Elogio del cuerno
Cierto d¨ªa, paseando bajo los soportales de Escalona nuestro famoso Lazarillo, su no menos famoso amo acert¨® a descubrir, a pesar de su ceguera, los muros de un mes¨®n todos repletos de cuernos a los que atar los recueros de las bestias, y asi¨¦ndose a uno de los m¨¢s grandes, exclam¨®: ?iDe cu¨¢ntos eres deseado poner sobre cabeza ajena y de cu¨¢n pocos tenerte por ninguna v¨ªa!?L¨¢zaro, al final del libro, reci¨¦n casado con la criada de un arcipreste y respondiendo a los que le asediaban con preguntas maliciosas acerca de sus idas y venidas, respondi¨®: ?Si sois amigo, no me dig¨¢is cosa con que me pese, que no tengo por tal a quien me quiere meter mal con mi mujer.? De esta manera, a la vez acallaba las preguntas de los otros y las propias sospechas. Tal esp¨ªritu o, por decirlo al uso de hoy, tal talante cuadra bien al personaje principal de esta pel¨ªcula, en la que la infidedad consumada en un instante viene a ser perdonada p¨²blicamente en una escena final vecina al esperpento.
Cinco tenedores
Gui¨®n de Esmeralda Adam y Manuel Ruiz Castillo.Fotograf¨ªa: Carlos Su¨¢rez. M¨²sica: Ant¨®n Garc¨ªa A bril. Direcci¨®n: Fernando Fern¨¢n-G¨®mez. Int¨¦rpretes: Concha Velasco, Jos¨¦ Sazatornil, Rafael Alonso, Agust¨ªn Gonz¨¢lez, Alicia S¨¢nchez, Manuel de Benedicio. Comedia. Espa?a, 1979. Locales de estreno: Palacio de la Prensa, Carlos III, Vel¨¢zquez, Windsor.
Puesto a tomar el toro o el ciervo por los cuernos, el protagonista se decide a afrontar la realidad, volviendo la oraci¨®n por pasiva para escarmiento de amigos p¨¦rfidos y amantes venales. Tal es su mayor virtud y la moraleja de una an¨¦cdota en que el humor cabalga al comp¨¢s de las costumbres de hoy que a¨²n ligan de modo superficial padres y soledades, adulterios y parejas. Tema dif¨ªcil para recursos f¨¢ciles, se ha sabido encomendar a una serie de actores cuya interpretaci¨®n salva, o mejora, alguna que otra secuencia peligrosa. Fundamental la aportaci¨®n de Jos¨¦ Sazatornil (Saza), que, una vez rescatado para el cine, en cada filme mejora hasta llegar a ese rango especial de lo insustituible. Gran parte de la historia descansa sobre sus espaldas. Agust¨ªn Gonz¨¢lez, en un papel m¨¢s c¨®modo, evidencia, una vez m¨¢s, su capacidad de llegar a un p¨²blico a todos los niveles, al igual que Concha Velasco, quien, del drama al humor, suele aceptar los riesgos m¨¢s convencionales.
Comedia de y para actores dirigidos por el mejor de todos, es preciso se?alar tambi¨¦n la labor de Rafael Alonso y Alicia S¨¢nchez, el primero como amigo verdadero del protagonista en este filme reverso del soneto de Quevedo, que concluye: ?Mor¨® entre un herrador y un tartamudo; fue m¨¢rtir porque fue casado y pobre; hizo un milagro y fue no ser cornudo.?
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