El ejercicio saludable de interpretar a Mozart

Obras de Mozart.Orquesta y Coro nacionales.

Victor Tretyakov, viol¨ªn.

Ana Higueras, soprano.

Mar¨ªa Arag¨®n, mezzosoprano.

Vicente Encabo tenor.

Jes¨²s Sanz Remiro, bajo.

Director: Antoni Ros Marb¨¢.

Teatro Real D¨ªas 22, 23 y 24.

Un programa como el dedicado a Mozart por la Orquesta Nacional la semana pasada es ejercicio absolutamente saludable para orquesta, director y p¨²blico. A lo largo de siete obras de distintas ¨¦pocas, pudimos realizar un considerable recorrido por el apasionante mundo mozartiano.

Ros Marb¨¢, que sali¨® m¨¢s que airoso de tan dura prueba, plantea un Mozart enormemente fiel a la historia por su funcionalidad, en el sentido m¨¢s estricto de la expresi¨®n, el hacer que la m¨²sica ? funcione?, que es una de las preocupaciones que encontramos constantemente en la obra del salzburgu¨¦s; as¨ª sus versiones son en general din¨¢micas, eficaces, atendiendo m¨¢s al conjunto que a los detalles, m¨¢s pendientes de la estructura general que del clima de un momento; como toda m¨²sica bien construida, el Mozart de Ros Marb¨¢ es claro, evidente, se explica por s¨ª mismo.

Desde la deliciosa Sinfon¨ªa K. 124, que abr¨ªa el programa, bien tocada por la Nacional, a la que sin duda ha beneficiado su quehacer camar¨ªstico, las caracter¨ªsticas se?aladas quedaron patentes

En la interpretaci¨®n del Cuarto concierto para viol¨ªn, V¨ªctor Tretyakov hizo gala de uno de los m¨¢s bellos sonidos que hemos o¨ªdo en un violinista. La dulzura, la transparencia cristalina de su timbre, id¨¦ntica en todos los registros, es sencillamente asombrosa.

Abr¨ªan la segunda parte tres hermosos motetes -uno de ellos, el genial Ave Verum-, excelentemente cantados por un grupo reducido del Coro Nacional, en cuya actuaci¨®n hay que subrayar la cuidada sonoridad. Para terminar, la Misa en do mayor K. 337, bien expuesta por orquesta, coro y cuarteto solista, formado por Ana Higueras, Mar¨ªa Arag¨®n, Vicente Encabo y Jes¨²s Sanz Remiro. Es justo destacar la participaci¨®n de Ana Higueras dentro del excelente estilo mozartiano que la caracteriza, as¨ª como la intervenci¨®n (absolutamente an¨®nima dentro de un programa especialmente desordenado) de la organista Montserrat Torrent, como solista de la Sonatada Chiesa K. 336, que con muy buen criterio se intercalaba en la Misa.