Casi sin Bolsa

Termin¨® la semana en las Bolsas espa?olas con unas sesiones que resultaron tan mon¨®tonas y faltas de inter¨¦s como las que le precedieron. Los mercados de valores han tropezado con el peor enemigo con el que se puede tropezar un mercado de cualquier tipo: la falta de actividad.En alguna ocasi¨®n hemos apuntado que la raz¨®n de ser de un mercado son las transacciones comerciales de los activos que en ¨¦l se negocian. Evidentemente, cuando compradores y vendedores pierden el inter¨¦s por los objetos de contrataci¨®n, el mercado va perdiendo su raz¨®n de ser. No queremos con esta breve reflexi¨®n cuestionar la existencia de las Bolsas, elementos importantes en los sistemas financieros de las sociedades capitalistas desarrolladas -y esto es, al fin y al cabo, el modelo al que responden las intenciones de las fuerzas pol¨ªticas mayoritarias en nuestro pa¨ªs-, lo que s¨ª nos parece necesario es se?alar la necesidad de echarle imaginaci¨®n y rapidez a las reformas que nuestros mercados de valores est¨¢n reclamando a voces, en lugar de utilizar la t¨¦cnica tan en boga entre los responsables econ¨®micos del Gobierno de esperar a que los problemas se pudran, para que la aplicaci¨®n de cualquier pa?o caliente produzca el efecto del descubrimiento de la,piedra filosofal. Por lo dem¨¢s, los barcos se limitaron a repetir. Las el¨¦ctricas continuaron con sus diferencias de cuartillos sin mayor inter¨¦s. Y los grupos qu¨ªmico y el sider¨²rgico permanecen desde hace mucho tiempo relegados al olvido.