Refer¨¦ndum andaluz

Con fecha 16 de febrero de 1980 remito a la junta electoral de la zona de C¨®rdoba, localidad de la que somos naturales, solicitud de certificaci¨®n de estar inscritos mi mujer y yo en el censo electoral de aquella provincia.El d¨ªa 25, nueve d¨ªas despu¨¦s, recibimos un solo certificad o de inscripci¨®n, junto con las correspondientes papeletas. Me apresuro a remitirlo, pagando derechos de certificado y urgencia, al objeto de que est¨¦, al menos, el voto de mi mujer el d¨ªa 28 en el colegio electoral asignado.

Yo, el d¨ªa 28, a¨²n no hab¨ªa recibido absolutamente nada, con lo que se me ha privado del ejercicio del derecho al voto.

Me entero, por fuente directa, que el personal administrativo encargado de las tareas burocr¨¢ticas relativas al refer¨¦ndum aliton¨®mico andaluz no ha sido incrementado, como lo fuera en consultas anteriores, al objeto de abordar todo el entramado mecanismo que conlleva el voto por correo. Al menos, el perteneciente a la junta electoral de la zona de C¨®rdoba.

Es de suponer, e informaciones de otras provincias andaluzas me lo confirman, que gran n¨²mero de ciudadanos con intenci¨®n de votar por este procedimiento se hayan visto enfrentados a una sucesi¨®n ininterrumpida de obst¨¢culos a superar, como lo demostrar¨¢ el escaso n¨²mero de votos, por correo que llegaron a los distintos colegios electorales andaluces.

En definitiva, y repitiendo lo anteriormente dicho, he sido privado impunemente del ejercicio del derecho al voto.

En consecuencia, y como dato a aportar, me gustar¨ªa hacer constar que hemos sido votantes de UCD en las dos elecciones generales y en las pasadas elecciones municipales, que la autonom¨ªa no es de derechas ni de izquierdas; es b¨¢sica y ¨²nicamente, de andaluces, y que, a resultas de la estafa relatada, Uni¨®n de Centro Democr¨¢tico ha perdido definitivamente dos votantes. Hay que saber jugar limpio.