Occidente, Rusia y el Islam
Estamos viviendo una de las m¨¢s agudas crisis en las relaciones internacionales desde la segunda guerra mundial. Los protagonistas de esa crisis son, como lo han sido siempre, a partir de esa guerra, EEUU y Rusia. Pero, en esta ocasi¨®n hay un tercer e importante personaje que de un lado es causa de la crisis y de otro empieza a cobrar verdadero protagonismo en el desarrollo de los acontecimientos: el Islam. Ese complejo y vario mundo isl¨¢mico est¨¢ adquiriendo una fuerza singular por dos razones: la vitalidad de sus creencias religiosas, en un mundo materialista y esc¨¦ptico, y la posesi¨®n de un porcentaje importante de la fuente de energ¨ªa que m¨¢s significaci¨®n tiene en este momento en el mundo: el petr¨®leo. Yo no s¨¦ si la tensi¨®n desencadenada en Oriente Pr¨®ximo, primero por el problema palestino, luego por la revoluci¨®n iran¨ª y finalmente por la ocupaci¨®n sovi¨¦tica de Afganist¨¢n, desencadenar¨¢, como muchos temen, la tercera guerra mundial. Esperemos que no sea as¨ª, debido en partes iguales a la cordura y al rec¨ªproco temor de quienes pueden declararla.
Pero, en cualquier caso, creo que vale la pena, en el estado actual de las cosas, hacer algunas reflexiones sobre las causas y el alcance de la crisis internacional, las piezas que se mueven en el tablero, donde se est¨¢ jugando tan dram¨¢tica como emocionante partida y el papel que en todo ello juega el mundo isl¨¢mico, al que yo calificar¨ªa en muchos aspectos como el gran desconocido y el gran incomprendido por Occidente.
El Islam fue por muchos siglos el enemigo de la Cristiandad, con la que libr¨® una singular batalla que tuvo en Espa?a una duraci¨®n de casi ocho siglos (tambi¨¦n con sus fases de guerra abierta y ?guerra fr¨ªa?). En esa batalla venci¨® la Cristiandad, venci¨® Occidente. Curiosamente, por aquel tiempo el mundo isl¨¢mico pa dec¨ªa una crisis de fe, y el cristia nismo, una explosi¨®n de espiri tualidad. La fe del Islam se ador mec¨ªa en aquel tiempo en el colch¨®n de su opulencia y el cristianismo enardec¨ªa su fe en su misma pobreza. Ahora, me parece que los papeles est¨¢n cambiados.
Creo que para comprender con claridad lo que est¨¢ ocurriendo en Oriente Pr¨®ximo hay que tener en cuenta que el islamismo constituye un sistema de vida y de valores completamente distinto del que preside la vida occidental. Un sistema al que se ajustan cientos de millones de seres, en millones y millones de kil¨®metros cuadrados, desde las costas del Atl¨¢ntico hasta las del oc¨¦ano Iwdico, en una faja de tierra que va desde Marruecos hasta Bangladesh. Durante siglos, estos pueblos han estado dominados de una forma por Occidente, que no s¨®lo se ha aprovechado de su riqueza o su pobreza, sino que ha querido imponerles su propio sistema de vida. Y estos pueblos han tolerado mal lo primero, pero mucho peor lo segundo, porque se consideran con derecho a defender el sistema de valores que heredaron de sus pqdres y de sus abuelos, que entronca en las ra¨ªces de su fe, y cuyo intento de cambio, pac¨ªfico o violento, constituye para ellos una agresi¨®n.
Rusia, que con independencia de su encuadramiento pol¨ªtico internacional, no deja de ser un pa¨ªs occidentalizado (y cada vez m¨¢s), ha venido jugando estos a?os su pol¨ªtica en Oriente Pr¨®-
(Pasa a p¨¢gina 10)
Occidente, Rusia y el Islam
(Viene de p¨¢gina 9)
mo, intentando hacer compatible marxismo e islamismo y fomentando la rebeli¨®n del mundo isl¨¢mico frente a la ?agresi¨®n? y al dominio de Occidente, con el objetivo ¨²ltimo de incluir esos pueblos en su ¨¢rea de influencia y controlar un petr¨®lo que supondr¨ªa dejar a Occidente, y muy especialmente a Europa, en una situaci¨®n de debilidad rayana en el caos. Estados Unidos, por su incomprensi¨®n del problema isl¨¢mico, por su af¨¢n de crear y fortalecer el Estado de Israel en contra de la causa palestina, por su ceguera en ejercer su dominio y su influencia econ¨®mica, pretendiendo de hecho el cambio de estos pueblos hacia el sistema de vida de Occidente, ha facilitado el juego de Rusia, que ha ido as¨ª ganando posiciones en esta parte del mundo, mientras se debilitaba la influencia de EEUU y Europa, y se creaban y acrecentaban los movimientos de rechazo.
En la ca¨ªda del sha de Ir¨¢n tal vez tuve, m¨¢s influencia que las supuestas inmoralidades econ¨®micas u opresiones pol¨ªticas que le atribuyen ahora su intento de ?occidentalizar? el pa¨ªs en su forma de vida (de la mano de Estados Unidos, que ahora le vuelve la espalda), con lo cual el sentimiento religioso de los iran¨ªes se sinti¨® agredido en sus m¨¢s profundas ra¨ªces, y por ello vimos que, por encima de todo, la revoluci¨®n iran¨ª tuvo un sentido espiritual o religioso, mucho m¨¢s que econ¨®mico o social.
Este mismo sentido religioso del mundo isl¨¢mico es tambi¨¦n el mayor obst¨¢culo que ha encontrado Rusia para su penetraci¨®n en estos pa¨ªses. S¨®lo ha podido hacerlo somerarnente y a nivel de minor¨ªas. Pero como el sistema ruso de vida es por lo menos tan materialista como el de occidente, al final, el mundo isl¨¢mico se est¨¢ rebelando tambi¨¦n contra Rusia.
Afortunadamente, Rusia no ha tenido tiempo suficiente o posibilidades de crear en cada uno de estos pa¨ªses un cuadro de dirigentes marxistizados, que pudieran en un momento dirigir y controlar las masas populares isl¨¢micas en una especie de anticruzada contra Occidente. Y no ha podido hacerlo, precisamente porque tampoco ha sido consciente de la importancia del factor religioso en los pueblos isl¨¢mico y de que ese factor religioso implica todo un sistema de vida incompatible con el colectivismo marxista, probablemente en mayor medida que con el capitalismo y la filosof¨ªa de consumo de Occidente.
Y ello explica que ahora la mayor parte del mundo isl¨¢mico est¨¦ en contra de su intervenci¨®n en Afganist¨¢n. Y que la rebeli¨®n tenga tambi¨¦n all¨ª un sentido religioso. Y que esta solidaridad religiosa isl¨¢mica est¨¦ operando esa especie de milagro de hacer posible un entendimiento entre Jomeini y Carter frente a la posible agresi¨®n rusa. Ser¨ªa curioso ver pasar en pocos meses a las masas iran¨ªes desde los pu?os en alto y la quema de banderas e im¨¢genes americanas a una cooperaci¨®n con los americanos para contrarrestar la ofensiva rusa en Afganist¨¢n y la que podr¨ªa producirse en otros pa¨ªses isl¨¢micos. El tema religioso, el islamismo como sistema de vida, y no s¨®lo la defensa de la fuerza que supone el petr¨®leo, est¨¢n en la m¨¦dula de todos estos fen¨®menos; no verlo as¨ª es no entender el problema en. toda su amplitud y complejidad.
En el tablero de Oriente Pr¨®ximo y enjugadas cada d¨ªa m¨¢s peligrosas, no est¨¢n hoy enfrentados s¨®lo las blancas y las negras, Rusia y Estados Unidos. Y quien lo vea as¨ª se equivoca. Hay un tercer personaje, hay una pieza suelta que complica el juego y lo hace apasionante; es el Islam. El Islam irrumpe para pedir su puesto en el mundo y el respeto a una religi¨®n y a un sistema de vida que por generaciones es el de millones y millones de seres. No quiere ser manejado por Rusia y tampoco por Occidente, cuya agresi¨®n secular ha dejado heridas que todav¨ªa sangran. Si Ruisa o Estados Unidos se empe?an en dominar el mundo isl¨¢mico ser¨¢ inevitable la tercera guerra mundial, porque ese dominio ni lo consiente Rusia en relaci¨®n con Estados Unidos, ni Estados Unidos en relaci¨®n con Rusia. Pero, sobre todo, porque no lo consiente el propio mundo isl¨¢mico a ninguno de los dos, y provocar¨¢ la guerra para defenderse si los otros no lo hacen antes para mantener o acrecentar sus influencias.
Hay un camino para la paz. Y Occidente debe verlo claro. Es la baza que tiene que jugar ahora; cambiando su estrategia y su dial¨¦ctica de muchos a?os. Se trata de reconocer la importancia y singularidad del mundo isl¨¢mico como tal y tratar con ¨¦l en vez de intentar colonizarlo o ser beligerante en contra suya en ese problema crucial que es el hogar palestino. Tienen que entenderse con ¨¦l en una nueva dial¨¦ctica que conecte con la propia dial¨¦ctica isl¨¢mica, si no quieren empe?arse en un di¨¢logo entre sordos. Pienso que del triple enfrentamiento entre Rusia, Estados Unidos y el Islam, este va a ser el ganador, si se quiere evitar la guerra. Tengo la impresi¨®n de que ha llegado su hora. Y que Al¨¢ inspire prudencia y cordura a los dirigentes principales de ese mundo isl¨¢mico en el que est¨¢ una de las claves esenciales de la paz o la guerra en un futuro pr¨®ximo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.