Es cierto: hubo compromisos
Debo empezar por decir que estas l¨ªneas son m¨¢s un testimonio vivo de lo que aconteci¨® en las largas y dif¨ªciles jornadas de conversaci¨®n que se mantuvieron en la Moncloa, con ocasi¨®n del Estatuto de Guernica, que una opini¨®n puramente subjetiva y partidista. No mueve mi pluma en estos momentos la tentaci¨®n l¨®gica de emplear este art¨ªculo como arma arrojadiza, sino el deseo de que contribuya a esclarecer el actual estado de cosas. Me propongo, pues, eliminar toda agresividad y abrir adem¨¢s, si es posible, cauces de di¨¢logo. Esta es, al menos, la intenci¨®n que preside este trabajo.Durante estos ¨²ltimos d¨ªas hemos asistido a una carnavalesca ceremonia colectiva de rasgarse vestiduras frente a una decisi¨®n, ya hace tiempo anunciada, que el PNV adopt¨®, consistente en un abandono temporal de su presencia y actividad en las dos c¨¢maras del Congreso y Senado y en el Consejo General Vasco. Que yo recuerde, a nivel del Estado s¨®lo este medio de informaci¨®n, que hoy me abre sus puertas, tuvo la honradez y sensatez de analizar no tanto la medida como sus causas y sus posibles efectos, y ello sin perjuicio de su libre opini¨®n al respecto, porque el resto se uni¨® en un coro interesado de improperios que, sin examinar, criticar e incluso censurar los motivos de la decisi¨®n, se limit¨® m¨ªseramente a calificar de chantaje la misma y a intentar desvirtuarla. Sin ninguna pretensi¨®n, no debo ocultar que esta conducta se parece como dos gotas de agua a la que de modo general se ha tenido hist¨®ricamente frente al llamado problema vasco.
A lo largo del debate cuasi p¨²blico que ha originado la comentada postura del PNV han salido a relucir los ya famosos ?compromisos o pactos pol¨ªticos? que acompa?aron al texto estatutario. Como su existencia y car¨¢cter han sido puestos en tela de juicio por unos y negados por otros, es mi deber poner sobre el tapete, con realidad descarnada, lo que de ellos s¨¦, en mi calidad de miembro permanente de la comisi¨®n del PNV que discuti¨® en la Moncloa el Estatuto de Guernica, a?adiendo que en esa condici¨®n no falt¨¦ a una sola sesi¨®n de conversaciones ni por un solo minuto, permaneciendo en ellas hasta el m¨¢s ¨²ltimo momento.
Desde el principio al final de la discusi¨®n estatutaria hubo una idea, latente primero y expresa despu¨¦s, que la presidi¨® a modo de condici¨®n sine qua non, y que yo llamar¨ªa, para entendernos, ?acuerdo o compromiso paraguas?; es decir, el compromiso que iba a cobijar de cualquier chaparr¨®n centralista al esp¨ªritu y letra del Estatuto. Este acuerdo consist¨ªa en que:
1. El contenido del Estatuto no ser¨ªa en modo alguno recortado, lesionado o puesto en duda por leyes posteriores.
2. El desarrollo, plasmac¨ª¨®n pr¨¢ctica e interpretaci¨®n del contenido estatutario ser¨ªa arm¨®nico, l¨®gico y coherente con el esp¨ªritu aut¨¦nticamente autonomista que lo inspira, tanto m¨¢s en lo que se refiere a las posibles lagunas, dudas o ambig¨¹edades de que adolece, que habr¨ªan de resolverse en el sentido m¨¢s favorable a la autonom¨ªa y sin cicater¨ªa alguna.
3. La puesta en marcha de la autonom¨ªa en las facetas m¨¢s apremiantes (ense?anza, polic¨ªa, conciertos, etc¨¦tera), as¨ª como en lo tocante a las instituciones auton¨®micas, ser¨ªa r¨¢pida y aut¨¦ntica.
Ni m¨¢s ni menos, este es el ?compromiso paraguas?. Yo no s¨¦ c¨®mo se entiende en algunos pagos ..el concepto compromiso; pero, para, nosotros, ?la coincidencia firme y real de dos voluntades expresamente manifestadas sobre algo concreto? lo es ya, sin necesidad de ning¨²n otro requisito formal. Si este concepto es v¨¢lido, y para nosotros lo ha sido siempre, entonces hubo y hay compromiso, pacto o acuerdo.
Coincidencia de voluntades
Bajo est¨¢ idea motor de todas las conversaciones y de la aceptaci¨®n del Estatuto de Guernica por el PNV hubo, bajo ese paraguas, compromisos o coincidencia expresa de voluntades respecto a algunos temas m¨¢s, y de modo concreto y fundamental, los relativos a educaci¨®n, pol¨ªtica aut¨®noma, procedimiento para la posible incorporaci¨®n de Navarra, por citar los m¨¢s pol¨¦micos y sin olvidar los referentes a la interpretaci¨®n de ciertos conceptos terminol¨®gicos de indudable alcance. -
En materia de educaci¨®n se lleg¨® a atribuir a la comunidad aut¨®noma vasca, como aparece en el Estatuto, la ense?anza en toda su extensi¨®n, niveles y grados, modalidades y especialidades. Se coincidi¨® expresamente, se acord¨® considerar ¨¦sta como una competencia plena, legislativa y ejecutiva, de la comunidad en materia de educaci¨®n sin otros l¨ªmites, adem¨¢s de la inspecci¨®n del Estado y del art¨ªculo 149.1.30 de la Constituci¨®n, que el respeto a los principios del art¨ªculo veintisiete de la Constituci¨®n y leyes org¨¢nicas que lo desarrollen, ?entendiendo mutua y expresamente? que ese desarrollo ser¨ªa de car¨¢cter absolutamente b¨¢sico, m¨ªnimo e indispensable. Pues bien, no hace falta ser muy avispado para comprobar c¨®mo ha quedado es compromiso a la luz del actual proyecto de ley de autonom¨ªa universitaria que regula aspectos hasta de car¨¢cter reglamentario o administrativo.
La polic¨ªa aut¨®noma
La competencia en materia de polic¨ªa aut¨®noma queda perfectamente plasmada en el art¨ªculo diecisiete del Estatuto, a trav¨¦s de un proceso de actualizaci¨®n del r¨¦gimen foral vasco. Hubo, no obstante, entre otros, un delicado problema de indudable importancia, cual es la junta de seguridad, que, seg¨²n el propio Estatuto, es paritaria. Como no hubo forma de llegara un acuerdo sobre qui¨¦n la deb¨ªa presidir, se lleg¨® al acuerdo o compromiso de que no tendr¨ªa presidente alguno.
Esta ?coincidencia manifiesta de voluntades? se debe contrastar con el proyecto de ley de polic¨ªas de las comunidades aut¨®nomas, que, adem¨¢s de rebajar el techo estatutario, se?ala como presidente de la junta de seguridad al delegado del Gobierno en cada comunidad respectiva. habiendo UCID votado en contra en la Comisi¨®n Constitucional una enmienda del PNV que pretend¨ªa que se respetase el ?compromiso?. Y esto sin entrar en el proyecto de ley de seguridad ciudadana, que conculca de modo expreso una interpretaci¨®n racional de lo que debe ser la polic¨ªa en Euskadi a la luz del Estatuto.
El art¨ªculo 47.2 del texto estatutario se?ala meridianamente cu¨¢l es el procedimiento que habr¨ªa que emprender para su reforma si ¨¦sta viniera exigida por la posible incorporaci¨®n de Navarra a la actual comunidad aut¨®noma vasca. En Navarra. concretamente, esa reforma habr¨ªa de ser aceptada previamente por el ¨®rgano foral competente. Posteriormente, la reforma exige el refer¨¦ndum del conjunto de los territorios afectados, La interpretaci¨®n objeto de ?coincidencia de voluntades expresamente manifestada? al respecto, es que el c¨®mputo del refer¨¦ndum mencionado es global, sin distinguir si los votos son alaveses, vizca¨ªnos, navarros o guipuzcoanos Esta interpretaci¨®n de la comunidad aut¨®noma como circunscripci¨®n ¨²nica fue refrendada por el portavoz de UCD en el acto de rectificaci¨®n del Estatuto, se?or Viana, y motiv¨® el abandono de los ucedistas navarros Pegenaute y Monge.
Casi a rengl¨®n seguido, UCID rechaza la m¨¢s m¨ªnima posibilidad de que pueda haber una circunscripci¨®n que no sea la provincia, es decir, veta contundentemente la interpretaci¨®n ?acordada? y ratificada por UCD y que adem¨¢s es la m¨¢s l¨®gica y racional. No quiero dejar de constatar que as¨ª como en la ponencia figuraba ?refer¨¦ndum de los territorios afectados?, en el texto definitivo aprobado en la Comisi¨®n y Pleno se introdujo la m¨¢s que significativa correcci¨®n de decir ?refer¨¦ndum del conjunto de los territorios afectados?, lo que motiv¨® el voto en contra del ucedista Marco Tabar. precisamente por entender lo que se deb¨ªa entender.
Principios generales
Terminar¨ªa este cap¨ªtulo se?alando que hubo ?coincidencia expresa de voluntades? a la hora de determinar el alcance de algunos t¨¦rminos como los de legislaci¨®n b¨¢sica, normas b¨¢sicas, en el marco de la ley y semejantes, que proliferan en el Estatuto. Estas expresiones se habr¨ªan de entender con el car¨¢cter de principios generales, normas m¨ªnimas rectoras, l¨ªneas generales, etc¨¦tera, que con un sentido muy amplio permitieran un alto poder legislativo y ejecutivo a las comunidades aut¨®nomas.
Sin bajar al detalle excesivo y sin ser exhaustivo, he querido dejar claro que cuando en el PNV hablamos de compromisos o acuerdos es porque existen y deben respetarse, como nosotros estamos dispuestos a hacerlo. Es m¨¢s, y para no faltar a la verdad, dir¨¦ que hubo otro acuerdo, y es que colaborar¨ªamos con UCID en la medida de nuestras posibilidades y convicciones para que el desarrollo de la Constituci¨®n a trav¨¦s de las diversas leyes fuese lo m¨¢s democr¨¢tico y justo posible. No hemos tenido la oportunidad a¨²n de hacerlo y lo sentimos.
Pero no s¨®lo es esto lo que preocupa en el PNV, nos preocupa y mucho el que no salga un solo proyecto de ley del Gobierno que recoja espont¨¢neamente el t¨¦rmino ?nacionalidad?, o que respete voluntariamente las competencias estatutarias si no es porque luego hay que luchar a trav¨¦s de enmiendas para que as¨ª se haga. Somos testigos de c¨®mo la mayor¨ªa de los proyectos de ley del Gobierno tienen que ser enmendados, generalmente por el PNV, para que respeten el texto estatutario y no lo conculquen, y lo somos tambi¨¦n de lo que cuesta conseguirlo a trav¨¦s de innumerables conversaciones; es tan cierto como que pr¨¢cticamente esta concreta tarea enmendante y de vigilancia ocupa la mayor parte de la actividad de los diputados vascos. ?Acaso este ejemplo no denota una clara intenci¨®n de cogernos de improviso y colarnos alg¨²n gol antiestatutario?
No son pretextos
Se hace preciso repetir, una vez m¨¢s, que el PNV no disfruta. adoptando estas medidas, que no anda buscando pretextos para llamar la atenci¨®n y ocultar problemas internos, que no goza en su actividad de constante denuncia, que tiene objetivos y compromisos m¨¢s importantes que el inventarse obst¨¢culos y que no usa, como otros, el chantaje o la compraventa. ?Creen acaso, honrada y sinceramente, que todo el proceso estatutario va sobre ruedas, que aqu¨ª no est¨¢ pasando nada, que el traspaso de competencias es para bailar y re¨ªr de satisfacci¨®n, que el CGV tiene un verdadero poder, que los ayuntamientos y diputaciones cuentan con medios, que el problema de Navarra est¨¢ resuelto, que las leyes org¨¢nicas citadas por el PNV no rozan ni de lejos el Estatuto? ?Creen acaso que ocult¨¢ndolo ayudamos al normal funcionamiento de la democracia, que quedarnos de brazos cruzados o cerrar los ojos es la soluci¨®n? ?Creen acaso que si no fuera cierto todo esto, el PNV hubiera tomado una decisi¨®n de tama?a trascendencia? ?Creen acaso que estos problemas no est¨¢n ¨ªntimamente relacionados como causa a efecto con el paro, con la violencia, con el impuesto revolucionario, con la crisis general y de todo orden que sufre Euskadi? ?Creen acaso que deslig¨¢ndolos se consigue la paz, el trabajo, el bienestar general? Si as¨ª lo creen, con todo respeto he de decirles que todav¨ªa no se han enterado de lo que pasa en Euskadi.
UCD no puede ser tan ciega para no ver como el PNV ha votado afirmativamente todas aquellas leyes, org¨¢nicas o no, que suponen un avance democr¨¢tico y no perturban los contenidos del Estatuto. UCD no puede dejar de ver como el voto negativo ha sido en ¨²ltima instancia reservado s¨®lo para aquellas leyes que pon¨ªan en entredicho un desarrollo armonioso y l¨®gico de la letra y el esp¨ªritu del Estatuto. Si lo sabe y lo ve, hay que admitir. como frivolidad pol¨ªtica, que asusta, y como irresponsabilidad incalculable, la actitud de UCD que violando compromisos pol¨ªticos otra vez arrincona y orilla al PNV, tentaci¨®n nada nueva, por otra parte; basta recordar el pacto PSOE-UCD para no permitir a Ajuriaguerra ser presidente del CGV, porque, y la experiencia lo ha demostrado, ¨¦ste no es el mejor camino para solucionar los problemas de Euskadi y del Estado.
El PNV no aspira a ?imponer su voluntad a todo un Parlamento que representa al pueblo espa?ol en su conjunto?, como dice UCD; aspira ¨²nicamente a que se reconozca no s¨®lo en teor¨ªa y de palabra, sino en la pr¨¢ctica y con hechos, los leg¨ªtimos e irrenunciables derechos de Euskadi y a que sea coherente con el voto afirmativo y casi un¨¢nime que otorg¨® al Estatuto de Guernica. Este reconocimiento y esta coherencia son los que pueden determinar que el PNV reconsidere su postura a trav¨¦s del di¨¢logo que siempre ha ofrecido y nunca rechazado.
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