En Do?ana se destruyen los nidos de las ¨¢guilas imperiales
El Parque Nacional de Do?ana es el espacio natural protegido m¨¢s pol¨¦mico de Espa?a. Pero no porque en otras ¨¢reas naturales de este pa¨ªs no haya problemas, al contrario, los hay en abundancia, sino porque en Do?ana es el lugar en el que se han encontrado todas las fuerzas que de alguna manera tienen algo que ver con la naturaleza: Icona, Iryda, CSIC, urbanizadoras,, latifundistas, agricultores, pescadores, cazadores y ecologistas. Los intereses que han chocado en D¨®?ana han convertido a esta zona h¨²meda en un aut¨¦ntico ring donde cada uno intenta salir vencedor. Los que salen perdiendo son Do?ana y sus animales.
El ¨¢guila imperial (Aquila heliaca adalberti) ocupa el cuarto lugar en la lista de aves en peligro de extinci¨®n. La totalidad de su poblaci¨®n, unas cincuenta parejas, tiene sus ¨²ltimos reductos en el suroeste de la Pen¨ªnsula Ib¨¦rica; de ellas, la cuarta parte vive en Do?ana y, precisamente ¨¦stas, las ¨²nicas que viven en un territorio protegido por la ley, son las m¨¢s amenazadas.En 1979, de los treinta huevos que pusieron las ¨¢guilas imperiales en Do?ana, s¨®lo salieron nueve pollos, en cuatro de los trece nidos que ocuparon. El resto fueron destruidos por la acci¨®n del hombre o resultaron inf¨¦rtiles por causas desconocidas (algunos expertos hablan de contaminaci¨®n por pesticidas). La tr¨¢gica historia de las trece parejas de imperiales, que anidan en el Parque Nacional de Do?ana podr¨ªa volver a repetirse esta primavera si el Ministerio de Agricultura no act¨²a, a trav¨¦s de su Instituto para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (Icona), para evitar que sigan produci¨¦ndose atentados contra el patrimonio natural.
La historia se remonta a 1953, cuando la Administraci¨®n espa?ola intent¨® desecar todo Do?ana repobl¨¢ndolo con eucaliptos, ¨¢rboles de origen australiano introducidos masivamente durante el franquismo con el fin de abastecer a las industrias papeleras. Aquel plan nunca se llev¨® a cabo, pero s¨ª se inici¨® en algunas zonas de Do?ana, para los que llegaron a conocerla virgen, ?en lo mejor de las marismas?.
Ahora, la pol¨ªtica del Ministerio de Agricultura, responsable de los parques nacionales, es eliminar de Do?ana estos ¨¢rboles ajenos a la flora aut¨®ctona espa?ola. Pero el responsable de ejecutar estas directrices, el conservador del parque, Gumersindo Borrero, ingeniero de montes del Icona, ha tomado demasiado al pie de la letra las ¨®rdenes recibidas.
Entre el 20 y el 31 de marzo de 1979 se hizo una corta de eucaliptos en una finca situada al norte de Do?ana, conocida por el nombre de Hato de la Villa, propiedad de la viuda de Nogueras. De todos era sabido que en aquel bosquete anidaba sobre un eucalipto una pareja de ¨¢guilas imperiales desde hac¨ªa tres a?os. Sin embargo, el bosquete fue talado. La motosierra cort¨® el ¨¢rbol del nido por la base a pesar de que en aquel momento las ¨¢guilas se encontraban en el mismo incubando tres huevos, que quedaron rotos en el suelo. Curiosamente, una ley redactada por el mismo Icona prev¨¦ multas de 150.000 pesetas a quien mate o capture una imperial o destruya uno de sus huevos. Alguien deber¨ªa, pues, haber pagado 450.000 pesetas por este atentado ecol¨®gico.
Pocos d¨ªas despu¨¦s, en la finca Del Lobo, ca¨ªa de otro eucalipto un segundo nido de ¨¢guila imperial; murieron dos pollos reci¨¦n nacidos que hab¨ªa dentro. Seg¨²n la explicaci¨®n oficial, el nido hab¨ªa sido derribado por el viento. Pero la historia es algo m¨¢s compleja. Algunos d¨ªas antes se hab¨ªa realizado en aquel lugar una entresaca de unos cincuenta eucaliptos, algunos a tan s¨®lo tres metros de distancia del nido. En aquella ocasi¨®n se pudo impedir que el ¨¢rbol en el que se encontraba el nido fuera cortado, gracias al director de la Estaci¨®n Biol¨®gica de Do?ana, que convenci¨® al due?o de la finca para que detuviera la corta. Pero, al parecer, la entresaca fue suficiente para dejar desprotegido el nido ante el viento. Hay quien opina que m¨¢s bien alguien no se resign¨® a no cortar un ¨¢rbol ?por culpa de un p¨¢jaro?. El caso es que el eucalipto acab¨® siendo cortado.
Los ornit¨®logos han pedido que los eucaliptos sean cortados lentamente, al ritmo que crezcan los pinos y los alcornoques, de manera que los p¨¢jaros encuentren d¨®nde anidar, y, en el caso de las imperiales, consideran que los nidos deber¨ªan atarse a los ¨¢rboles para impedir que puedan ser derribados por el viento.
El Icona, sin embargo, hace o¨ªdos sordos a estas sugerencias, y contin¨²a su obra de limpieza a matarrasa; curiosamente, siempre all¨ª donde anidan las ¨¢guilas imperiales. Hace escasamente dos meses se realiz¨® una nueva corta de eucaliptos en la finca conocida por el Coto del Rey . En este bosquete anidan dos ¨¢guilas imperiales, a unas decenas de metros de un camino por el que circulan numerosos veh¨ªculos. Hasta ahora estaban protegidas por un bosquete de eucaliptos, pero el conservador del parque, desoyendo las indicaciones de que respetara determinados ¨¢rboles para no dejar al descubierto los nidos, los tal¨® todos, de manera que esta primavera el Ministerio de Agricultura podr¨¢ sumar a su cuenta varios ejemplares m¨¢s.
A las talas de ¨¢rboles se une otra serie de amenazas para las ¨¢guilas que dejan patente la falta de una pol¨ªtica conservacionista en el parque. Caja a?o, los lugare?os de Do?ana recogen las pi?as de los pinos pi?oneros, otro de los ¨¢rboles donde las imperiales acostumbran a nidificar. La recogida tiene lugar en marzo, precisamente el mes en el que las ¨¢guilas comienzan a incubar sus huevos. Cualquier pa¨ªs europeo gastar¨ªa millones en impedir que se pudiera destruir la nidada de un ave en extinci¨®n. Aqu¨ª s¨®lo se necesitar¨ªa dar los permisos para recoger las pi?as de esas zonas un mes antes de que se inicie el per¨ªodo de incubaci¨®n.
La prueba del peligro que para las imperiales supone la cercan¨ªa del hombre se confirm¨®, una vez m¨¢s, el a?o pasado. Una hembra primeriza acab¨® abandonando su nido ante el continuo tr¨¢nsito de Land-Rover a menos de un kil¨®metro de distancia del alcornoque en el que se hab¨ªa instalado. Los dos huevos que estaba incubando se perdieron al enfriarse.
Actualmente hay dos casos similares en Do?ana. Un nido situado cerca de un camino por el que pasan los pi?oneros con sus land-rover, y otro, que ha sido construido este a?o, a menos de cien metros del camino por donde pasan losrocieros en su peregrinaci¨®n a la fiesta de la Virgen de? Roc¨ªo, y que podr¨ªa acabar mal, a pesar de que la pareja que ha decidido instalarse en lugar tan peligroso es la misma que durante a?os ha sido fotografiada por ornit¨®logos de todo el mundo y, por tanto, debe estar acostumbrada a la presencia humana. Lo que no se sabe es si tambi¨¦n aguantar¨¢n los cohetes y el cante hondo.
Otra de las amenazas que tienen las imperiales de Do?ana son los tendidos el¨¦ctricos que ha construido el propio Ministerio de Agricultura al norte del parque. En los ¨²ltimos a?os murieron electrocutadas nueve ¨¢guilas imperiales, adem¨¢s de muchas otras aves, como cig¨¹e?as, diversas rapaces, etc¨¦tera. El ¨²ltimo tendido que coloc¨® en Do?ana el Iryda, organismo del Ministerio de Agricultura encargado de desecar las marismas que rodean el parque nacional, obras que suponen la mayor amenaza para Do?ana, ya que le roban el agua, cont¨®, sorprendentemente, con la autorizaci¨®n expresa del conservador de este espacio natural, nombrado por el Icona.
Las continuas protestas por estos tendidos el¨¦ctricos han logrado que el Iryda se comprometiera a no poner ninguno m¨¢s en las inmediaciones del parque. Sin embargo, los existentes contin¨²an haciendo v¨ªctimas todos los a?os. Los ecologistas han propuesto una soluci¨®n muy sencilla, que consiste en colocar en los cien postes donde hay peligro de que se posen las aves unos posaderos de madera y recubrir los cables de pl¨¢stico en un par de metros alrededor de los postes, de manera que los p¨¢jaros no puedan hacer masa con su cuerpo al posarse en los mismos.
Esta soluci¨®n no ha sido adoptada, a pesar de lo barata que es y de ser una t¨¦cnica recomendada y practicada en Norteam¨¦rica por la Fundaci¨®n para la Investigaci¨®n de Rapaces y el Edison Electric Institute, por considerar el patronato del parque que la soluci¨®n debe ser enterrar los cables. Pero esto no se hace porque es muy caro.
Esta zona, actualmente preparque, era uno de los mejores lugares de la marisma. Un acu¨ªfero subterr¨¢neo hac¨ªa florecer all¨ª un sistema de siete lagunas repletas de vida. Cuando el proyecto de 1953, se plant¨® todo ¨¦l de eucaliptos. Hace tres a?os, cuando el Ministerio de Agricultura estaba elaborando el anteproyecto de lo que m¨¢s tarde ser¨ªa la ley del parque nacional de Do?ana, el Icona pla
En Do?ana se destruyen los nidos de las ¨¢guilas imperiales
ne¨® la construcci¨®n de una laguna artificial en esta zona, con el fin de que pudiera ser visitada por los turistas de) parque sin alterar los delicados sistemas del interior de Do?ana.Inexplicablemente, los eucaliptos no fueron talados, sino derribados con excavadoras. Consecuencia de ello fue que para poder retirar los troncos hubo que trocearlos, pagando jornales adicionales, y finalmente, las papeleras se negaron a comprar aquella madera por considerar que no era aprovechable.
Luego se excav¨® el cuenco de la laguna y se instalaron unas bombas para extraer agua de los acu¨ªferos subterr¨¢neos. Pero aquello no se llenaba nunca. El paso del tiempo hab¨ªa alterado el horizonte del suelo y ahora el agua era chupada por la arena. Se echaron en el fondo de la laguna varios camiones de tierras de la marisma con el fin de lograr que el fondo se haga impermeable. Ahora ' se est¨¢ esperando que se regenere la vegetaci¨®n. El costo final de esta obra se calcula en unos sesenta millones de pesetas. El gasto exacto ser¨¢ dif¨ªcil de evaluar porque gran parte de las obras se realizaron sin control alguno.
La segunda gran obra del leona en Do?ana es un centro de recepci¨®n de visitantes del parque nacional, que se est¨¢ construyendo en el antiguo palacio de La Rocina. All¨ª se est¨¢ instalando un museo en el que, entre otras cosas, se podr¨¢n ver disecados seis linces, ¨¢guilas imperiales, y muchos otros animales que han dado fama a esta zona por ser uno de los ¨²ltimos reductos de numerosas especies en peligro de extinci¨®n. Este museo ha sido criticado por los ecologistas, que consideran que el dinero que se est¨¢ gastando en este centro deber¨ªa ser utilizado en medidas de conservaci¨®n y que, por otro lado, es de mal gusto y pobre intentar ense?ar muerto lo que los visitantes de Do?ana pretender ver o intuir vivo durante su estancia en este ¨¢rea natural.
Pero las obras del leona no s¨®lo se comen los millones del presupuesto, tambi¨¦n provocan graves efectos secundarios. La escasa guarder¨ªa del parque se dedica a vigilar estas construcciones y no las marismas. Alguien ha calificado recientemente a Do?ana como ?la finca del pa¨ªs en la que m¨¢s f¨¢cilmente se puede cazar?. Los furtivos campean con toda libertad por el parque. El mayor problema es que en ocasiones caen animales, como el lince, en trampas preparadas para matar otros animales.
Claro que dif¨ªcil ser¨¢ erradicar el furtivismo mientras el leona siga dando licencias para cazar centenares de animales a los propietarios de las fincas que componen el parque nacional, en el que por ley est¨¢ prohibido cazar.
La lista de anomal¨ªas que ocurren en Do?ana ser¨ªa interminable. Algunas destacan por escandalosas. La primavera pasada fueron destrozados los novecientos nidos de una colonia de flamencos que, por primera vez en la historia del parque, hab¨ªan comenzado a anidar all¨ª hace dos a?os. Esto supuso la muerte de 1.500 a 2.500 pollos de flamenco, especie que en Europa s¨®lo cr¨ªa en la Camarga francesa y en el sur de Espa?a. Seg¨²n el leona, los nidos, unos peque?os mont¨ªculos de barro sobre los que estas aves colocan sus huevos, fueron destrozados por los jabal¨ªes y las gaviotas. Algunos ornit¨®logos, aunque aceptan esta posibilidad, no las tienen todas consigo, ya que el destrozo fue ocasionado en una noche en la que, precisamente, el guarda del leona en esta zona estaba ausente. Los ecologistas han solicitado que este a?o, caso de que los flamencos vuelvan a anidar, la zona sea vigilada d¨ªa y noche por dos guardas con un permiso especial para matar cualquier jabal¨ª que se acerque a los nidos.
Pero la fauna del Parque Nacional de Do?ana no se limita a las fronteras del territorio que en su d¨ªa se declar¨® protegido. De ah¨ª que las medidas proteccionistas deban emprenderse all¨ª donde se encuentren las especies que por su rareza y valor biol¨®gico han dado prestigio a Do?ana.
Es el caso de una colonia de esp¨¢tulas, aves que hasta ahora s¨®lo ten¨ªan dos ¨²ltimos reductos en Europa, uno en la Reserva Biol¨®gica de Do?ana y, otro, una peque?a colonia en Holanda, Pues, bien, haciendo gala de una buena dosis de mal gusto, unas veinte parejas de esp¨¢tulas se instalaron, hace ya tres primaveras, en un islote cerca de la zona industrial de Huelva, a pocos centenares de metros de las chimeneas m¨¢s. contaminantes de Espa?a.
Los ornit¨®logos pidieron al leona que destinara a este lugar a alguno de sus guardas, con el fin de vigilar esta tercera colonia de un ave a punto de desaparecer en Europa. Hasta el d¨ªa de hoy este organismo no ha enviado all¨ª a nadie. Hace poco tiempo fueron vistos cazadores en la isla que llevaban muertas en la mano dos esp¨¢tulas, junto con varias garzas reales, p¨¢jaros que en aquel momento ya estaban incubando huevos en el nido.
Incluso las esp¨¢tulas que anidan dentro del parque est¨¢n amenazadas. La extra?a mortandad de aves que se produce desde 1973 durante algunos veranos en las marismas de Do?ana, achacada al botulismo, en las que mueren cientos de miles de aves, se lleva cada verano una media de treinta esp¨¢tulas, un porcentaje brutal para una especie tan amenazada como ¨¦sta.
Mientras no se aclaren las causas de estas muertes, que algunos achacan a la escasez de agua en la marisma, problema que se solucionar¨ªa dejando entrar de nuevo a las marismas el agua del r¨ªo Guadiamar, desviado hace a?os por el Iryda, los ornit¨®logos proponen que en cuanto se declare la mortandad el leona disponga de equipos que se dediquen a rescatar la vida de las especies m¨¢s escasas, como son las esp¨¢tulas, cerceta pardilla, calam¨®n, etc¨¦tera. Las aves afectadas por el botulismo se recuperan r¨¢pidamente con s¨®lo trasladarlas a lucios con aguas abundante.
La salvaci¨®n de otras especies tambi¨¦n en v¨ªas de desaparici¨®n requerir¨ªa solamente el control de los cazadores. Do?ana es famosa, entre otras muchas cosas, por ser el ¨²ltimo lugar, junto con otros puntos aislados de Andaluc¨ªa, donde vive el calam¨®n, ave acu¨¢tica extinguida en toda Europa. Sin embargo, el mayor n¨²cleo de calamones de Do?ana no viven en el parque, sino al lado, en el Brazo del Este, en la margen izquierda del r¨ªo Guadalquivir.
En los a?os buenos de agua pueden llegar a criar en este lugar m¨¢s de un millar de parejas de calamones, pr¨¢cticamente la mitad de toda la poblaci¨®n de esta especie que queda viva. Cada a?o los cazadores matan unas mil de estas aves. En ocasiones utilizan t¨¦cnicas tan brutales como quemar los carrizos secos, de manera que los calamones se vean obligados a salir de la espesa vegetaci¨®n y puedan ser abatidos a tiros. Los que no salen se recogen posteriormente completamente quemados en el cauce.
A pesar de todo, los cazadores son peccata minuta para este espl¨¦ndido p¨¢jaro de culo blanco. Su mayor enemigo son los planes de desecaci¨®n del Brazo del Este. Su suerte podr¨ªa ser que el Gobierno se convenza que es -mucho m¨¢s rentable explotar las marismas para la cr¨ªa de anguilas y cangrejos que para plantar arroz. Se ha calculado que mil hect¨¢reas de marisma pueden llegar a producir unos ochocientos millones de pesetas dedicados a la piscicultura. Mucho arroz habr¨ªa que cosechar para igualar esa rentabilidad.
La letan¨ªa de hechos sorprendentes e irregulares en Do?ana ser¨ªa interminable. Seg¨²n los ecologistas, falta una pol¨ªtica conservacionista en el parque. No s¨®lo se trata de erradicar las actuaciones que atentan contra la integridad de este espacio natural, sino que adem¨¢s es necesario que la Administraci¨®n tome la iniciativa en determinados problemas de los que ahora se inhibe y que para solucionarlos s¨®lo se necesitar¨ªa un m¨ªnimo de esfuerzo e inversiones.
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