Un joven ultraderechista llam¨® "cerdos" ante el tribunal, a las v¨ªctimas de la matanza de Atocha
Un joven ultraderechista, que vest¨ªa camisa azul con el emblema falangista del yugo y de las flechas, llam¨® ayer p¨²blicamente ?cerdos? delante del tribunal que juzga el caso, a las cinco v¨ªctimas de la matanza de Atocha. El presidente del tribunal orden¨® la inmediata detenci¨®n del joven y su puesta a disposici¨®n del Juzgado Central de Instrucci¨®n de guardia de la Audiencia Nacional. Mientras el presidente daba la orden de detenci¨®n, el joven en cuesti¨®n se puso en pie para identificarse, haciendo a la vez el saludo fascista. Los abogados de la acusaci¨®n particular, que representan a los familiares de las v¨ªctimas, han anunciado su prop¨®sito de personarse como querellantes en las diligencias que abra sobre el caso la autoridad judicial.
El incidente se produjo cuando prestaba declaraci¨®n el abogado Diego Carrasco, testigo citado a instancias de los abogados defensores de los procesados, mientras respond¨ªa a una pregunta que se le hab¨ªa hecho sobre su conocimiento de lo sucedido en el despacho laboralista de la calle de Atocha, 55, de Madrid.El testigo comenz¨® su respuesta diciendo: ?Solamente sab¨ªa que hab¨ªan sido asesinados vilmente ... ? Su respuesta fue cortada por el grito insultante del joven ultraderechista contra personas que ya no pueden defenderse y que fueron muertas, dejadas a un lado las ideolog¨ªas, en circunstancias que hasta los propios defensores de los procesados no han dejado de reconocer, a lo largo del juicio, que fueron ?tristes? y ?luctuosas?.
La cuarta jornada de la vista oral y p¨²blica del juicio sobre la matanza de Atocha, circunscrita s¨®lo a la ma?ana de ayer, se centr¨® en el interrogatorio de siete testigos propuestos por los defensores de los procesados, seis de ellos abogados militantes del PCE, y uno de ellos, Eugenio Triana, miembro actualmente del comit¨¦ ejecutivo del Partido Comunista de Espa?a.
A ¨²ltima hora de la ma?ana declar¨® Manuel Larrubia, testigo propuesto por los abogados de la acusaci¨®n particular, y al que el d¨ªa anterior el presidente del tribunal hab¨ªa ordenado citar por segunda vez, tras ser multado con la cantidad de 250 pesetas, bajo apercibimiento de ser conducido por la fuerza p¨²blica y ser procesado por el delito de denegaci¨®n de auxilio a la justicia. El presidente del tribunal, con el acuerdo de las partes, condon¨® la multa impuesta al tes tigo, por estimar que la primera citaci¨®n no hab¨ªa sido efectuada en la debida forma.
En principio, este testigo iba a ser sometido a careo con el polic¨ªa Jos¨¦ Antonio Gonz¨¢lez Pacheco, en torno a la ?supuesta amistad? de ambos, que el primero afirma y el segundo niega, pero los abogados de la acusaci¨®n particular renun ciaron al careo, al estimar que hab¨ªa quedado suficientemente claro que ambos coincid¨ªan a veces en el domicilio social de la Hermandad Nacional de Marineros Voluntarios, sita en la calle Mayor.
El primer testigo que declar¨® fue el abogado Juan Crist¨®bal Gonz¨¢lez Granell, y su testimonio fue seguido del de los abogados Julio Rodr¨ªguez G¨®mez, Jos¨¦ Ignacio Montejo, Elisa Maravall, Diego Carrasco y Pablo Aramendi, y del miembro del comit¨¦ ejecutivo del PCE Eugenio Triana. Las preguntas de los abogados defensores iban dirigidas a determinar la estructura de funcionamiento de los despachos colectivos creados en los ¨²ltimos a?os del franquismo por abogados del PCE, as¨ª como el tipo de dependencia que ten¨ªan dichos despachos de los ¨®rganos superiores de este partido.
Despachos colectivos
?C¨®mo funcionan esos despachos? -pregunt¨® al testigo Juan Crist¨®bal Gonz¨¢lez Granell el abogado Ami¨¢n Rold¨¢n, defensor de Garc¨ªa Juli¨¢.-Exist¨ªa igualdad de salarios para abogados y personal administrativo, y en las decisiones que se tomaban, cada persona era un voto. Por otra parte, no todo el personal que formaba un despacho colectivo era militante del PCE.
-?Esos despachos colectivos ten¨ªan tareas especializadas?, pregunt¨® a su vez la letrada de la acusaci¨®n particular Cristina Almeida.
-S¨ª. Unos se dedicaban a cuestiones laborales, en concreto el despacho de la calle de Espa?oleto. Otros, a cuestiones propiamente profesionales -el de Atocha, 49-, y otros, a temas relacionados con el movimiento ciudadano, en concreto el de Atocha, 55, aunque no de una manera r¨ªgida.
El tema de la estructura de los despachos colectivos fue ampliado por la declaraci¨®n efectuada por el testigo Jos¨¦ Ignacio Montejo, quien, a preguntas del defensor se?or Gonz¨¢lez-Fr¨ªas sobre si tales despachos depend¨ªan org¨¢nicamente del PCE, respondi¨®: ?No, eran aut¨®nomos. ?
Un joven ultraderechista llam¨® "cerdos" ante el tribunal, a las v¨ªctimas de la matanza de Atocha
?Pero usted, abogado, conocedor de la ley, ten¨ªa conciencia de que la infring¨ªa perteneciendo a un partido ilegal?, insisti¨® el defensor se?or Gonz¨¢lez-Fr¨ªas.-Ten¨ªa conciencia de que estaba ejerciendo un derecho inalienable de la persona humana.
El testigo Julio Rodr¨ªguez, que pertenec¨ªa al despacho de Atocha, 49, declar¨® que Joaqu¨ªn Navarro, el l¨ªder sindicalista presunto objetivo de los autores de la matanza de Atocha, no formaba parte del despacho de Atocha, 55, porque ni era abogado ni administrativo.
-?Qui¨¦n era el titular de ese despacho?, pregunt¨® el defensor Ami¨¢n Rold¨¢n.
-Titulares ¨¦ramos todos, aunque el contrato de arrendamiento hab¨ªa sido firmado por la abogada Manuela Carmena.
El interrogatorio de la testigo Elisa Maravall se centr¨® en una reuni¨®n habida a finales de marzo de 1977 en Alameda, 5, a la que se refiri¨® Mariano S¨¢nchez-Covisa cuando testific¨® el d¨ªa anterior ante el tribunal.
-?Sabe si hubo enfrentamiento entre los abogados comunistas presentes en esa reuni¨®n?, pregunt¨® el defensor Ami¨¢n Rold¨¢n.
-No. Se manifestaron distintas opiniones.
-?Se termin¨® esa reuni¨®n con el grito ??Viva el esp¨ªritu de Atocha! ??
No.
El sexo de los ¨¢ngeles
Al llegar el turno del testigo Diego Carrasco, la defensa insisti¨® en conocer nuevos detalles sobre la reuni¨®n de Alameda, 5.
-?Usted tambi¨¦n asisti¨® a esa reuni¨®n?
-S¨ª.
-?Hubo conflictividad?
-No. S¨ª hubo distintas opiniones, pues se discut¨ªa de todo, salvo del sexo de los ¨¢ngeles.
La referencia al sexo de los ¨¢ngeles por parte del testigo removi¨® la conciencia del defensor se?or Gonz¨¢lez-Fr¨ªas, quien interrumpi¨® al testigo para alegar que se sent¨ªa herido como cat¨®lico practicante que era... El defensor fue interrumpido a su vez por el presidente del tribunal, seguramente extra?ado de lo que dec¨ªa el defensor. Este insisti¨® en que lo dicho por el testigo y su intervenci¨®n constase en el acta. ?S¨ª?, asinti¨® el presidente, ?h¨¢gase constar en acta esa cosa tan trascendente.?
En el interrogatorio de este testigo fue cuando se produjo el grito insultante de un joven ultraderechista contra las cinco personas muertas en el despacho de Atocha. Despu¨¦s declar¨® el testigo Jos¨¦ Pablo Aramendi, el cual llev¨® a Joaqu¨ªn Navarro el procedimiento de amnist¨ªa laboral que ¨¦ste solicit¨® en virtud de la ley de Amnist¨ªa de 15 de octubre de 1977, asesor jur¨ªdico de los trabajadores del transporte privado de Madrid.
-?Sabe si Joaqu¨ªn Navarro era miembro del comit¨¦ que dirigi¨® la huelga del transporte privado de Madrid en enero de 1977?, pregunt¨® el defensor Ami¨¢n Rold¨¢n.
-S¨ª.
-?Ese comit¨¦ de huelga era la comisi¨®n negociadora de aquel conflicto? -terci¨® la letrada de la acusaci¨®n particular Cristina Almeida.
-S¨ª, eso es.
La declaraci¨®n de Eugenio Triana, miembro en la ¨¦poca del ¨®rgano del PCE que coordinaba el movimiento profesional afecto a este partido, vers¨® sobre su relaci¨®n con este movimiento y sobre el papel que jugaba en las reuniones de los profesionales del PCE.
?Las organizaciones de los profesionales del PCE depend¨ªan pol¨ªticamente del ¨®rgano coordinador, pero no org¨¢nicamente?, manifest¨®. Al llegar su turno, el abogado defensor, se?or Gonz¨¢lez Fr¨ªas inici¨® sus preguntas con la siguiente cuesti¨®n: ??Tiene algo que ver su apellido con Monch¨ªn Triana?? (*) El presidente del tribunal, en medio del revuelo y del asombro general que provoc¨® esta pregunta, se dirigi¨® al defensor para exigirle que no hiciera preguntas fuera de lugar. Mientras tanto, el testigo respondi¨® como pudo a la pregunta: ?No, nada tengo que ver, pero siento afici¨®n por el f¨²tbol ?, respondi¨®.
El ¨²ltimo testigo en declarar fue Manuel Larrubia, funcionario del Banco Exterior de Espa?a, propuesto por los abogados de la acusaci¨®n particular. Reconoci¨® que los procesados ?son buenos amigos m¨ªos? y que su amistad proviene de haber coincidido con ellos en el Sindicato del Transporte de Madrid y en la Hermandad de Marineros. Afirm¨® que era socio de la Federaci¨®n de Tiro Nacional y que llev¨® algunas veces a Fern¨¢ndez Cerr¨¢ y a Garc¨ªa Juli¨¢ a hacer pr¨¢cticas de tiro.
-?Las veces que estuvo usted con el inspector Gonz¨¢lez Pacheco estaba solo o con varias personas? -pregunt¨® el letrado Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano.
-No me fij¨¦.
Agresiones a la salida del juicio
J¨®venes ultraderechistas agredieron a un grupo de personas en la calle del Marqu¨¦s de la Ensenada a la salida del juicio por la matanza de Atocha. Una de las personas agredidas necesit¨® ser asistida en la casa de socorro, donde precis¨® de un punto en la cara. La polic¨ªa, que presenci¨® los hechos, no intervino en un principio, pero luego se acercaron al lugar de los hechos dos miembros de la Polic¨ªa Nacional. Los agredidos pidieron que fueran detenidos los agresores, pero los polic¨ªas respondieron que no era su cometido y que se fueran. Los agresores subieron en un Mini rojo, matr¨ªcula M-3907-B y en un Seat 132, blanco, matr¨ªcula M-2584-AF, y desaparecieron del lugar.
(*) Monch¨ªn Triana fue jugador del Atl¨¦tico de Madrid, y a partir de la temporada 1928-1929 perteneci¨® al Real Madrid, club en el que jug¨® hasta 1931. Monch¨ªn Triana fue internacional el 19 de marzo de 1929 en Sevilla ante Portugal. En aquella ocasi¨®n gan¨® Espa?a por 5-0, y la delantera la formaron Lazcano, Triana, Gaspar Rubio, Padr¨®n y Bosch. Fue asesinado en Paracuellos del Jarama en noviembre de 1936.
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