Apolog¨ªa del terrorismo

El d¨ªa 12 de febrero del presente a?o observ¨¦ un hecho en la calle de Goya, justo al lado de la cafeter¨ªa California 47, que me llen¨® de estupor e indignaci¨®n por lo que la acci¨®n representaba y por la colaboraci¨®n a ella prestada, pasivamente, por los agentes de la Polic¨ªa Nacional que se encontraban presentes.Con toda tranquilidad, a pesar de lo concurrido que estaba la calle a las seis de la tarde, un grupo formado por varios j¨®venes fascistas, pertrechados de todos los ¨²tiles precisos para llevar a cabo su cometido, pintarrajeaban un mural en el que se ped¨ªa la libertad, por patriotas defensores de Espa?a, para los asesinos de los abogados laboralistas de la calle de Atocha. Todo ello, como ya es costumbre en estos apologistas del asesinato, aderezado con la imagen de la bandera espa?ola y dem¨¢s signos usuales en sus manifestaciones.

Pero mi indignaci¨®n se cifr¨® en lo siguiente: presenciado el hecho, y a escas¨ªsimos metros del lugar, se encontraba una pareja de la Polic¨ªa Nacional, que en ning¨²n momento hizo adem¨¢n de intervenir a pesar de que el acto est¨¢, en algunas ocasiones (naturalmente cuando dichas manifestaciones son de otro signo), sever¨ªsimamente penado, por apolog¨ªa del terrorismo.

Reflexionando sobre el incidente, me he preguntado: ?qu¨¦ ¨®rdenes reciben los polic¨ªas de sus superiores, que hacen manga ancha en estos asuntos y con esta gente? ?Se hubiera dado su misma actuaci¨®n

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