Un elefante salvaje
Sedado con drogas ?blandas? le servir¨¢ de molde al artista b¨²lgaro Mihail Simeonoiv para realizar una enorme escultura en bronce de este animal a su tama?o natural. El experimento, que est¨¢ a caballo entre la conservaci¨®n naturalista y el arte, se ha realizado en Kenia.El escultor hizo el molde mientras el elefante descansaba. Dentro de dos o tres meses estar¨¢ lista la fundici¨®n en Nueva York. Entonces, Simeonoiv espera convertirse en1a primera persona que haya obtenido una r¨¦plica exacta de un especimen vivo del animal m¨¢s grandes del planeta.
La operaci¨®n de planificar la escultura y de sedar al elefante ha costado cuatro a?os y el equivalente en d¨®lares de m¨¢s de seis millones de pesetas. El escultor piensa sacarle rentabilidad a su trabajo. Va a hacer diez moldes de bronce y se propone venderlos a unos diecisiete millones de pesetas cada uno.
En un principio se pens¨® que era dif¨ªcil capturar un elefante de las caracter¨ªsticas que precisaba el escultor. Pero el problema se resolvi¨® utilizando sal para atraer durante la noche a once de estos animales hasta las proximidades del rancho en que tuvo efecto el experimento. Cuando el elefante elegido estuvo a tiro, alejado de la maleza, un veterinario le dispar¨® un sedante. El animal cay¨® de rodillas. Las cien personas que luego trabajaron para realizar el molde actuaron con suma rapidez, utilizando polvos similares a los que usan los dentistas para impresionar dentaduras. Las mezclas se consolidaron gracias a que el elefante, de cinco toneladas de peso y de cuarenta a?os, ?la flor de su vida?, s¨®lo respiraba menos de diez veces por minuto.
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