La "municipalizaci¨®n" del centro de Prosperidad acabar¨ªa con un importante n¨²cleo de cultura popular

Los distintos grupos culturales que realizan sus trabajos en el Centro Cultural de Prosperidad, situado en la calle de Mantuano, 51, del distrito de Chamart¨ªn, se resisten a abando narlo para que el Ayuntamiento se haga cargo del mismo. En el centro, que es propiedad del Ministerio de Cultura, se mezclan bibliotecas con, talleres de pintura, centros de tra bajo para disminuidos ps¨ªquicos contalleres de cer¨¢mica y grupos de teatro con escuelas de m¨²sica. Se trata de un aut¨¦ntico centro cultural popular. El Ayuntamiento quiere hacerse cargo del mismo lo antes posible para convertirlo en un centro escolar y una biblioteca. Los grupos culturales han afirmado que se opondr¨¢n con todas sus consecuencias.

En el Centro Cultural de Prosperidad hace fr¨ªo. La luz a partir de. las siete de la tarde desdobla las figuras en sombras siniestras. Los j¨®venes que trabajan en el Centro est¨¢n preocupados por el futuro. No es para menos. El Ayuntamiento se har¨¢ cargo del edificio dentro de d¨ªas. Quieren que se vayan. Reciben amenazas por todas partes. La primera medida fue dejarles sin luz, por lo que tuvieron que alquilar un generador que no da energ¨ªa suficiente. Los robos est¨¢n a la orden del d¨ªa. Los cristales rotos no se reponen y los problemas no tienen fin. El Centro Cultural, ubicado en la calle de Mantuano, 51, en el distrito de Chamart¨ªn, es un carb¨®n al rojo vivo que va de las manos del Ministerio de Cultura al Ayuntamiento. Todos quieren el inmueble, pero nadie se hace responsable de las personas y grupos que realizan en ¨¦l una meritoria labor cultural.En el a?o 1976, el Ateneo Polit¨¦cnico fue desalojado por la polic¨ªa. Los grupos de teatro, pintura, m¨²sica y otras actividades que all¨ª trabajaban pidieron al Ministerio de Cultura autorizaci¨®n para ocupar el edificio de Mantuano. A finales de 1977, los grupos desalojados del Polit¨¦cnico obtienen la autorizaci¨®n escrita del Ministerio de Cultura para ocuparlo.

Por medio de la Direcci¨®n General de la Juventud se concedi¨® una subvenci¨®n para el mantenimiento del inmueble. La Administraci¨®n, dentro del Centro, estaba representada por un director. Los directores generales de la juventud que firmaron y apoyaron la iniciativa fueron Nogueiras y V¨¢zquez Guill¨¦n. Despu¨¦s, el abandono.

?Les da miedo eso de la cultura libre.? Palabras textuales de un alto funcionario del Ministerio, .cuando la coordinadora del Centro pidi¨® explicaciones por la falta de subvenciones, la huida del mismo del director y de empleados oficiales. La ayuda y defensa que el Centro Cultural de Prosperidad encontr¨® en personajes individuales, dentro de la Direcci¨®n General de la Juventud, fue motivo de ceses y marginaciones.

El Ministerio de Cultura en ning¨²n momento quiso encauzar las actividades del Centro. Era mejor abandonarlo para que el deterioro y la penuria de medios diera con los ocupantes en la calle. En 1978, el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento estaban en manos de UCD. En aquella ¨¦poca intentaron declarar el edificio en ruinas, y mandaron a dos arquitectos, los cuales se negaron a respaldar el juego.

En 1980, el Ayuntamiento est¨¢ regido por socialistas y comunistas. Eduardo Ferreras, presidente de la junta municipal del distrito de Chamart¨ªn, parece tener las ideas muy claras, aunque -para bien de los grupos del Centro Cultural de Prosperidad-, no son compartidas por todos los componentes de la Corporaci¨®n. ?Los que gobiernan el Ayuntamiento actualmente, los partidos socialista y comunista, mantienen las premisas de su programa electoral: crear centros culturales. Pero el Ayuntamiento organizar¨¢ el edificio de Mantuano de la forma m¨¢s eficaz, sin reconocer prioridades de primer ocupante?, afirma el se?or Ferreras.

Las facetas culturales del Centro

Las facetas del centro son m¨²ltiples, tantas, que una persona que no conozca el lugar puede perderse con facilidad dentro de los interminables pasillos. En cuanto a las prestaciones actuales del Centro son muchas: una guarder¨ªa, un club de ancianos, un taller ocupacional de disminuidos ps¨ªquicos, una escuela popular, dos bibliotecas (una para ni?os y otra para adultos) que son las ¨²nicas en la zona norte de Madrid; una asociaci¨®n de vecinos, la asociaci¨®n de ayuda en carretera, DIA, un club deportivo, una asociaci¨®n de profesores de educaci¨®n f¨ªsica que dan clase en los colegios de la zona.Cuenta tambi¨¦n con talleres, como el de carpinter¨ªa (para trabajos en el Centro y exterior), el de encuadernaci¨®n, un taller mec¨¢nico que atiende el generador, adem¨¢s de los de cer¨¢mica, telares, aeromodelismo, etc¨¦tera.

Mientras que, en la parte art¨ªstica, creativa y educacional (puesto que tambi¨¦n se imparten clases), est¨¢n los grupos de teatro: Musara?a, Tartana, La Vara Verde, Maestro Pistolla, Teatro de Utensilios Varios, El Rigor de las Desdichas, etc¨¦tera, grupos de danza, un taller de m¨²sica de c¨¢mara y otro de pintura. Toda un ala del edificio est¨¢ ocupada por grupos de rock. Se imparten cursos de cer¨¢mica, fotograf¨ªa, flauta, solfeo, danza, expresi¨®n corporal, canto y armonia.

Los grupos que trabajan dentro del Centro Cultural no sirven a ning¨²n partido pol¨ªtico,concreto, ni hacen proselitismo de sus posturas ideol¨®gicas. Lo m¨¢s importante para ellos es mejorar el nivel profesional de cada grupo. ?El Centro existe porque era necesario; ha surgido con naturalidad. Nosotros no lo encontramos hecho esperando. Est¨¢bamos desperdigados por todo Madrid, sin poder desarrollar nuestras actividades; alquil¨¢bamos pisos y habitaciones para ensayar, a precios alt¨ªsimos. Muchos grupos estaban a punto de desaparecer cuando surgi¨® la oportunidad del Centro?, afirma un portavoz de los grupos culturales.

Por contra, Eduardo Ferreras est¨¢ convencido de q¨²e todas las manifestaciones culturales tienen de por s¨ª carga ideol¨®gica, y dice m¨¢s. ?El Ayuntamiento no va a utilizar el Centro Cultural como arma pol¨ªtica o ideol¨®gica. Aunque yo no recrimino a quien haga cultura con signo ideol¨®gico. No se trata de crear un centro de cultura oficial. Ser¨¢ planificado tal y como lo entiende un ciudadano normal. Debe quedar claro que el Ayuntamiento no puede renunciar a realizar su propio proyecto de centro cultural.?

Frente a lo anterior, Tamames se comprometi¨® p¨²blicamente, a trav¨¦s de Radio Juventud, a que el Centro Cultural de Prosperidad seguir¨ªa en la l¨ªnea actual.

El se?or Ferreras se empe?a en resaltar que ?aunque muchas de las personas que est¨¢n en el Centro se mueven con af¨¢n altruista, otras, sin embargo, tomaron los locales con el fin de realizar negocios?. En el Centro est¨¢n dispuestos, sin embargo, a que hagan las investigaciones que crean oportunas. ?All¨ª no se hacen negocios?, afirman en el Centro.

Eduardo Ferreras no se quiere comprometer abiertamente. Lo primero para ¨¦l es obtener la propiedad del edificio de manos del Ministerio de Cultura. Despu¨¦s piensa en una inversi¨®n de unos setenta millones de pesetas, para remozar y acondicionar los locales (a la coordinadora del Centro semejante presupuesto le parece una barbaridad). En cuanto a la futura utilizaci¨®n, posiblemente, se trasladar¨¢n las ocho unidades escolares del colegio de la calle del General Zabala, una guarder¨ªa, un estudio de artes pl¨¢sticas, una biblioteca, etc¨¦tera.