El antroido gallego, algo m¨¢s que una fiesta de m¨¢scaras

La represi¨®n con que los poderes eclesi¨¢sticos y pol¨ªticos han atacado la celebraci¨®n del carnaval en Galicia ha sido suficiente para desarraigar esta fiesta llena de s¨ªmbolos, colorido, ceremonias rituales, disfraces y abundante comida. Galicia celebr¨® y celebra el antroido porque constituye una aut¨¦ntica expresi¨®n del sentir popular. El antroido -todav¨ªa se discute si su denominaci¨®n correcta es una u otra- tiene significados sociol¨®gicos y pol¨ªticos m¨²ltiples y complej¨ªsimos que han logrado, en diferentes momentos de la historia, la irritaci¨®n de los poderes eclesi¨¢sticos y p¨²blicos, lo que demuestra que no se trata de una fiesta inocente, pese a los intentos fracasados que se han hecho por integrarla dentro de los esquemas que limitan las llamadas ?fiestas sociales?.

El carnaval es, sin duda, la expresi¨®n festiva m¨¢s rica de toda la cultura popular gallega. En torno a ella se desarrollan canciones, danzas, disfraces y m¨¢scaras de origen ancestral bajo las que el gallego habla de quien dio que hablar, critica a quien lo presiona, arremete contra el cacique y denuncia a quien abus¨® de su poder y autoridad. Es el momento en el que el pueblo se burla de los poderosos e incluso de s¨ª mismo por soportarlos. Y el carnaval llega acompa?ado generalmente por una fuerte connotaci¨®n pol¨ªtica. Este a?o, los nacionalistas del Bloque Nacional Popular Galego han aprovechado la celebraci¨®n para escenificar ?o enterro da autonom¨ªa?. Con un f¨¦retro a hombros, en el interior del cual se hallaba una joven enlutada representando la autonom¨ªa gallega, los nacionalistas recorrieron en la tarde del s¨¢bado las principales calles de Lugo, ante la l¨®gica mirada expectativa de miles de personas. Fue una forma m¨¢s de expresar su descontento por el texto auton¨®mico aprobado, porque, como ellos mismos se?alaron, ?la autonom¨ªa gallega es ya en s¨ª una antroidada?.Claro que no todo iba a ser pol¨ªtica. Y los carnavales gallegos tendr¨¢n este a?o uno de sus actos m¨¢s importantes esta tarde, en Vivero, en donde se soltar¨¢ el globo ?iris? que cuenta con veinte metros de di¨¢metro y 2.500 metros c¨²bicos de aire. A bordo se instalar¨¢n los dos personajes m¨¢s populares del carnaval vivariense, el ?marqu¨¦s del Congela do? y el ?conde de la Sal?

En algunos lugares, de Galicia, como en Orense y Lugo, estas fiestas comienzan con una cencerrada o un estruendo de latas que hacen sonar ni?os metidos en sacos. Pero el carnaval en todo el Pa¨ªs Gallego comienza con el domingo de Septuag¨¦sima, llamado domingo fareleiro. Es el d¨ªa en que los. mozos libran una batalla con las j¨®venes, ech¨¢ndoles c¨¢scaras de trigo y centeno. Los dos jueves siguientes se pelean comadres y compadres, y simbolizan la tradicional rivalidad entre ambos sexos. Los jueves de comadres salen las mujeres a la calle con unos mu?ecos que los hombres intentan arrebatar. En el de compadres se invierten los papeles, por lo que la lucha se presenta sumamente atractiva, por cuanto en ella abundan los abrazos.

Con el domingo de carnaval comienza la fiesta mayor. Comidas, bailes, danzas y m¨¢scaras -principales protagonistas- no decaen hasta el martes de antroido, en que se finaliza la celebraci¨®n. Pero el antroido se representa de formas muy diferentes en las distintas comarcas gallegas. En algunas zonas, un mu?eco de paja es ahorcado e incinerado entre los rituales bailes del vecindario. En otras, se le hace un juicio p¨²blico antes de su ejecuci¨®n, recrimin¨¢ndole por sus malas costumbres. En ocasiones, en lugar de un mu?eco se representa y sacrifica a una pareja de ambos sexos. Y en algunas comarcas de Lugo la figura del antroido sirve de hucha para los j¨®venes, que recogen con ella monedas, a la vez que cantan y bailan, con la que se quedar¨¢n tras la fiesta.

En la provincia lucense y en las localidades orensanas de Laza -donde se celebran los carnavales m¨¢s remotos y famosos de Galicia-, Xinzo de Limia, Ver¨ªn, Oimbra y Larotico, sale a la calle una m¨¢scara llamada Morena, que representa la cabeza de una vaca hecha en madera y que ataca, generalmente, a las mujeres. D¨ªas antes de esta celebraci¨®n, en Laza y Carballedo (Lugo) se buscan hormigas que son rociadas con vinagre para excitarlas al m¨¢ximo, y para luego arrojarlas sobre la gente al paso de la Morena. Pero la farsa carnavalesca tiene su principal protagonista, en algunos lugares, en las populares figuras de los ?cigarros? y ?peluqueiros?, de forma especial en Laza, Verin y Limia, en donde se viste chaquetilla corta con galones, calz¨®n blanco cubierto de flecos y con bolas de color, cencerros de mitra met¨¢lica en colores, y con un motivo del Zod¨ªaco.

Tras varios d¨ªas de fiesta, de bailes, cantos, s¨ªmbolos, ceremonias rituales, disfraces y comida -la principal premisa gastron¨®mica parece ser ?comer hasta reventar-, hoy finalizan los carnavales gallegos con la muerte del antroido y la lectura de su testamento (que recibe el nombre de serm¨®n), en el que se relatan los sucesos de la localidad, se anatematizan sin piedad lacras sociales y se critican con relativa impunidad los defectos de las autoridades y representantes de la comunidad. En algunas comarcas, y como punto final, se realizar¨¢ el reparto, real o disimulado, del burro desde el que fue le¨ªdo el testamento versificado, adjudicando los pelos al calvo, las patas a los cojos, y as¨ª sucesivamente.