El cierre de quioscos se pali¨® en Madrid mediante la venta directa en la calle
El cierre de quioscos promovido por la Confederaci¨®n Espa?ola de Vendedores de Prensa, como protesta por los atentados sufridos en las ¨²ltimas semanas, se ha desarrollado de forma desigual en las principales ciudades espa?olas. En Madrid el cierre alcanz¨® a pr¨¢cticamente la totalidad de los seiscientos quioscos existentes, aunque la venta de las publicaciones se llev¨® a cabo directamente por personal contratado al efecto. S¨®lo Mundo Obrero, ¨®rgano oficial del Partido Comunista, no sali¨® a la calle, en solidaridad con los vendedores. El resto de los peri¨®dicos insertaron editoriales en los que apoyan y comprenden la preocupaci¨®n de los vendedores, pero rechazan que el cierre sea el mejor medio para cortar los atentados.
Los peri¨®dicos recurrieron a montar cerca de noventa puntos de venta, servidos por estudiantes o trabajadores en paro, situados en las principales bocas de Metro y puntos estrat¨¦gicos de la ciudad. Asimismo, permanecieron abiertos los quioscos dependientes de Lifesa (Librer¨ªas de Ferrocarriles), que en Madrid se sit¨²an en el interior de varias estaciones de Metro y en las estaciones ferroviarias.A primeras horas de la ma?ana se not¨® la presencia por Madrid de grupos de afiliados a la Asociaci¨®n de Vendedores de Prensa madrile?a que comprobaban el alcance de la huelga, as¨ª como la eficacia del sistema de venta alternativo ideado por las publicaciones, y llegaron a inquirir a los vendedores eventuales cu¨¢nto les pagaban y qu¨¦ tal iba todo. No se registraron incidentes de ning¨²n tipo. En la Puerta del Sol, una pareja de polic¨ªas municipales proteg¨ªa a un joven en evitaci¨®n de posibles altercados. La Polic¨ªa Nacional no mont¨® ning¨²n dispositivo especial, y se limit¨® a patrullar por las calles como un d¨ªa normal. Tanto el Gobierno Civil como el Ayuntamiento se opusieron al cierre por considerarlo ilegal, y no se descarta que haya sanciones.
En cuanto a los pueblos del cintur¨®n industrial, los quioscos no secundaron el cierre, y la venta se desarroll¨® normalmente incluso en M¨®stoles, donde pod¨ªa preverse cierta conflictividad, puesto que uno de sus quioscos fue incendiado por un comando ultraderechista el pasado 29 de enero.
Las ¨²ltimas informaciones recogidas se?alan que la venta ha sido normal y que algunos peri¨®dicos han tenido que hacer nuevos viajes para reponer las existencias, aunque hasta el momento no se tienen cifras concretas de los ejemplares vendidos.
La Asociaci¨®n de Vendedores de Prensa de Madrid ha decidido, en vista de la insolidaridad de las publicaciones respecto a su postura de cierre, aplicar nuevas sanciones contra aqu¨¦llas, que se concretan en retrasar la liquidaci¨®n de los ejemplares que se vendan a partir de hoy y poner a disposici¨®n del p¨²blico s¨®lo la mitad de la remesa que env¨ªen los peri¨®dicos. Ayer, las oficinas de la Asociaci¨®n estuvieron cerradas. Emilio Bl¨¢zquez, uno de sus directivos, declar¨® a EL PA?S que ?hemos aprovechado este d¨ªa de cierre como si fuera de descanso, ya que nuestro gremio no dispone nunca de fines de semana libres. No hemos tenido, por tanto, ninguna reuni¨®n de coordinaci¨®n ni nada parecido. Unicamente hemos comentado algunos compa?eros nuestra decepci¨®n por el hecho de que las editoras decidieran salir hoy a la calle, y no como ha hecho Mundo Obrero o algunos peri¨®dicos barceloneses, que nos han apoyado?.
Seg¨²n inform¨® ayer la agencia Efe, David Mart¨ªnez Loza, jefe de seguridad de Fuerza Nueva, habr¨ªa ordenado a j¨®venes agrupados en comandos ultraderechistas, la destrucci¨®n de los quioscos que no hicieran caso a las amenazas de dejar de vender la revista Interviu. El ¨²nico atentado que se reivindic¨® en su momento fue el incendio de un quiosco en M¨®stoles, a cargo de un autodenominado comando Jes¨²s Garc¨ªa (el due?o de un bar de Baracaldo asesinado por ETA).
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