Trasmediterr¨¢nea equilibra la subvenci¨®n presupuestaria y emprende un programa de modernizacion de su flota
Una sensible mejora en la gesti¨®n, el mantenimiento de la subvenci¨®n directa de los Presupuestos del Estado y la progresiva modernizaci¨®n de la flota son algunos de los aspectos derivados de la explotaci¨®n de la Compa?ia Trasmediterr¨¢nea, dos a?os despu¨¦s de su nacionalizaci¨®n. En el pasado a?o de 1979, la aportaci¨®n del Estado a la compa?¨ªa fue de 5.572 millones de pesetas, frente a los 5.497 millones correspondientes al ejercicio anterior. El programa de inversiones de Trasmediterr¨¢nea est¨¢ evaluado en estos momentos en 6.000 millones para el presente a?o.
La desprivatizaci¨®n de la Compa?¨ªa Trasmediterr¨¢nea se produjo en los primeros meses del a?o 1978, mediante oferta p¨²blica de compra de acciones por el Estado, valoradas al 85,75 %, muy por encima de su cotizaci¨®n en Bolsa. La operaci¨®n se cerr¨® tras varios meses de agudas tensiones entre la Administraci¨®n y la familia March, ¨²ltimos accionistas mayoritarios de la naviera, centradas sobre todo en el precio de compra por parte del Patrimonio del Estado (Hacienda). Hasta ese momento, Trasmediterr¨¢nea era una compa?¨ªa privada, titular de la concesi¨®n de las llamadas l¨ªneas de soberan¨ªa, que enlazaban la Pen¨ªnsula con los archipi¨¦lagos de Canarias y Baleares y cubr¨ªan las comunicaciones interinsulares, sometidas a un f¨¦rreo control de tarifas. Para compensar los posibles d¨¦ficit de explotaci¨®n y, en cierto modo, como norma compensadora general de la concesi¨®n, la compa?¨ªa gozaba de los privilegios del cr¨¦dito oficial y el Estado se hac¨ªa cargo de una importante porci¨®n de las cuotas de amortizaci¨®n de la flota, construida mayoritariamente al amparo de la financiaci¨®n oficial. Al hacerse cargo el Estado de la sociedad, la edad media de la flota (34 buques) era de casi diecinueve a?os. Entre los a?os 1968 y 1978, s¨®lo se incorporaron cinco nuevos buques a la flota.Al cumplir en 1977 el per¨ªodo reglamentario de la concesi¨®n a Trasmediterr¨¢nea de las l¨ªneas de soberan¨ªa, sus propietarios decidieron no renovar la solicitud, evidenciando un claro prop¨®sito de abandonar la prestaci¨®n del servicio, aduciendo falta de rentabilidad en la explotaci¨®n, derivada del control de las tarifas. Lo cierto es que el bloqueo de las tarifas no permiti¨® absorber por v¨ªa de explotaci¨®n el vertiginoso crecimiento de los costes -en parte derivados de una m¨¢s que discutible gesti¨®n-, pero para ello el Estado fue incrementando paralelamente la subvenci¨®n correspondiente, que en 1977 supon¨ªa ya casi el 57% de todos los gastos de la compa?¨ªa y superaba desde tres a?os antes el cap¨ªtulo correspondiente a los ingresos de explotaci¨®n.
Factor importante de la explotaci¨®n de Trasmediterr¨¢nea, antes de su traspaso al Estado, fue la constituci¨®n de la filial Aucona, encargada de mercantilizar todos los servicios -carga y pasaje- de la compa?¨ªa y que, controlada directamente por la Banca March, actuaba tambi¨¦n como agente general al servicio de otras empresas. El riesgo de la actividad de Aucona era pr¨¢cticamente nulo, al tener asegurada la exclusividad en la contrataci¨®n de los servicios de Trasmediterr¨¢nea, am¨¦n de otros contratos derivados de concesiones a largo plazo de instalaciones en los principales puertos espa?oles.
Tras la adquisici¨®n por el Estado de la mayor¨ªa de las acciones de la Compa?¨ªa Trasmediterr¨¢nea (primeros meses de 1978), fue suscrito un nuevo ?Contrato Regulador de los Servicios de Comunicaciones Mar¨ªtimas de Inter¨¦s Nacional?, en el que se defin¨ªan claramente las l¨ªneas de actuaci¨®n de la compa?¨ªa para los pr¨®ximos veinte a?os. La innovaci¨®n esencial de este nuevo contrato, respecto del suscrito con los privados en 1952, se centra en una clara diferenciaci¨®n de los distintos componentes y conceptos de la aportaci¨®n del Estado, en aras de una mayor transparencia. El nuevo contrato delimita expl¨ªcitamente la parte de la subvenci¨®n que va destinada a la adquisici¨®n de activos (buques) de la que cubre el d¨¦ficit de operaci¨®n. Mientras la primera se establece en forma de cr¨¦dito, la segunda se establece a fondo perdido. Junto a esta nueva especificaci¨®n, se incorpora por parte del accionista mayoritario (Hacienda) la filosof¨ªa de que la compa?¨ªa debe tender a financiarse b¨¢sicamente por los ingresos derivados de su actividad en el tr¨¢fico.
La memoria del ejercicio de 1977 de la Compa?¨ªa Trasmediterr¨¢nea, aprobada por la junta general celebrada en mayo de 1978 (el Estado era ya accionista mayoritario de la sociedad), present¨® un resultado positivo de poco m¨¢s de 271 millones de pesetas (250 millones de beneficio en 1976), obtenidos con una subvenci¨®n total del Estado de 4.388 millones de pesetas. En 1978 el resultado presentado fue tambi¨¦n positivo, 312 millones de pesetas, con una subvenci¨®n estatal de 5.497 millones.
La evoluci¨®n de ingresos y gastos en los ¨²ltimos a?os ha sido suficientemente reveladora respecto de la marcha de la sociedad. En 1977 los ingresos totales de explotaci¨®n fueron de 3.350 millones de pesetas, a los que correspondieron unos gastos de 7.739 millones (56,7% cubiertos por la subvenci¨®n). En el ejercicio de 1978, los ingresos fueron de 4.636 millones (aumento del 38,4%), los gastos totalizaron 10.314 millones (34% de incremento), cubiertos en un 54,2% por la subvenci¨®n. Finalmente, en 1979, los ingresos han sido de 5.572 millones (+ 20,2%), los gastos 11.165 (+ 10,1%) y la subvenci¨®n de 5.572 millones (+ 1,3%), que lleg¨® a cubrir el 49,9% de los costes totales. Los incrementos en los ingresos responden, en buena medida, al aumento de las tarifas, que entre 1977 y 1979 se han incrementado un 46,4% en pesetas corrientes y se han reducido en un 37,5% en t¨¦rminos constantes.
Sin embargo, la distinci¨®n en el nuevo contrato respecto de la composici¨®n de la subvenci¨®n permite apreciar una reducci¨®n importante en lo aportado por el Estado para compensar la cuenta de explotaci¨®n. As¨ª, la aportaci¨®n a la explotaci¨®n por v¨ªa estatal ha sido en los ¨²ltimos dos a?os decreciente: 3.919 millones en 1978 y 3.680 millones en 1979. Por el contrario, la aportaci¨®n estatal a las inversiones se ha incrementado desde los 1.578 millones de 1978 a los 1.892 millones de 1979.
La pol¨ªtica desarrollada en estos dos ¨²ltimos a?os por Trasmediterr¨¢nea se ha caracterizado por varios factores: supresi¨®n de las l¨ªneas no rentables o de baja utilizaci¨®n; mayor agresividad comercial, incorporando diversiones (juego) a bordo, programaci¨®n de cruceros y ampliando progresivamente la utilizaci¨®n de bodegas para el transporte de veh¨ªculos; integraci¨®n de la gesti¨®n de Trasmediterr¨¢nea y seis filiales, Naviera Mallorquina (carga) y Aucona (comercial y servicios); racionalizaci¨®n de los sistemas de gesti¨®n, y saneamiento general de la estructura financiera de la compa?¨ªa.
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