UCD, relegada a cuarta fuerza pol¨ªtica en Andaluc¨ªa tras el refer¨¦ndum
El mapa auton¨®mico andaluz ha quedado totalmente trastrocado para el centro-derecha despu¨¦s de la celebraci¨®n del refer¨¦ndum, que ha significado un serio rev¨¦s para el partido del Gobierno, hasta el punto de poder afirmar que el ¨¦xito pol¨ªtico que ha supuesto la consulta para los partidos del s¨ª no hubiera sido posible sin la desobediencia del electorado centrista a las consignas abstencionistas de UCD. Tambi¨¦n Alianza Popular predic¨® la abstenci¨®n, pero su escasa implantaci¨®n en la regi¨®n y el signo m¨¢s radical de su electorado permite considerar como muy poco importante su posible corrimiento de voto.
Al margen de la definici¨®n de la estrategia negociadora del futuro Estatuto de Autonom¨ªa, ning¨²n otro tema merece tanto el estudio de las planas mayores de los partidos pol¨ªticos como el an¨¢lisis del fen¨®meno andalucista, ya que todos intentan rentabilizarlo electoralmente. Manuel Clavero y Alejandro Rojas Marcos, secretario general del PSA, son, sin duda, los m¨¢s ocupados en el tema, por ser, en principio, los m¨¢ximos aspirantes a hacerse con el control del andalucismo. A UCD no le queda otra cosa que no sea achicar ese sentimiento, que en gran parte es resentimiento hacia Madrid, a ver si de aqu¨ª a 1983 logra recuperar al menos parte del terreno perdido en esta consulta, que ha sido alarmante. Esto depender¨¢ fundamentalmente de la generosidad que el Gobierno demuestre en el manejo de los fondos presupuestarios y en la negociaci¨®n del Estatuto de Autonom¨ªa, fase en la que se va a encontrar con un PSOE mucho m¨¢s crecido que antes del 28 de febrero.Los dirigentes socialistas Alfonso Guerra y Jos¨¦ Rodr¨ªguez de la Borbolla han declarado, en este sentido, que el refer¨¦ndum significa, entre otras cosas, que el PSOE, junto con el PCA -que se alinea en posiciones similares-, va a ser el partido conductor del proceso auton¨®mico. El techo que han fijado ambos partidos es id¨¦ntico al del 151, y ello va a poner a prueba la capacidad de generosidad de UCD.
Por lo que respecta al PSOE, sus aspiraciones en relaci¨®n con el fen¨®meno andalucista no van m¨¢s all¨¢ de impedir que, a costa de ¨¦l, le siga comiendo su parcela pol¨ªtica el PSA, que, desde una perspectiva ideol¨®gica, no corre peligro alguno. El despliegue llevado a cabo durante la campa?a del refer¨¦ndum, que contrasta con la menor actividad del PSA, ha contribuido a que el electorado olvide pasadas tibiezas del PSOE. Se puede afirmar, en consecuencia, que los socialistas han consolidado una posici¨®n que daba la impresi¨®n de estarse debilitando.
Para los comunistas, dado el claro signo ideol¨®gico de su proyecto pol¨ªtico, no es previsible que el incremento del sentimiento andalucista altere en absoluto sus posiciones en la regi¨®n. De todas formas, el PCA hizo en su ¨²ltimo congreso un notable acercamiento hacia el andalucismo.
UCD err¨® en sus previsiones
Un dato a tener en cuenta es que el comportamiento del electorado se ha apartado en este caso totalmente de las previsiones del Gobierno y UCD, que erraron el golpe. Antes de adoptar la decisi¨®n de reconducir el proceso auton¨®mico andaluz, los dirigentes centristas sosten¨ªan que el refer¨¦ndum no prosperar¨ªa en ninguna provincia. Su an¨¢lisis se basaba en los bajos niveles de participaci¨®n registrados en los ¨²ltimos comicios, que confiaban bajar todav¨ªa m¨¢s con su llamamiento abstencionista, al que se unir¨ªa Coalici¨®n Democr¨¢tica. Contaban, por otra parte, con el incremento de la abstenci¨®n que suele darse en los referendos respecto a las elecciones parlamentarias.
De alguna manera, los resultados del refer¨¦ndum auton¨®mico confirman un sondeo de opini¨®n realizado por encargo de un partido, d¨ªas antes del 28 de febrero, en el que UCD pasaba a ser la cuarta fuerza pol¨ªtica de Andaluc¨ªa, por detr¨¢s de PSOE, PSA y PCA-PCE. El descenso de imagen era tan acusado que se aproximaba a los niveles de Coalici¨®n Democr¨¢tica.
Evidentemente, UCD puede de aqu¨ª a 1983 recuperar parte de este terreno perdido, pero ya parece imparable el resurgimiento de un nuevo partido andalucista de centro. Manuel Clavero, que hace unos d¨ªas se mostraba remiso a hacer comentarios, no oculta ya su intenci¨®n de organizar ese partido en toda Andaluc¨ªa. Ofrecimientos personales, incluso de hombres que todav¨ªa pertenecen a UCD, no le faltan. El problema fundamental con que se va a encontrar es el del apoyo financiero, dificultad que fue el freno mayor que encontr¨® para el desarrollo del Partido Social Liberal Andaluz (PSLA), que se integr¨® en UCD. Esta vez, el se?or Clavero conf¨ªa en que la burgues¨ªa se haya dado cuenta de que no va a ser f¨¢cil frenar a la izquierda desde las posiciones de UCD. Pero el proyecto de Clavero no va a ser en esta ocasi¨®n exclusivamente de corte burgu¨¦s, sino que pretende presentar un rostro Populista.
Por otra parte, no est¨¢ claro hasta qu¨¦ punto la burgues¨ªa andaluza est¨¢ en condiciones de despegarse de UCD. Como burgues¨ªa de una regi¨®n dependiente tambi¨¦n ella es dependiente. La crisis de UCD ha venido a demostrar que esto es as¨ª, ya que algunos cargos destacados que pensaban abandonar el partido fueron requeridos por los consejos de administraci¨®n de sus empresas para que permanecieran en UCD.
Est¨¢ por resolver la gran inc¨®gnita de si se produce o no el encuentro del claverismo con el PSA. Fuentes competentes indican que Alejandro Rojas-Marcos se encuentra en buena disposici¨®n, consciente de que una competencia con Clavero puede limitar mucho su campo de actuaci¨®n. Sin embargo, los que conocen bien a ambos l¨ªderes sostienen que no va a ser f¨¢cil la alianza Clavero -Rojas-Marcos, que el PSOE apoyar¨ªa con las mismas fuerzas con que UCD alenta al PSA en las elecciones del 1 de marzo.
La posici¨®n del PSA es, por otra parte, contradictoria, ya que mientras por un lado cada d¨ªa se presenta m¨¢s insistentemente como Partido Andaluz y se olvida de la ?S? de socialista, por otro, los ataques que viene haciendo al PSOE indican que sigue obsesionado con progresar hacia la izquierda. Esta actitud resulta todav¨ªa m¨¢s sorprendente ahora que ha quedado un amplio margen por su derecha.
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