Jorge Lavelli: "El teatro es la emoci¨®n del instante"
El director teatral argentino Jorge Lavelli, nacionalizado franc¨¦s, considerado como uno de los dramaturgos m¨¢s singulares de los escenarios europeos, opina que ?el teatro es la emoci¨®n del instante, el gesto que muere, y la puesta en escena, un arte destinado a la muerte?. El montaje de la obra Do?a Rosita la soltera, de Federico Garc¨ªa Lorca, para el Centro Dram¨¢tico Nacional, ser¨¢ su primer trabajo en Espa?a, cuyo estreno se celebrar¨¢ a finales de mes en Tenerife. Despu¨¦s de una gira por diversas ciudades, abrir¨¢ la pr¨®xima temporada del Mar¨ªa Guerrero, de Madrid.
Durante el franquismo, Lavelli no acept¨®, ?por razones ¨¦ticas y morales?, las invitaciones para montar espect¨¢culos. Su antigua amistad con la actriz Nuria Espert ha hecho posible ahora el montaje de Lorca. ?El proyecto?, declar¨® a EL PA?S, ?es anterior al nombramiento de Nuria como co-directora del Centro Dram¨¢tico. Ten¨ªamos inter¨¦s en que fuera una obra espa?ola, y despu¨¦s de estudiar un repertorio llegamos a Lorca y Do?a Rosita, una pieza muy representada en Latioam¨¦rica, que aqu¨ª no ha vuelto a ponerse desde Margarita Xirg¨².?Jorge Lavelli (Buenos Aires, 1931), realiz¨® estudios de Ciencias Econ¨®micas y de teatro en su pa¨ªs, donde fue actor y director del Teatro de Ensayo, de Buenos Aires. A la ca¨ªda de Per¨®n, se traslada a Par¨ªs con una beca y sigue cursos universitarios en el Teatro de las Naciones. Desde 1963 monta numerosos espect¨¢culos teatrales, de ¨®pera y musicales. ?Ir a Francia, sin intenci¨®n de quedarme, fue como una elecci¨®n en lo absoluto. Despu¨¦s de algunos trabajos ocasionales, mont¨¦ en la Alianza Francesa un espect¨¢culo con dos obras in¨¦ditas del poeta Jean Tardieu. Me animaron a que me presentara, en 1963,, al premio para j¨®venes compa?¨ªas, y aparec¨ª en el Teatro de las Naciones en el mejor momento de su historia, con las actuaciones de Berliner, el Piccolo, el descubrimiento del teatro africano, con la obra El matrimonio, del polaco Witold Gombrowicz.
?La mayor¨ªa de mis montajes?, dice Lavelli, ?han sido creaciones que tienen unas preocupaciones comunes. Ya en El matrimonio, de Gombrowiez, me interesaba el sentido y la organizaci¨®n "musical" del texto, como punto de partida de mi trabajo de director, que, a su vez, ligaba con la forma barroca del autor. Quer¨ªa hacer un teatro con una gran libertad en el lenguaje del gesto y la ocupaci¨®n del espacio, una b¨²squeda de lenguaje oral que escapara a las formas m¨¢s usuales del realismo y el naturalismo. ?
?El texto es un punto de partida, un signo que hay que descifrar. El teatro es una pieza muerta, cada uno tiene que articular, recrear su puesta en escena. Evoluciono en la forma de transcribir esos signos a trav¨¦s de una forma dram¨¢tica lejos de las servidumbres del psicologismo y de las miserias del teatro de bulevar y de televisi¨®n.
Lavelli admite que ?la dictadura de los directores? ser¨¢ siempre un tema pol¨¦mico. ?Es dif¨ªcil saber d¨®nde est¨¢ la apropiaci¨®n, y si la apropiaci¨®n es la mejor forma de fidelidad. Lo ideal es encontrar un texto que admita los elementos personales que van a ser la escritura esc¨¦nica. En mi trabajo, lo fundamental es saber d¨®nde est¨¢ el lugar de s¨ªntesis de los elementos, lo que va a traducir ese pensa miento; despu¨¦s viene el actor, como veh¨ªculo retraductor del autor, encontrando la parte m¨¢s inesperada de cada actor. ?
Do?a Rosita la soltera, de Garc¨ªa Lorca, tiene para Lavelli el inter¨¦s central de la idea del tiempo. ?El tiempo que pasa, que envejece, que destruye, es un elemento funda mentalmente dram¨¢tico. Junto a esto, una idea de s¨ªntesis que hay en la obra, no s¨®lo el hecho de una persona que sufre el paso del tiempo, sino tambi¨¦n la muerte de una sociedad peque?o-burguesa cerrada en s¨ª misma. Es una idea original y fuerte, con un fondo pat¨¦tico. Yo experimento con esta obra a partir de su sensibilidad, la forma despojada, el lenguaje po¨¦tico, que comporta libertad, junto con esa s¨ªntesis de una sociedad que siento asociada a esa idea chejoviana de la frustraci¨®n y la impotencia. Hay una cierta relaci¨®n entre los teatros de Lorca y Chejov, puntos comunes en la aparente simplicidad y la frustraci¨®n. Busco tambi¨¦n la relaci¨®n de Do?a Rosita con nuestro tiempo. En Lorca existe la preocupaci¨®n de? tiempo, la presencia de la muerte, y es posible que quisiera hacer la experiencia chejoviana, la s¨ªntesis de su tiempo, un tiempo que llegaba a la agon¨ªa. ?
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