_
_
_
_
Reportaje:

La clave del asesinato de Mart¨ªn-Pe?a puede estar en sus relaciones empresariales

Tal vez ninguno de los cr¨ªmenes perpetrados en Espa?a durante los ¨²ltimos a?os haya sufrido tantas interpretaciones como el asesinato de Rafael Mart¨ªn-Pe?a, ocurrido a medianoche del 4 de octubre de 1978. Abogado con bufete, letrado de la Presidencia del Gobierno, ex presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de Judo, era hombre de activa vida social. Algunos cronistas de entonces estimaron que en el portal de su casa, alguien, seguramente un sicario, hab¨ªa cometido el crimen perfecto. Las primeras investigaciones eran un desierto poblado de pistas, m¨®viles y sutiles hip¨®tesis de traba o. Hoy, el sumario est¨¢ a punto de concluir. A finales del mes de enero pasado se conoci¨® la noticia del suicidio del empresario Carlos Serna Ant¨®n, que hab¨ªa mantenido relaciones muy estrechas con Rafael Mart¨ªn-Pe?a; largas relaciones amistosas y empresariales. Hab¨ªan estado juntos durante muchos a?os en el consejo de administraci¨®n de la compa?¨ªa Protecci¨®n y Asesoramiento, Sociedad An¨®nima, conocida por el anagrama Proasa. En el siguiente relato se estudian las relaciones conocidas entre ambos personajes y sus perfiles de personalidad en busca de nuevos cauces hacia la soluci¨®n del misterio.

M¨¢s informaci¨®n
As¨ª le asesinaron.
Las hip¨®tesis manejadas hasta ahora

A las doce de la noche del d¨ªa 15 de octubre de 1978, la clientela del cine Mola acababa de presenciar la proyecci¨®n de la pel¨ªcula Grease, que la sala anunciaba en riguroso estreno, y volv¨ªa a entender trabajosamente las claves de la calle despu¨¦s de los destellos y los pasos de baile; evidentemente, los taxistas y las farolas ten¨ªan muy poco que ver con Travolta y con los focos de plat¨®. Media hora antes, Rafael Mart¨ªn-Pe?a Manrique, abogao con bufete, letrado de la Presidencia del Gobierno y hombre fundamental en la compa?¨ªa Proasa hab¨ªa telefoneado a Carmen, su mujer. . ?Me he olvidado las llaves en casa: dej¨¢dmelas junto a la puerta, en el lugar de costumbre.? Carmen busc¨® el llavero, entreg¨® el llav¨ªn del portal a uno de sus hijos y le pidi¨® que lo disimulase a la entrada, por ejemplo, bajo el felpudo exterior de esparto; dentro de unos minutos, pap¨¢ iba a volver del trabajo. Cansado, seguramente.Hac¨ªa pocos meses que pap¨¢ hab¨ªa tenido un amago de infarto, que los familiares hab¨ªan logrado camuflarle en una lipotimia.

Aquel suceso fue para ellos, una prueba, la primera, de que una naturaleza tan fuerte como la de Rafael tambi¨¦n ofrec¨ªa puntos d¨¦biles, aunque a veces alguien pensar¨ªa que mejor as¨ª; tal vez ahora se decidiese a dedicar m¨¢s tiempo a la vida familiar. ?En la esquina del felpudo, ?no?? Ahora iba a llegar de un momento a otro.

Al salir de la oficina, Rafael Mart¨ªn-Pe?a record¨® que su coche no estaba cerca. Lo hab¨ªa estacionado junto al restaurante La Fragua. Pidi¨® a su amigo Nogueira que le acercase a la zona. Al fin Regaron junio al restaurante y se despidieron. Rafael quer¨ªa llegar pronto a casa. Hab¨ªa jornadas especialmente. duras, y la casa ten¨ªa para ¨¦l efectos bals¨¢micos. Una vez en ella, tal vez jugase una partida de billar con alguno de los chicos. S¨ª, no ser¨ªa mala idea.

Sobre las 12.30 lleg¨® a la entrada de su garaje, en la calle de Diego de Le¨®n. Aparc¨® r¨¢pidamente y se encamin¨®, andando, a General Mola, 82. Sal¨ªa gente cariacontecida del cine General Mola. ?Las llaves, en el felpudo?, recordar¨ªa.

Rafael Mart¨ªn-Pe?a abri¨® la puerta. Dio varios pasos hacia el ascensor. En el portal, a su izquierda, alguien desenfund¨® una pistola semiautom¨¢tica y le dispar¨® dos veces. Una de las balas le entr¨® por el occipital inferior y sali¨® por el auricular derecho. ?Mortal de necesidad?, dijo un forense. ?Ten¨ªa 46 a?os?, a?adi¨® una voz al dictar la esquela mortuoria.

Diecis¨¦is meses despu¨¦s, el empresario Carlos Serna Ant¨®n, el hombre a quien algunos hab¨ªan considerado, con m¨¢s o menos reticencia, ?el mentor de Rafael?, extrajo dos frascos de barbit¨²ricos de alg¨²n lugar de su mesilla o de su traje, en una de las habitaciones del hotel Eurobuilding. Desde alg¨²n tiempo atr¨¢s, las personas m¨¢s pr¨®ximas hab¨ªan cre¨ªdo observar en ¨¦l un cambio de car¨¢cter e, incluso, de costumbres. Repentinamente hab¨ªa empezado a vestir de un modo que un camarero calific¨® de ?extravagante?, una se?ora provinciana de ?impropio? y un joven ejecutivo de ?liberal?. La multitud de observadores que acompa?a a toda persona importante propal¨® un d¨ªa ciertos rumores seg¨²n los cuales hab¨ªa intentado suicidarse sin ¨¦xito por segunda vez. Ahora iba a intentarlo por tercera. Persuadido quiz¨¢ de que hab¨ªa perdido un status social irrecuperable.

El pasado 25 de enero, el diario EL PAIS titulaba, en la quinta columna de su p¨¢gina 21: ?Probable suicidio de un empresario?. En el breve texto inferior se explicaba que el finado hab¨ªa tenido relacio nes empresariales con el abogado Rafael Mart¨ªn-Pe?a.

La autopsia y el estudio pericial del lugar de autos confirmaron las primeras impresiones: ni un solo indicio que sugiriese una pelea; como casi siempre que sobreviene un suicidio, es decir, la m¨¢s natural de las muertes violentas, cada cosa estaba en su sitio, incluso los dos frasquitos de p¨ªldoras. El doctor Esp¨ªn, forense del Instituto Anat¨®mico de Santa Isabel, resumi¨® en dos palabras los resultados de la investigaci¨®n. ?Suicidio confirmado?, dijo. ?No habr¨ªa cum plido los sesenta a?os?, a?adi¨® un amigo al enterarse de la desgracia.

Si un hombre pudiera resumirse en dos palabras, Carlos Serna Ant¨®n ser¨ªa simplemente ?un emprendedor?. En su casa sevillana de la calle de Pedro Ni?o hizo en su juventud muchos planes: planes rom¨¢nticos, planes fr¨ªos y divergentes, planes. En todos ellos, detr¨¢s de la frialdad y de un singular romanticismo, la riqueza parec¨ªa ser el fin primero y ¨²ltimo. ?Es que Carlos valora a los hombres, y quiz¨¢ se valora a s¨ª, por millones en propiedades y cuentas corrientes?, pensaban personas que cre¨ªan conocerle, pero ¨¦l apreciaba m¨¢s los ornamentos que las cajas fuertes. Su sue?o no terminaba en el Rolls: ¨¦l quer¨ªa un avi¨®n. Como bien sab¨ªan los grandes magnates de Am¨¦rica, para llegar al este del Ed¨¦p hab¨ªa que pasar por Gigante. Aqu¨ª, en Espa?a, tendr¨ªa que haber petr¨®leo en alguna parte.

Por el momento, sus poderes eran muy limitados. Al comienzo de los a?os cincuenta, sus allegados le consideraban ?un h¨¢bil agente de seguros; muy h¨¢bil, pero quiz¨¢ excesivamente fantasioso?. Carlos Serna jam¨¢s concedi¨® demasiada importancia a sus detractores. Sab¨ªa que a veces se le tildaba de inculto y de provinciano. Sus desajustes gramaticales nunca le preocuparon. Decir ?se me hace el camino largo? no ofrec¨ªa m¨¢s beneficios que decir ?me se hace?. Las ideas eran buenas o malas, al margen de las palabras que se utilizasen para etiquetarlas.

El d¨ªa 1 de abril de 1955 inici¨® sus operaciones, la que ser¨ªa su obra maestra: Proasa. Las siglas sintetizaban la leyenda Protecci¨®n y Asesoramiento, Sociedad An¨®nima. El fundador asign¨® a Ciriaco Serna, su padre, la presidencia del consejo de administraci¨®n; Amalia S¨¢nchez, su mujer, aparec¨ªa como secretaria. El se reservar¨ªa la vicepresidencia y la posterior designaci¨®n de director gerente, ?con el nombre de director general?.

El capital primario de la empresa ser¨ªa de 100.000 pesetas, representadas por doscientas acciones. En el art¨ªculo segundo, t¨ªtulo primero, de aquellos estatutos fundacionales se explicaba, como s¨ªntesis de la declaraci¨®n de voluntades de sus fundadores: ?su objeto ser¨¢ la explotaci¨®n de una oficina t¨¦cnica dedicada a la gesti¨®n de negocios ajenos...? Se tratar¨ªa de fichar un equipo de abogados capaces de asesorar a cualquier hombre o a cualquier compa?¨ªa. Si alguien deseaba practicar un estudio econ¨®mico de empresas y mercados, ah¨ª estar¨ªa Proasa; si alguien quer¨ªa conocer el modo m¨¢s directo y tajante de cobrar una vieja deuda, Proasa diipondr¨ªa del mejor sistema. Las grandes oficinas de asesoriaj ur¨ªdica no ten¨ªan por qu¨¦ ser privativas de los trust norteamericanos. S¨ª: tal vez una idea genial.

Carlos Serna domicili¨® su empresa en la calle del Arenal, n¨²mero 18, de Madrid. Abri¨® su agenda y rehizo su posible selecci¨®n de hombres-Proasa. Hab¨ªa un muchacho,'de"veintitr¨¦s a?os, que pod¨ªa ser el guanteen que encajasen -las manos de la compa?¨ªa. ?Rafael Mart¨ªn-Pe?a Manrique?, ley¨® en voz baja.

A los veintitr¨¦s a?os, Rafael Mart¨ªn-Pe?a ten¨ªa ya un notable prestigio entre los que hab¨ªan sido sus compa?eros de facultad, y aun entre profesionales de mayor presencia en la abogac¨ªa.. Era bajo y recio; ten¨ªa la complexi¨®n de un peleador del peso welter y los reflejos de un sprinter. Siempre hab¨ªa concedido una importancia ilimitada a su dial¨¦ctica personal. Manejaba a la perfecci¨®n los recursos dram¨¢ticos que distinguen a un buen abogado de un empoll¨®n. ?Sabe cu¨¢ndo hay que gritar y cu¨¢ndo hay que ir inmediatamente al juzgado?, comentaba un amigo del joven Rafa. Evidentementeo, Carlos Serna Ant¨®n hab¨ªa elegido bien.

El 21 de septiembre de 1956, Manuel de la C¨¢mara Alvarez, no

La clave del asesinato de Mart¨ªn-Pe?a puede estar en sus relaciones empresariales

tario de Madrid, daba fe de que, en escritura otorgada ante ¨¦l, Carlos Serna Ant¨®n hab¨ªa conferido poder a Rafael Mart¨ªn-Pe?a, ?soltero, abogado y secretario del consejo de administraci¨®n de esta sociedad? y a otros cinco hombres m¨¢s. A Rafael se le extend¨ªa una autorizaci¨®n excepcional ?para que pueda sustituir al director general en todas sus funciones y facultades?.La vida profesional de Rafael no se limitar¨ªa a Proasa. Puso bufete, recibi¨® a cuantos clientes lo solicitaron, se hizo un sitio en la sociedad madrile?a. Sus amigos m¨¢s ¨ªntimos admiraban su vitalidad y su desenfado, a veces un poco ¨¢cido o al menos un poco agresivo.

En los a?os siguientes, Proasa fue extendi¨¦ndose inconteniblemente. A los ojos de los profesionales de la ¨¦poca era ?una oficina t¨¦cnica muy bien montada, con delegaciones provinciales que rend¨ªan buenos dividendos a la central?. Como era de esperar, sufri¨® dos ampliaciones de capital y varias en el esquema de su consejo de administraci¨®n, con el establecimiento de vocal¨ªas y sucursales. Las 100.000 pesetas iniciales se transfiguraron en cien millones.

El notario Jos¨¦ Moreno Sa?udo daba fe, el 21 de diciembre de 1967, de una modificaci¨®n del art¨ªculo segundo de sus estatutos y, por tanto, de una modificaci¨®n de los objetivos de la compa?¨ªa. De all¨ª en adelante ser¨ªan, entre otros, la ?promoci¨®n de empresas y negocios; estudios econ¨®micos y financieros de empresas y mercados; servicios de informaci¨®n; representaci¨®n y asesoramiento en materia laboral, contable, mercantil y fiscal; tramitaci¨®n y defensa de asuntos sociales; financiaci¨®n de operaciones mercantiles...; operaciones de seguro; operaciones de banca...? Proasa iba viento en popa, hab¨ªa bromeado Rafael en mitad de un whisky, acentuando la part¨ªcula proa. Entonces, Carlos Serna ostentaba ya la presidencia del consejo de administraci¨®n, y Rafael Martin-Pe?a, la vicepresidencia.

Tener un avi¨®n, entrar en la "Jet-Set"

A Carlos Serna Ant¨®n, el hoqlbre que se hab¨ªa propuesto conquistar Madrid, sus detractores hubieron de reconocerte siempre una extraordinaria capacidad de iniciativa. Su obsesi¨®n era extenderse, padec¨ªa un desdoblamiento cr¨®nico de personalidad; de personalidad jur¨ªdica, se entiende. En sus horas m¨¢s intensas maquin¨® negocios inmobiliarios, sistemas expeditivos de cobranza de p¨®lizas de seguros: una empresa de compraventa de obras de arte, ?hasta cafeter¨ªas?, se dijo. Un d¨ªa, Carlos Serna comenz¨® a ser Proasa, Prose, SA, Serarte... Comenz¨® a padecer lo que sus detractores se?alaban como una esquizofrenia. de las finanzas. El se acostumbr¨® a vestir trajes nuevos que nunca dejaron de parecer demasiado nuevos. Su porte, aplomado, ojos negros, bigote negro y dientes blanqu¨ªsimos. hicieron decir a varias damas en alg¨²n c¨®ctel: ?Miradle, parece un caballero hind¨²; reci¨¦n llegado de la India, eso s¨ª?.

Nadie pod¨ªa poner en duda, sin embargo, que Carlos Serna estaba ah¨ª, en el frente comercial donde se conquistaban los grandes imperios financieros. Sus empresas parec¨ªan sujetas a un amplio margen de riesgo y, no obstante, ¨¦l nunca hab¨ªa cre¨ªdo en la suerte. Confiaba en la habilidad personal, en el poder de recuperaci¨®n que brindaban las ideas felices. Todo hombre cuyo valor era la inventiva podr¨ªa esperar que, a la larga, los aciertos respaldaran los posibles fallos. Nadie pod¨ªa poner en duda que, al menos, Proasa hab¨ªa sido un acierto absoluto.

Rafael Mart¨ªn-Pe?a era uno de los hombres convencidos de que Proasa merec¨ªa todos los cuidados.

Su gran vitalidad le permit¨ªa, en todo caso, diversificarse, mantener en actividad permanente su bufete, desempe?ar su cargo de letrala Presidencia del Gobierno y dedicar las horas restantes a una vida social cuya constante era la competici¨®n. Jam¨¢s volv¨ªa la cara en una ronda de g¨¹isqu¨ªes, en una partida de p¨®quer o en un campeonato de billar. Su capacidad para desarrollar esfuerzos r¨¢pidos le convirti¨® en un excelente jugador de ping-pong, y uno de sus amigos le sugiri¨® un d¨ªa que practicase el tiro al plato, seguro de que un deporte cuyos secretos eran la concentraci¨®n y la velocidad estaba hecho a su medida.

Muy pronto se revel¨® como un tirador selecto y sigui¨® en dos terceras parte el circuito usual de los tiradores ascendentes: tiro al plato, tiro de pich¨®n, asesor jur¨ªdico del campo de tiro de Somontes.

Al fin, Rafael Mart¨ªn-Pe?a alcanz¨® la vicepresidencia de la Federaci¨®n Espa?ola de Judo, que hab¨ªa conseguido con el apoyo de Antonio Garc¨ªa de la Fuente, titular de la presidencia. Aquella Federaci¨®n era un permanente foco de conflictos; los intereses deportivos se cruzaban con intereses comerciales: el boom de las cadenas de gimnasios, la homologaci¨®n de categor¨ªas y las pol¨¦micas sobre la figura del presidente se encadenaron con varios pleitos, el misterioso incendio de un local de la sede federativa regional y la dimisi¨®n de Garc¨ªa de la Fuente. A consecuencia del torbellino, durante unos meses, Rafael Mart¨ªn-Pe?a ocup¨® la presidencia y se enfrent¨® a un hecho sorprendente: su nombre estaba en los peri¨®dicos, gracias a sucesos indeliberados y a uno de los cargos en que ¨¦l menos influencia hab¨ªa tenido en realidad. Se hab¨ªa sentado en aquel sill¨®n por una solidaridad casi dom¨¦stica con Garc¨ªa de la Fuente, pero era el segundo en quien todos piensan secretamente m¨¢s como un mecenas que como un ejecutivo eficaz. Ten¨ªa su casa de General Mola, una finca en Navacerrada, un Rolls Royce un Laborghini; los signos de prosperidad que acreditan a un multimillonario.

El cargo de presidente, sometido a una publicidad forzosa en la agitada Federaci¨®n, le llevaba y le tra¨ªa a las p¨¢ginas de los peri¨®dicos, fuera de sus propias posibilidades de control. El d¨ªa en que dimiti¨® del cargo, probablemente suspir¨® con alivio. La leyenda adquirida le relacionaba ya con fuertes partidas de p¨®quer, con acaloradas apuestas en el campo de tiro, con rumores de tr¨¢fico de guardaespaldas. Adem¨¢s ten¨ªa licencia de arma corta; era un hombre que llevaba o pod¨ªa llevar pistola.

Pero, m¨¢s all¨¢ de leyendas, Rafael Mart¨ªn-Pe?a segu¨ªa siendo un hombre de negocios o, m¨¢s exactamente, un abogado que gustaba de apurar los recursos propios de su profesi¨®n como en un juego supremo. En los peores momentos, cuando nada hac¨ªa suponer que un asunto de negocios tuviese soluci¨®n, nuevamente volv¨ªa a confiar en su ingenio dial¨¦ctico, se?alaba a su oponente una silla en su despacho, al tiempo que dec¨ªa, ayud¨¢ndose de un gesto que invitaba a reemprender la negociaci¨®n: ?Bueno: vamos a hablar.?

Recta final: defender a Proasa

Sobre 1978 se confirmaron los rumores de que algunas empresas tuteladas o dirigidas por Carlos Serna Ant¨®n incurr¨ªan en quiebra o suspensi¨®n de pagos. Su fuerte inclinaci¨®n a disponer de sus negocios con una autonom¨ªa ilimitada inspir¨® nuevos rumores de que, en el momento decisivo, ¨¦l respond¨ªa ante sus acreedores con Proasa. Toda amenaza de ruina tendr¨ªa como defensa el paquete de acciones en la que habla sido su idea m¨¢s brillante. Proasa, se dec¨ªa, puede avalar un cr¨¦dito salvador, y, un cr¨¦dito cubre una deuda, y un deudor satisfecho es un enemigo neutralizado. Pero la situaci¨®n podr¨ªa llegar a complicarse si persist¨ªa su mala racha. ?Qu¨¦ habr¨ªa de suceder si el m¨¢s importante paquete de acciones en la compa?¨ªa fuera, sometido a embargo? ?En qui¨¦n se depositar¨ªa la influencia? ?C¨®mo podr¨ªa garantizarse el futuro de la empresa?

En c¨ªrculos financieros acreditados se comentaba que, si Proasa llegara a estar en peligro, el ¨²nico hombre cualificado para decir basta seria precisamente Rafael Martin-Pe?a. Ello implicar¨ªa el reconocimiento de que, despu¨¦s de muchos a?os de intereses comunes, ¨¦l y Carlos Serna Ant¨®n comenzaban a estar en bandos distintos.

El 14 de abril de 1978, la junta general universal de accionistas de Proasa se reuni¨® una vez m¨¢s. Sus acuerdos fueron consignados en escritura. La redacci¨®n de los dos primeros fue recogida el 19 de mayo en el Registro Mercantil de la provincia de Madrid. ?Primero. Quedar enterada de la dimisi¨®n del consejo de administraci¨®n en pleno, conforme el mismo ya hab¨ªa acordado..., quedando por consiguiente relevados de su cargo: Carlos Serna Ant¨®n, presidente y director general; Rafael Mart¨ªn-Pe?a Manrique, vicepresidente, Alberto La Calle Belmonte, secretario, y los vocales Jos¨¦ Joaqu¨ªn Oficialdegui Ariz, Antonio Tom¨¢s Tena y Francisco Javier Oliver Lostao... Segundo. Designar nuevo consejo de administraci¨®n, constituido de la siguiente forma: presidente, con funciones de director general..., Rafael Mart¨ªn-Pe?a Manrique...; vicepresidente y secretario, Alberto La Calle Belinonte...; vocales, Enrique Mart¨ªn-Pe?a Manrique, Francisco Javier Oliver Lostao, Antonio Tom¨¢s Tena, Francisco Alvarez L¨®pez... y Jos¨¦ Joaqu¨ªn Oficialdegui Ariz. Tercero. Determinar que el consejo elegido se hace con car¨¢cter indefinido, hasta que sea renovado total o parcialmente, por acuerdo adoptado en junta general...?

En los meses siguientes no se consign¨® cambio alguno de la estructura de Proasa en los libros del Registro. Carlos Serna habla desaparecido del consejo de administraci¨®n, cuya presidencia ocupar¨ªa a partir de ahora, con car¨¢cter indefinido, Rafael Mart¨ªn-Pe?a. Un hermano de Rafael desempe?ar¨ªa tambi¨¦n una vocal¨ªa del consejo. Casi nadie se pregunt¨® entonces en qu¨¦ situaci¨®n quedar¨ªan las otras empresas de Carlos Serna, sus presuntas suspensiones de pagos, sus acreedores...

Balas y barbit¨²ricos

En septiembre, Rafael Mart¨ªn-Pe?a confes¨® a uno de sus mejores amigos : ?Creo que van a matarme?, y coment¨® a su cu?ado Paco, ?si me ocurriese algo, mi mujer y mis cinco hijos tendr¨ªan el futuro resuelto?. Pensaba en la p¨®liza de seguros que hab¨ªa extendido a su mujer por valor de cincuenta millones de pesetas. Sobre el d¨ªa 1 de octubre, pregunt¨® s¨²bitamente a la propia Carmen: ??T¨² crees que yo soy alguien a quien se pueda tener miedo??

El d¨ªa 5 de octubre, a las 12.30 de la noche, Rafael Mart¨ªn-Pe?a estacion¨® su autom¨®vil en el garaje. Aquel era el lugar que habr¨ªa elegido un asesino a sueldo para matarle, f¨¢ciles escondrijos entre los coches, ausencia de testigos, inmediata salida al exterior. Muy sencillo para un tirador marsell¨¦s.

Sin embargo, Rafael sali¨® indemne a la calle Diego de Le¨®n, para salvar los metros que le separaban de su casa, en General Mola, 82. Seguramente, all¨ª estar¨ªan esper¨¢ndole, contrariados por la proximidad del p¨²blico del cine Mola. ?En el portal? No. Unos minutos antes hab¨ªan bajado sus hijos con la llave. Esconderse detr¨¢s del mostrador vacante del portero impondr¨ªa una espera indeterminada y el peligro de que cualquier vecino descubrirse el plan. ?En cuclillas, bajo un mostrador durante diez minutos, quiz¨¢ un cuarto de hora? Luego habr¨ªa que salir de ¨¦l, sin hacer ning¨²n ruido, porque Rafael era muy r¨¢pido y pod¨ªa ir armado. Demasiado riesgo.

Ser¨ªa m¨¢s razonable abordar a Rafael en la calle. ?Hola, Rafael: venimos a charlar contigo.? Dos hombres, seg¨²n la hip¨®tesis m¨¢s inmediata. (?Mi marido era desconfiado; no habr¨ªa propuesto subir a casa a alguien con quien no tuviese mucha confianza?, dice Carmen todav¨ªa). Rafael ha extra¨ªdo la llave del felpudo. Conf¨ªa en la luz tutelar de madrugada, en uno de los dos hombres que seguramente acaban de saludarle y, sobre todo, en el supremo recurso de tantas otras veces. ?Bueno, vamos a hablar.?

Abre la puerta. Se?ala el interior con la mano. Uno, dos, tres escalones. Se adelanta para abrir el ascensor.

Tal vez el acompa?ante de confianza le pregunt¨® algo desde la derecha. La bala le entr¨® por el occipital inferior izquierdo. Hab¨ªa sido disparada desde tan cerca que el fogonazo le chamusc¨® el pelo.

Desde entonces, el trabajo de los polic¨ªas judiciales ha sido complejo, hab¨ªa que prescindir de todas las pistas falsas. Durante el desarrollo del largo sumario, Carlos Serna fue visto cuando acud¨ªa a prestar declaraci¨®n sobre el caso Mart¨ªn-Pe?a al juzgado de instrucci¨®n correspondiente.

Y parece que el sumario sobre la misteriosa muerte del abogado sprinter est¨¢ en fase decisiva.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo

?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?

Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.

?Por qu¨¦ est¨¢s viendo esto?

Flecha

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.

En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
Recomendaciones EL PA?S
_
_
seductrice.net
universo-virtual.com
buytrendz.net
thisforall.net
benchpressgains.com
qthzb.com
mindhunter9.com
dwjqp1.com
secure-signup.net
ahaayy.com
tressesindia.com
puresybian.com
krpano-chs.com
cre8workshop.com
hdkino.org
peixun021.com
qz786.com
utahperformingartscenter.org
worldqrmconference.com
shangyuwh.com
eejssdfsdfdfjsd.com
playminecraftfreeonline.com
trekvietnamtour.com
your-business-articles.com
essaywritingservice10.com
hindusamaaj.com
joggingvideo.com
wandercoups.com
wormblaster.net
tongchengchuyange0004.com
internetknowing.com
breachurch.com
peachesnginburlesque.com
dataarchitectoo.com
clientfunnelformula.com
30pps.com
cherylroll.com
ks2252.com
prowp.net
webmanicura.com
sofietsshotel.com
facetorch.com
nylawyerreview.com
apapromotions.com
shareparelli.com
goeaglepointe.com
thegreenmanpubphuket.com
karotorossian.com
publicsensor.com
taiwandefence.com
epcsur.com
mfhoudan.com
southstills.com
tvtv98.com
thewellington-hotel.com
bccaipiao.com
colectoresindustrialesgs.com
shenanddcg.com
capriartfilmfestival.com
replicabreitlingsale.com
thaiamarinnewtoncorner.com
gkmcww.com
mbnkbj.com
andrewbrennandesign.com
cod54.com
luobinzhang.com
faithfirst.net
zjyc28.com
tongchengjinyeyouyue0004.com
nhuan6.com
kftz5k.com
oldgardensflowers.com
lightupthefloor.com
bahamamamas-stjohns.com
ly2818.com
905onthebay.com
fonemenu.com
notanothermovie.com
ukrainehighclassescort.com
meincmagazine.com
av-5858.com
yallerdawg.com
donkeythemovie.com
corporatehospitalitygroup.com
boboyy88.com
miteinander-lernen.com
dannayconsulting.com
officialtomsshoesoutletstore.com
forsale-amoxil-amoxicillin.net
generictadalafil-canada.net
guitarlessonseastlondon.com
lesliesrestaurants.com
mattyno9.com
nri-homeloans.com
rtgvisas-qatar.com
salbutamolventolinonline.net
sportsinjuries.info
wedsna.com
rgkntk.com
bkkmarketplace.com
zxqcwx.com
breakupprogram.com
boxcardc.com
unblockyoutubeindonesia.com
fabulousbookmark.com
beat-the.com
guatemala-sailfishing-vacations-charters.com
magie-marketing.com
kingstonliteracy.com
guitaraffinity.com
eurelookinggoodapparel.com
howtolosecheekfat.net
marioncma.org
oliviadavismusic.com
shantelcampbellrealestate.com
shopleborn13.com
topindiafree.com
v-visitors.net
djjky.com
053hh.com
originbluei.com
baucishotel.com
33kkn.com
intrinsiqresearch.com
mariaescort-kiev.com
mymaguk.com
sponsored4u.com
crimsonclass.com
bataillenavale.com
searchtile.com
ze-stribrnych-struh.com
zenithalhype.com
modalpkv.com
bouisset-lafforgue.com
useupload.com
37r.net
autoankauf-muenster.com
bantinbongda.net
bilgius.com
brabustermagazine.com
indigrow.org
miicrosofts.net
mysmiletravel.com
selinasims.com
spellcubesapp.com
usa-faction.com
hypoallergenicdogsnames.com
dailyupdatez.com
foodphotographyreviews.com
cricutcom-setup.com
chprowebdesign.com
katyrealty-kanepa.com
tasramar.com
bilgipinari.org
four-am.com
indiarepublicday.com
inquick-enbooks.com
iracmpi.com
kakaschoenen.com
lsm99flash.com
nana1255.com
ngen-niagara.com
technwzs.com
virtualonlinecasino1345.com
wallpapertop.net
casino-natali.com
iprofit-internet.com
denochemexicana.com
eventhalfkg.com
medcon-taiwan.com
life-himawari.com
myriamshomes.com
nightmarevue.com
healthandfitnesslives.com
androidnews-jp.com
allstarsru.com
bestofthebuckeyestate.com
bestofthefirststate.com
bestwireless7.com
britsmile.com
declarationintermittent.com
findhereall.com
jingyou888.com
lsm99deal.com
lsm99galaxy.com
moozatech.com
nuagh.com
patliyo.com
philomenamagikz.net
rckouba.net
saturnunipessoallda.com
tallahasseefrolics.com
thematurehardcore.net
totalenvironment-inthatquietearth.com
velislavakaymakanova.com
vermontenergetic.com
kakakpintar.com
jerusalemdispatch.com
begorgeouslady.com
1800birks4u.com
2wheelstogo.com
6strip4you.com
bigdata-world.net
emailandco.net
gacapal.com
jharpost.com
krishnaastro.com
lsm99credit.com
mascalzonicampani.com
sitemapxml.org
thecityslums.net
topagh.com
flairnetwebdesign.com
rajasthancarservices.com
bangkaeair.com
beneventocoupon.com
noternet.org
oqtive.com
smilebrightrx.com
decollage-etiquette.com
1millionbestdownloads.com
7658.info
bidbass.com
devlopworldtech.com
digitalmarketingrajkot.com
fluginfo.net
naqlafshk.com
passion-decouverte.com
playsirius.com
spacceleratorintl.com
stikyballs.com
top10way.com
yokidsyogurt.com
zszyhl.com
16firthcrescent.com
abogadolaboralistamd.com
apk2wap.com
aromacremeria.com
banparacard.com
bosmanraws.com
businessproviderblog.com
caltonosa.com
calvaryrevivalchurch.org
chastenedsoulwithabrokenheart.com
cheminotsgardcevennes.com
cooksspot.com
cqxzpt.com
deesywig.com
deltacartoonmaps.com
despixelsetdeshommes.com
duocoracaobrasileiro.com
fareshopbd.com
goodpainspills.com
hemendekor.com
kobisitecdn.com
makaigoods.com
mgs1454.com
piccadillyresidences.com
radiolaondafresca.com
rubendorf.com
searchengineimprov.com
sellmyhrvahome.com
shugahouseessentials.com
sonihullquad.com
subtractkilos.com
valeriekelmansky.com
vipasdigitalmarketing.com
voolivrerj.com
worldhealthstory.com
zeelonggroup.com
1015southrockhill.com
10x10b.com
111-online-casinos.com
191cb.com
3665arpentunitd.com
aitesonics.com
bag-shokunin.com
brightotech.com
communication-digitale-services.com
covoakland.org
dariaprimapack.com
freefortniteaccountss.com
gatebizglobal.com
global1entertainmentnews.com
greatytene.com
hiroshiwakita.com
iktodaypk.com
jahatsakong.com
meadowbrookgolfgroup.com
newsbharati.net
platinumstudiosdesign.com
slotxogamesplay.com
strikestaruk.com
techguroh.com
trucosdefortnite.com
ufabetrune.com
weddedtowhitmore.com
12940brycecanyonunitb.com
1311dietrichoaks.com
2monarchtraceunit303.com
601legendhill.com
850elaine.com
adieusolasomade.com
andora-ke.com
bestslotxogames.com
cannagomcallen.com
endlesslyhot.com
iestpjva.com
ouqprint.com
pwmaplefest.com
qtylmr.com
rb88betting.com
buscadogues.com
1007macfm.com
born-wild.com
growthinvests.com
promocode-casino.com
proyectogalgoargentina.com
wbthompson-art.com
whitemountainwheels.com
7thavehvl.com
developmethis.com
funkydogbowties.com
travelodgegrandjunction.com
gao-town.com
globalmarketsuite.com
blogshippo.com
hdbka.com
proboards67.com
outletonline-michaelkors.com
kalkis-research.com
thuthuatit.net
buckcash.com
hollistercanada.com
docterror.com
asadart.com
vmayke.org
erwincomputers.com
dirimart.org
okkii.com
loteriasdecehegin.com
mountanalog.com
healingtaobritain.com
ttxmonitor.com
nwordpress.com
11bolabonanza.com