Las limitaciones de los estad¨ªsticos
La transformaci¨®n o desarrollo de las sociedades y colectivos humanos est¨¢ basada en el conocimiento de datos. La actividad humana est¨¢ llena de n¨²meros, empezando por el simple recuento y clasificaci¨®n de la poblaci¨®n de acuerdo con criterios sociales y demogr¨¢ficos, y llegando al complejo mundo de la actividad econ¨®mica, donde toda clase de dato tiene su significado y aprovechamiento. Nada escapa a estas representaciones num¨¦ricas, condicionadas a m¨²ltiples subcolectivos; n¨²meros, en fin, que reflejan y hacen mover las coordenadas de nuestra propia vida en uno u otro sentido.Estas masas de datos, sistem¨¢ticamente presentados, constituyen una categor¨ªa, un tipo especial de informaci¨®n. As¨ª, pues, hay fuentes generadoras de informaci¨®n, centros receptores, transformadores y productores, y, en el ¨²ltimo eslab¨®n, centros canalizadores de la informaci¨®n que se les ofrece. La toma de decisiones, pertenece al campo de la pol¨ªtica o de la t¨¦cnica espec¨ªfica.
Por otra parte, el ciudadano conoce la existencia de un concreto colectivo humano que hace posible el anterior proceso. Este colectivo son los estad¨ªsticos profesionales, cuya actividad est¨¢ b¨¢sicamente dirigida a la producci¨®n de la informaci¨®n num¨¦rica, necesaria e imprescindible en la toma de decisiones anteriormente referida.
Al estad¨ªstico, especialista en el conocimiento de las t¨¦cnicas de obtenci¨®n de datos, le corresponde, pues, ofrecer al experto en cualquier campo de la ciencia o de la pol¨ªtica una radiograf¨ªa de la realidad en que se vive. Nos encontramos, por tanto, con dos caracter¨ªsticas del quehacer estad¨ªstico: amplitud y frecuencia. Amplitud en la extensi¨®n y cobertura tem¨¢tica de la: informaci¨®n, y frecuencia en la aportaci¨®n seriada de nuevos datos que permite el seguimiento y predicci¨®n de los fen¨®menos. Una sin otra hacen in¨²til el trabajo.
Consecuentemente con esta labor, que se presenta como imprescindibles los estad¨ªsticos -y en particular los estad¨ªsticos del Instituto Nacional de Estad¨ªstica, a los que creo interpretar-, como cualquier profesional consciente, no pueden sustraerse ante el desaflo permanente que exige la producci¨®n de una informaci¨®n de car¨¢cter tan esencial para la orientaci¨®n del bienestar y el desarrollo. La ciencia que aplica -la Estad¨ªstica- es una de las conquistas intelectuales relativamente m¨¢s recientes del ser humano y actualmente es el armaz¨®n conceptual m¨¢s adecuado para obtener medidas de colectivos numerosos. En palabras de Kendall: ?La estad¨ªstica es la base del conocimiento cuantitativo, principal instrumento hasta ahora descubierto por el hombre para poder dominar la terrible complejidad de las cosas y de las relaciones entre ellas.?
Ahora bien, los estad¨ªsticos -y nos ce?imos a nuestras experiencias en la elaboraci¨®n de estad¨ªsticas de car¨¢cter oficial en el Instituto Nacional de Estad¨ªstica- tenemos nuestras dificultades.
Estamos, y lo admitimos, como cualquier otro profesional, condicionados y limitados a nuestro quehacer por ligaduras que unas veces son propias del trabaj¨® desarrollado y otras son ajenas, pero que, en cualquier caso, podr¨ªan reducirse con una concienicia clara de las necesidades existentes y de los objetivos deseados. Ello permitir¨ªa fijar plazos y medios de alcanzar ¨¦stos y satisfacer aqu¨¦llas. A esas ataduras nos queremos referir en estas l¨ªneas.
Las d¨ªficultades con las que se encuentra el estad¨ªstico del INE en su trabajo no son siempre estrictamente t¨¦cnicas, como cabr¨ªa desear, pues ¨¦stas podr¨ªan resolverse acrecentando el ¨¢nimo y perfeccionando la operatividad profesional. Nos encontramos, por una parte, en un eslab¨®n intermedio de la cadena que va desde la compleja realidad circundante al experto que la estudia en t¨¦rminos cuantitativos y al pol¨ªtico que toma decisiones y, por otra parte, en un mercado -el de la informaci¨®n estad¨ªstica- donde no somos ?empresarios? ni ?consumidores? finales. Las necesidades son grandes, y los medios, limitados.
Los ¨®rganos oficiales m¨¢s elevados deben ser permeables a estas dificultades, no estrictamente profesionales, para que ello les conduzca a una correcta asignaci¨®n de recursos y, por tanto, a exigir a los estad¨ªsticos un trabajo cuya extensi¨®n, frecuencia y calidad est¨¦ en consonancia con los medios puestos a su disposici¨®n. Aunque no es el ¨²nico, el Gobierno, por la trascendencia de sus decisiones, es el principal usuario de estad¨ªsticas, pero ¨¦stas constituyen, adem¨¢s, un bien p¨²blico que debe servir al Estado, desde el simple ciudadano a la m¨¢s alta cabeza rectora.
Hechos concretos
Los estad¨ªsticos no podemos ofrecer conceptos, sino presentar hechos concretos, seriadamente cuantificados y respaldados por una t¨¦cnica que avale la calidad de los datos, bajo pena, como en toda. situaci¨®n de oferta escasa, de la aparici¨®n de un ?mercado negro? en que se ofrezca a un precio m¨¢s elevado un producto de m¨¢s baja calidad que, adem¨¢s, introducir¨ªa una mayor descoordinaci¨®n e incertidumbre en el marco integrado de la estad¨ªstica espa?ola.
Tenemos, pues, que:
- La normativa legal existente respalda ampliamente la actividad de los estad¨ªsticos del. INE, pero quiz¨¢ por excesivamente ambiciosa, respecto de los medios disponibles, no se ha plasmado en una efectiva coordinaci¨®n estad¨ªstica entre los diferentes departamentos de la Administraci¨®n. El nivel de direcci¨®n general asignado al INE le sit¨²a en un peque?o punto de la galaxia administrativa. Por otra parte, pero dentro del tema, la relaci¨®n y colaboraci¨®n con las actuales y futuras autonom¨ªas debe contemplarse en una normativa que no s¨®lo impida la aparici¨®n de nuevos elementos de descoordinaci¨®n, sino que potencie la extensi¨®n y calidad de la estad¨ªstica espa?ola a todos los niveles.
- Una correcta dotaci¨®n y distribuci¨®n de medios humanos y materiales, as¨ª como la flexibilidad de ciertos procesos burocr¨¢ticos es necesaria para que los estad¨ªsticos del INE puedan realizar su labor en condiciones ¨®ptimas y, as¨ª, hacer frente al reto de las necesidades estad¨ªsticas de la Espa?a actual. No hay que olvidar que toda estad¨ªstica es un gran ?iceberg? cuya parte visible no es m¨¢s que un ¨¢pice de su masa. Para obtener una tabulaci¨®n ¨²ltima ha sido necesario previamente, llevar a cabo una gran cantidad de operaciones: formaci¨®n y actualizaci¨®n de directorios o marcos -ya que, en parte por la descoordinaci¨®n antes apuntada, o por estar dise?ados sin criterios de finalidad estad¨ªstica, casi siempre es imposible la utilizaci¨®n inmediata de los proporcionados por otros organismos de la Administraci¨®n, dise?o muestral, cuestionarios, planificaci¨®n de trabajos de campo, adiestramiento de agentes, visita a las unidades objeto de estudio, recogida y proceso de datos, etc¨¦tera. Y todo eso, muchas veces -por ejemplo, en el ¨ªndice de precios de consumo-, para publicar unas pocas cifras.
- Faltan medios humanos, sobre todo en los escalones de base, auxiliares y administrativos, y faltan medios materiales id¨®neos como pueden ser instalaciones de t¨¦lex o terminales de ordenador.
Estos medios se manifiestan ya escasos, fundamentalmente por el reto que tiene el INE de abordar estad¨ªsticas econ¨®micas o perfeccionar las ya existentes. No olvidemos que, hasta hoy, la mayor¨ªa de los trabajos del INE han sido estad¨ªsticas de la poblaci¨®n y ¨¦sta ha sido la orientaci¨®n b¨¢sica desde su origen. Hoy se impone introducir, adem¨¢s, una orientaci¨®n en profundidad hacia el campo econ¨®mico.
Cara al futuro, estas necesidades se acrecentar¨¢n de forma gigantesca, introduciendo, si no se palian, mayores desfases, si pensamos, sobre todo, en dar un servicio estad¨ªstico correcto, necesario y urgente, como ya apunt¨¢bamos antes, a las actuales y futuras regiones auton¨®micas. Igual sucede si se trata de prever la infraestructura estad¨ªstica necesaria para nuestra entrada en el Mercado Com¨²n. Pensemos, al respecto, las dificultades que ha tenido una naci¨®n como Inglaterra, a pesar de su alto grado de desarrollo estad¨ªstico.
En este mismo apartado de d¨¦ficit de medios, debemos tambi¨¦n recordar la fuerte incidencia que en los trabajos del INE han tenido los movimientos sociales e institucionales de los ¨²ltimos a?os. La variaci¨®n del soporte social y econ¨®mico, no todav¨ªa totalmente decantado -por ejemplo, las nuevas organizaciones sindicales y empresariales-, introducen no pocos cambios e incertidumbre en la toma de datos estad¨ªsticos.
- Sin salirnos del tema, como representante de los estad¨ªsticos del Estado, debo recordar que solemnes promesas nos han sido hechas en muy recientes ocasiones. Algunas, como cuando Enrique Fuentes Quintana ocup¨® la Vicepresidencia Econ¨®mica del Gobierno. Por eso mismo resultan muy aleccionadoras las denuncias y tesis hechas p¨²blicas hace poco por un equipo de analistas, encabezados y unidos alrededor del profesor citado.
- Con los estad¨ªsticos se plantea, en t¨¦rminos de mayor gravedad, el ya viejo problema de la permanencia en la direcci¨®n de organismos de tipo eminentemente t¨¦cnico, que deber¨ªan estar ausentes de toda significaci¨®n pol¨ªtica. Los trabajos estad¨ªsticos llevan consigo bastante tiempo, desde su comienzo hasta su finalizaci¨®n, y los objetivos estad¨ªsticos se planifican, a veces, a cinco o diez a?os fecha. Es imprescindible, a nuestro juicioja permanencia estable de una persona en la direcci¨®n del INE.
- La independencia t¨¦cnica del INE es un bien para todos, que debemos seguir manteniendo por encima de la opci¨®n pol¨ªtica dominante en cada momento, y ¨¦sta, a su vez, aunque no siempre los resultados sean halagadores, debe potenciar esta independencia, no escatimando los medios necesarios para llevar a buen fin un trabajo que, como hemos apuntado antes, es un bien p¨²blico.
Estos son, a nuestro juicio, los verdaderos argumentos de fondo en el tema de nuestras limitaciones, en el tema de las limitaciones de los estad¨ªsticos. Ahora bien, pero mientras ¨¦stas no desaparezcan, nuestras estad¨ªsticas tendr¨¢n, en relaci¨®n con lo dicho, limitaciones de forma, de tiempo, de lugar y de fecha. En lo ¨²nico que no tienen limitaciones, de ello podemos dar fe cumplida, es de dedicaci¨®n profesional y t¨¦cnica aplicada.
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