casi notable con respecto al primer tercio de campeonato-, impuso durante la mayor parte del encuentro su coraje y, a veces, hasta su inspiraci¨®n.
El Atl¨¦tico gan¨® a los puntos, si hici¨¦ramos un conteo box¨ªstico. Pero el Atl¨¦tico se encontr¨® con la igualada en las cartulinas porque no supo dar el golpe definitivo, el K.O. Se not¨® el domingo la ausencia de Rub¨¦n Cano, se not¨® la escasa presencia f¨ªsica de Rubio y, aunque Marcos en la segunda mitad realiz¨® las mejores jugadas que se le han visto desde que est¨¢ en el Manzanares, siempre falt¨® el hombre con punch.
El Atl¨¦tico aline¨® el domingo a dos de los mejores fichajes que ha realizado en los ¨²ltimos a?os: Navarro y Pal¨ªn Gonz¨¢lez. Al portero apenas se le not¨® esa lesi¨®n que, sin duda, le impedir¨¢ alcanzar las altas cotas que se le pronosticaban, pero al delantero le falt¨® la movilidad que ten¨ªa en su ¨¦poca rayista. Tengo para m¨ª que Gonz¨¢lez sali¨® a jugar porque Luis no ten¨ªa otro hombre de quien echar mano. Gonz¨¢lez necesita, adem¨¢s, de cierta dosis de confianza para que recupere algunas de sus cualidades, el milagro de que su rodilla tenga la fortaleza ideal.
Era temible la Real porque posee una defensa bien conjuntada y sin fisuras, un portero magn¨ªfico y una l¨ªnea de volantes con Zamo ra, Diego y Alonso; de primer orden. Y L¨®pez Ufarte. Ocurri¨®, sin embargo, que Zamora se perdi¨® las m¨¢s de las veces y Diego se encogi¨® durante los noventa minutos Alonso altern¨® momentos brillantes y de principal acarreador de balones hacia el ¨¢rea atl¨¦tica con pases horizontales, que retrasaron los avances realistas y dieron tiempo a los defensores atl¨¦ticos a colo carse o facilitaron la labor de corte de los centrocampistas rojiblancos
Lesionado Leal casi al comienzo, Luis tuvo que echar mano de Guzm¨¢n. El ex rojiblanco y Robi ejercieron la labor de correcaminos, y Dirceu pudo dedicarse a crear m¨¢s de una ocasi¨®n de buen juego. Dirceu, mientras se mantuvo en el terreno, que abandon¨® cojeando, realiz¨® una meritoria labor en funciones de marcaje que no se le suponen. Quien m¨¢s balones rob¨® durante todo el encuentro fue ¨¦l. L¨¢stima que su bien organizada cabeza no encuentre siempre un feliz continuador de sus ingeniosas soluciones.
La escasa clientela del Manzanares, que este a?o acude al campo con el temor siempre agarrado al cuerpo, sali¨® el domingo satisfecha porque su equipo, aunque no logr¨® la victoria, s¨ª hizo m¨¦ritos para obtenerla y adem¨¢s no se acomplej¨® ante un conjunto que est¨¢ funcionando magn¨ªficamente. El Atl¨¦tico tiene otro tono. El coraz¨®n le funciona.
A la Real no le sali¨® su partido y no se mentaliz¨® para ganar. La Real busc¨® el empate m¨¢s que la victoria, porque era lo que necesitaba para alcanzar al Madrid, que hab¨ªa ca¨ªdo en San Mam¨¦s. Dio la impresi¨®n de que el resultado de Bilbao condicion¨® el encuentro del Manzanares. De cualquier manera, el partido alcanz¨® un tono superior a la media habitual.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.