General¨ªsimo se convierte en paseo de la Castellana
Veintisiete c¨¦ntricas calles madrile?as, entre ellas la avenida del General¨ªsimo, se llaman desde ayer de otra forma. Aunque la medida no entrar¨¢ en vigor hasta dentro de seis meses, el pleno del Ayuntamiento de Madrid decidi¨® ayer por mayor¨ªa, con los votos en contra de UCD, devolver a las calles sus denominaciones anteriores al 14 de abril de 1931, fecha de la proclamaci¨®n de la Segunda Rep¨²blica.
La sorpresa de la sesi¨®n plenaria de ayer volvi¨® a darla nuevamente el grupo de concejales de UCD, el cual, pese a haberse mostrado favorable al cambio de nombre de las calles (con la excepci¨®n de la avenida del General¨ªsimo, por no existir en 1931) en las sesiones informativas preparatorias del pleno, vot¨® en contra, despu¨¦s de que fuesen derrotadas dos propuestas de su grupo. Una de ellas solicitaba la retirada de la propuesta para nuevo estudio, por considerar precipitada la decisi¨®n, y la otra ped¨ªa que se cambiaran solamente aquellas calles cuya denominaci¨®n actual tuviera un aut¨¦ntico arraigo popular, lo que, en opini¨®n de UCD, significa respetar la avenida del General¨ªsimo, ya que no s¨®lo es conocida por este nombre, sino que adem¨¢s a la zona de influencia se la denomina ?Zona General¨ªsimo?.La primera de las enmiendas la bas¨® UCD en la facultad que tienen los concejales de exigir la retirada de puntos del orden del d¨ªa, posponi¨¦ndolos para nuevas sesiones, siempre que el alcalde no decrete que los mismos tienen consideraci¨®n de urgencia.
As¨ª fue considerado por el alcalde en funciones, Ram¨®n Tamames, quien decret¨® que el cambio de calles fuera sometido a votaci¨®n. La misma fue ganada por 33 votos a favor (PSOE y PCE) y veinticuatro en contra (UCD).
La propuesta fue defendida por Enrique Moral, concejal socialista de Cultura, quien reiter¨® los motivos por los que se proced¨ªa al cambio de calles y que han sido ampliamente difundidos por los medios de comunicaci¨®n en las ¨²ltimas semanas.
Moral dijo, en s¨ªntesis, que el cambio de los nombres de las calles era una nueva prueba del esp¨ªritu de concordia que predica la Constituci¨®n, por tratarse de nombres todos ellos relacionados con la guerra civil, que fueron cambiados tras la contienda de forma indiscriminada. Moral explic¨® que en ning¨²n momento se trataba de revanchismo, ya que se devolv¨ªa a las calles sus nombres anteriores, excepto en el caso de General¨ªsimo, de la que dijo que, aunque se hubiera inaugurado por Franco, su trazado era de principios de siglo.
El concejal de Cultura a?adi¨® que en Madrid hab¨ªa m¨¢s de doscientas calles con motivos relacionados con la guerra civil y que se hab¨ªa considerado que no era necesario cambiar todas ellas, para evitar molestias adicionales. Agreg¨® que la decisi¨®n no era en modo alguno precipitada. pues se trataba del resultado de casi nueve meses de trabajo por parte de los tres partidos pol¨ªticos del Ayuntamiento y que, en todo caso, se hab¨ªa hecho de un modo ponderado, sopesando todos los posibles inconvenientes. Asegur¨® que el coste de la operaci¨®n era m¨ªnimo y que el Ayuntamiento correr¨ªa con la mayor parte del mismo.
UCD: "No se puede ir contra la historia"
Las circunstancias hicieron que fuera el concejal de UCD Jaime Cortezo, hombre antifranquista en vida de Franco, quien hiciera la defensa del nombre actual de las calles y, en concreto, la de la avenida del General¨ªsimo. Afirm¨® que para bien o para mal, el general Franco hab¨ªa entrado en la historia y que, a pesar de las fobias o las filias, cambiar el nombre de la avenida del General¨ªsimo era ir contra la historia, borrar de un solo golpe cuarenta a?os de historia.
Cortezo agreg¨® que no deb¨ªa quitarse este nombre, sino buscar calles para otros jefes de Estado que a¨²n no dispon¨ªan de ellas en Madrid.
?La medida nos parece impopular. Los vecinos no quieren el cambio de los nombres. Tambi¨¦n creemos que pol¨ªticamente la medida es poco prudente?, se?al¨®. Expuso m¨¢s tarde que la medida podr¨ªa ser peligrosa por el car¨¢cter ejemplarizador que tienen todas las decisiones que adopta la capital de Espa?a, y termin¨® se?alando que el coste de la operaci¨®n hab¨ªa sido situado por UCD en 1.400 millones.
Moral rebati¨® uno a uno los argumentos de UCD para afirmar ya en tono agresivo que nadie pretende borrar a Franco de la historia porque dispone a¨²n de dos o tres calles m¨¢s en Madrid con su nombre, y se?al¨® que le parec¨ªa grotesca la cifra de 1.400 millones de pesetas, por cuanto los estudios realizados por su Delegaci¨®n situaba el coste de la operaci¨®n en muy pocos millones de pesetas. A?adi¨® adem¨¢s que seis meses de espera en la aplicaci¨®n de la medida eran m¨¢s que suficientes.
Sometida a votaci¨®n la enmienda a la totalidad de UCD, fue derrotada por 33 votos contra veinticuatro. El mismo resultado se repiti¨® cuando se procedi¨® al escrutinio de la propuesta del cambio de nombre de las calles, tal y como hab¨ªa sido llevada al pleno por la Concejal¨ªa de Cultura.
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