El asesinato de Yolanda Gonz¨¢lez, un paso m¨¢s en la organizaci¨®n del terrorismo "ultra" en Espa?a
En la noche del s¨¢bado d¨ªa 1 de febrero pasado fue asesinada en las proximidades de San Mart¨ªn de Valdeiglesias, cerca de Madrid, la joven Yolanda Gonz¨¢lez, militante del Partido Socialista de los Trabajadores (PST). Un mes despu¨¦s fueron procesados, como implicados en los hechos, Emilio Hell¨ªn e Ignacio Abad, presuntos autores materiales del asesinato; F¨¦lix P¨¦rez Ajero y Ricardo Prieto D¨ªaz, actualmente huidos, que tuvieron a su cargo la vigilancia exterior del domicilio de la v¨ªctima, y Juan Carlos Roda Crespo, polic¨ªa nacional, que colabor¨® con los anteriores en la misma tarea, pero que, arrepentido posteriormente, denunci¨® a sus superiores lo sucedido. Todos formaban parte del Comando 41 y los cuatro primeros pertenecen a Fuerza Nueva. El asesinato fue reivindicado por el Batall¨®n Vasco Espa?ol, acusando a Yolanda de ser enlace de ETA y en venganza del asesinato de seis guardias civiles en el Pa¨ªs Vasco. Sobre la situaci¨®n del sumario y sobre las dificultades que impiden ahondar en la investigaci¨®n de los hechos y en la relaci¨®n de David Mart¨ªnez Loza con los mismos, los abogados acusadores (Jos¨¦ Mariano Ben¨ªtez de Lugo y Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano) han hecho las siguientes declaraciones.
Pregunta. ?En qu¨¦ situaci¨®n se encuentran las investigaciones sumariales sobre el asesinato de Yolanda Gonz¨¢lez?
Ben¨ªtez de Lugo. La visi¨®n global del sumario sobre el asesinato di Yolanda Gonz¨¢lez permite contemplar dos fases o caminos en las actuaciones: la instrucci¨®n de diligencias policiales y la actuaci¨®n judicial.
En la primera fase aparece una declaraci¨®n muy larga de Emilio Hell¨ªn y otra de Ignacio Abad, una diligencia de b¨²squeda de David Mart¨ªnez Loza, con resultado negativo, en la que su esposa manifiesta que el buscado ha desaparecido de Madrid. En estas declaraciones, Hell¨ªn y Abad citan a Mart¨ªnez Loza no menos de diecisiete veces. Tambi¨¦n constan en tales diligencias la relaci¨®n de efectos intervenidos a los dos presuntos autores materiales de la muerte de Yolanda Gonz¨¢lez. Y una petici¨®n de registro de la sede de Fuerza Nueva, denegada por el magistrado del Juzgado n¨²mero nueve de los de Madrid, a quien correspondi¨® la instrucci¨®n de la causa en principio. Esta denegaci¨®n es considerada en medios judiciales como an¨®mala, pues lo .normal es que actualmente se conceda permiso para que la polic¨ªa efect¨²e registros dentro de horarios normales, no como antes, que se hac¨ªan principalmente de noche, y as¨ª como la clara concreci¨®n de las dependencias registrables.
Las actuaciones judiciales, es decir, la segunda fase, presentan curiosidades como ¨¦stas: Me person¨® en la causa en nombre de los padres de Yolanda el 14 de febrero, en el Juzgado n¨²mero nueve, que fue el que,primeramente hizo las diligencias, y no me acepta el escrito porque dice que est¨¢ pendiente de ver s¨ª el asunto pasa al Juzgado Central de Instrucci¨®n, de, la Audiencia Nacional. Mi sorpresa es grande cuando ve o que el Juzgado n¨²mero nueve, una vez que la causa ha pasado efectivamente al Juzgado Central n¨²mero uno, no ha tramitado mi escrito y me dicen que lo presente, si quiero, en el Central. Esto tiene gran importancia porque, en ese momento, ya estamos a finales del mes y, d¨ªas antes, el 26, David Mart¨ªnez Loza se hab¨ªa presentado'a declarar, y luego, el d¨ªa 28, el sumario se declar¨® secreto, justo el d¨ªa antes de que se aceptara mi personaci¨®n en la causa. Posteriormente, en esta fase judicial, se ha incorporado una declaraci¨®n del director del colegio al que asist¨ªa Yolanda y una nueva declaraci¨®n de Ignacio Abad.
P. ?Pod¨ªa haber ahondado m¨¢s en los hechos la investigaci¨®n policial?
Mohedano. Sin infringir en el secreto sumarial, pues ya la prensa y el propio ministro del interior han facilitado suficientes datos, yo opino que la investigaci¨®n policial ha sido amplia. Que no se ha quedado, como ocurri¨® en el caso de Atocha, en lo imprescindible, para acusar a los propios inculpados, sino que aqu¨ª se ha podido vislumbrar una infraestructura terrorista que en la matanza de Atocha no se vio, bien porque no existiera con tanta fuerza, bien porque la investigaci¨®n policial no llegara a ella.
La participaci¨®n de Mart¨ªnez Loza, aqu¨ª, se oculta. No se puede hacer tampoco el registro en las sedes de Fuerza Nueva y Fuerza Nacional del Trabajo. Falta una investigaci¨®n continuada sobre el terrorismo de ultraderecha.
P. ?La investigaci¨®n judicial podr¨ªa superar las limitaciones objetivas de la investigaci¨®n policial?
B. de L. La polic¨ªa, de haber podido interrogar en caliente a Mart¨ªnez Loza, quiz¨¢ habr¨ªa podido obtener m¨¢s datos..
M. No s¨¦ si ahora ser¨¢ imposible, pero s¨ª dificil, para que la actuaci¨®n judicial pueda salvar esas limitaciones. Y no ya s¨®lo dictando el procesamiento de Mart¨ªnez Loza, completamente necesario desde nuestro punto de vista, sino para esclarecer la fase organizativa de estos comandos del Batall¨®n Vasco Espa?ol o de cualquier otro nombre.
Este grupo detenido depend¨ªa jer¨¢rquicamente de Martinez Loza. La infraestructura de este grupo, armamento, documentaci¨®n falsa, aparatos transmisores-receptores, informaci¨®n extra¨ªda o sustra¨ªda de organismos del Estado, etc¨¦tera, revelan una infraestructura m¨¢s amplia que la propia de cuatro personas. Sobre estos puntos se insistir¨¢ judicialmente, pero para ello es imprescindible el procesamiento de Mart¨ªnez Loza. Hell¨ªn y Abad afirman que aqu¨¦l dio instrucciones no s¨®lo al Comando 41 que ellos formaban, sino a otros y para diversos cometidos, como los de la quema de quioscos, entre otros. Concretamente, se?alan que el d¨ªa de la muerte de Yolanda ten¨ªan el encargo de atentar contra la agencia Cinco Cero, y que Mart¨ªnez Loza les cambi¨¦ el plan, indic¨¢ndoles que fueran a por Yolanda.
B. de L. El auto de procesamiento,dictado por el juez Ricardo Var¨®n limita y acota el campo, de la investigaci¨®n judicial, ya que dice que al domicilio de Yolanda fueron a instancia de Emilio Hell¨ªn y que los comunicados reivindicativos del asesinato los hizo Hell¨ªn. Es decir, que a pesar de haber responsabilizad'o Hell¨ªn a Mart¨ªnez Loza en las ¨®rdenes, la entrega de armas y de Goma 2, del alquiler del piso de la calle de la Libertad -con nombre falso-, de ordenar que cambien el atentado a la agencia Cinco Cero por ir contra Yolanda, para vengar la muerte de los seis guardias civiles asesinados en aquellas fechas en el Pa¨ªs Vasco, as¨ª como del dictado de los textos de los comunicados, el juez no estima au¨¦ existen suficientes indicios racionales de criminalidad para procesar a Mart¨ªnez Loza.
M. Decimos nosotros: si se descarta a Mart¨ªnez Loza, ?de d¨®nde sale toda esa infraestructura? De aqu¨ª a decir que la muerte de Y¨®l¨¢?d¨¢ f¨¹e Por'motivos personales s¨®lo hay ¨²n paso, desvincul¨¢ndola de la acci¨®n de una organizaci¨®n terrorista.. Pero, entonces, ?c¨®mo se explica todo ese aparato organizativo y jer¨¢rquico? ?Es que s¨®lo Hell¨ªn y el joven Abad pod¨ªan organizar todo eso? Habr¨ªan muchas preguntas que quedar¨ªan en el aire. Si no se quiere procesar a Mart¨ªnez Loza, ?qu¨¦ altemativa de investigaci¨®n se ofrece para esclarecer todos esos puntos? ?Por qu¨¦ ten¨ªa grabado Hell¨ªn un seguimiento de vigilancia del coche del vicepresidente del Gobierno Guti¨¦rrez Mellado? Abad dice que Ie ordenaban investigar esas cosas, de las que hizo varias, y no sab¨ªa a d¨®nde iban a parar los resultados.
Otras complicidades
P. ?En lo investigado hasta ahora se ha encontrado alg¨²n indicio de posibles complicidades en instituciones del Estado?
B. de L. Hell¨ªn tenu un cam¨¦ de los servicios de protecci¨®n civil del Ministerio del Interior y placas de la polic¨ªa y de la Guardia Civil, que ¨¦l dice. que compr¨® en tiendas de la calle Mayor, de Madrid. Pero se pretende ahora decir que Hell¨ªn estaba al servicio de Presidencia del Gobierno, y que lo que se intentaba con esta acci¨®n era desprestigiar a Fuerza Nueva.
M. Cierto es que se mueven con facilidad en los cuerpos de seguridad y que tienen relaci¨®n con nas de estos cuerpos.
A Hell¨ªn se le intervino tambi¨¦n una cinta de t¨¦lex cursada por un teniente coronel de la Guardia Civil, simil¨¢r en el tipo a la que ¨¦l emple¨® para reivindicar el crimen y de la cual dijo lueg¨® que la hab¨ªa robado en un cuartel de la Guardia Civil de Huelva, un d¨ªa en que fue a visitar a su herinano.
Tambi¨¦n tiene matrices de armas que pertenecen al Ministerio del Interior. As¨ª como cartulinas del Documento Nacional de Identidad, ciento cuarenta, las cuales no suelen estar al alcance de cualquiera, precisamente, y sobre las que Hell¨ªn dice que se las facilit¨® Mart¨ªnez Loza; manejan con facilidad esas ense?as y armas militares. Sin embargo, el no procesamiento de ¨¦ste impide que se investigue en otra direcci¨®n.
Del mismo modo que no deseartamos tampoco que personas de los servicios de Presidencia del Gobierno, o lo que antes eran esos servicios de inteligencia, as¨ª como con otros cuerpos militares o paramilitares, hayan podido tener relaci¨®n con tal infraestructura de ultraderecha. Pero de ah¨ª a que, como dice Fuerza Nueva, est¨¦ orquestado por la c¨²spide de tales organismos para desprestigiar a Fuerza Nueva, yo creo que no hay ahora datos para tal afirmaci¨®n.
El informe del ministro del Interior
P. El t¨¦lex que pas¨® Hell¨ªn reivindicando el asesinato de Yolanda hac¨ªa referencia a que su grupo conoc¨ªa un informe de la Jefatura Superior de Polic¨ªa de Bilbao dirigido a la Brigada Central de Informaci¨®n. ?Se sabe c¨®mo lleg¨® a su conocimiento un informe tan secreto en el que se citaba a Yolanda y atambi¨¦n a otras personas, seg¨²n parece?
B. de L. Lo que dice el comunicado que pas¨¦ Hell¨ªn es que Yolanda era miembro de un comando de informaci¨®n de ETA, hecho este conocido por la Brigada Central de Informaci¨®n -dice- y que nos sorprende que no se hubieran tomado medidas. Hay otro t¨¦lex en el que aparecen nombres de diversos militantes vascos de ETA. Pero a lo que quiero hacer referencia es que el contenido del t¨¦lex de Hell¨ªn, en el que se dice que el hecho era conocido por los servicios policiales y, de una u otra forma, por el Gobierno, hay que explicarlo dentro de la pol¨ªtica actual de Fuerza Nueva de desprestigiar al Gobierno. Es decir, se quiere dar a entender que ellos han tenido que suplir al Gobierno, que el hecho era conocido por el Gobierno y que ¨¦ste no hab¨ªa actuado.
M. Hay otra cuesti¨®n. Hell¨ªn dice que el t¨¦lex se lo hab¨ªa dictado Mart¨ªnez Loza. Entonces, si se quiere investigar esos datos, h¨¢y que ir hasta Mart¨ªnez Loza. Si a Mart¨ªnez Loza se le saca de la investigaci¨®n, nuevamente ¨¦sta se, queda coja. Hay otro dato concreto tambi¨¦n. Abad dice que ha hecho docenas de investigaciones sobre personas, que se las ha ordenado Hell¨ªn, y ¨¦ste dice, a su vez, que se lo orden¨® Mart¨ªnez Loza. Al no aparecer los resultados de estas vestigaciones en poder de Abad ni de Hell¨ªn, pues tienen que estar en manos de otra persona que, seg¨²n ellos, es precisamente Mart¨ªnez Loza. O sea, que se produce un cuello de botella cuando se llega a un nivel determinado y, claro; si no pasas a la estancia siguiente, que es en la que est¨¢ Mart¨ªnez Loza, la investigaci¨®n se corta.
B. de L. En este punto concreto nosotros no partimos del supuesto de culpabilidad de Mart¨ªnez Loza. Pero lo que nos negamos a aceptar es que sea totalmente inocente. Es decir, nosotros lo que queremos introduc¨ªr en el sumario es que existe alg¨²n indicio racional, como dice la ley de Enjuiciamiento Criminal, de que este se?or tiene algo que ver en este asunto. Y que si luego resulta, a trav¨¦s de las pruebas, que es inocente, nosotros no
nos llevaremos ninguna rabieta.
P. En todo este asunto, ?en qu¨¦ situaci¨®n queda el informe del ministro del Interior, se?or Ib¨¢?ez Freire, en la Comisi¨®n del Interior del Congreso? ?Podr¨ªa decirse que, el juez instructor, al no adoptar ninguna medida contra Mart¨ªnez Loza, ha descalificado la intervenci¨®n del ministro?
B. de L. Hay dos facetas en la declaraci¨®n oficial del ministro del Interior. La faceta de su declaraci¨®n ante el pleno del Congreso y la faceta de su informaci¨®n ante la Comisi¨®n de Interior. En la informaci¨®n al Pleno no se menciona a David Mart¨ªnez Loza, s¨®lo se hace una referencia, con una manifiesta sutileza, a que hay alg¨²n relacionado (un polic¨ªa nacional), que luego se ver¨ªa que no estaba s¨®lo relacionado, sino tambi¨¦n implicado y que por ello est¨¢ procesado. Luego, est¨¢ el informe del ministro ante la Comisi¨®n de Interior, en la que se ha dado una extra?a anomal¨ªa, que Jos¨¦ Mar¨ªa Mohedano puede explicar.
J. M. M. Bueno, hemos pedido el acta de la reuni¨®n del 21 de febrero pasado en la Comisi¨®n de Interior del Congreso, en la que intervino el ministro Ib¨¢?ez Freire y en la que con pelos y se?ales describi¨® las conductas de todos los responsables y muy concretamente la de Mart¨ªnez Loza. Pedimos el acta de la sesi¨®n, pero resulta que, como hay escasez de taqu¨ªgrafos en el Parlamento, no se levantan actas de las sesiones de las comisiones. Entonces pedimos a trav¨¦s de un grupo parlamentario la cinta magnetof¨®nica de esa sesi¨®n y nos encontramos con la sorpresa de que no existe la cinta de la sesi¨®n completa, que es de casi una hora, que lo ¨²nico, que existe es el debate posterior, es decir, las intervenciones de los parlamentarios y las contestaciones del ministro. L¨®gicamente, preguntamos que d¨®nde est¨¢ esa cinta y nos dicen que por confusi¨®n no se ha grabado la intervenci¨®n del ministro, porque no sab¨ªan si la sesi¨®n era privada o p¨²blica, cuando desde su comienzo la sala estaba atestada de periodistas. Lo raro es que se haya grabado el debate y no se haya grabado la primera parte, que es el informe del ministro que da pie al debate. Por tanto, de una intervenci¨®n tan importante pol¨ªticamente y hasta jur¨ªdicamente, no se puede levantar acta porque no existe cinta magnetof¨®nica del informe del ministro.
P. Pero ?se sabe ya con certeza que no se grab¨®?
J. M. M. La contestaci¨®n de que no se ha grabado vino de la secretar¨ªa general del Congreso. Ahora nosotros, lo que debemos plantear es que los grupos parlamentarios eleven una protesta y esta es la ¨²nica manera de que se investiguen las causas de que no se grabase o, si se ha grabado, de la desaparici¨®n de la cinta. En todo este asunto se aprecian ciertas coincidencias en las dos fases de investigaci¨®n de los hechos. Primera fase: la polic¨ªa investiga, sale a relucir el nombre de Mart¨ªnez Loza, muy relacionado con los hechos, seg¨²n las declaraciones de los procesados, Se busca a Mart¨ªnez Loza y ¨¦ste desaparece. Como consecuencia de esa investigaci¨®n de la polic¨ªa el ministro del Interior informa al Congreso sobre los resultados de la investigaci¨®n policial. Segunda fase: el asunto pasa al juez instructor. Este declara secreto el sumario (yo no estaba todav¨ªa personado), casualmente, en el momento en que la acusaci¨®n particular pod¨ªa intervenir en relaci¨®n con este tema...
J. M. B. de L. Y no antes.
J. M. M. Y no antes, efectiva mente. En ese per¨ªodo de secreto sumarial es cuando se toma declaraci¨®n a Mart¨ªnez Loza y se hace el careo de ¨¦ste con los procesados. Mart¨ªnez Loza aparece ante el juez despu¨¦s de haber estado desaparecido durante casi quince d¨ªas, sin explicar d¨®nde ha estado y por qu¨¦ se ha ocultado a la persecuci¨®n de la polic¨ªa. Y despu¨¦s de todo esto no se puede levantar acta del informe del ministro, en el que se hac¨ªan unas manifestaciones inequ¨ªvocas y taxativas sobre la participaci¨®n de Mart¨ªnez Loza, porque, al parecer, no se ha grabado esa cinta. Hay un c¨²mulo de coincidencias que dificultan la investigaci¨®n y existen cosas,que son inexplicables, al menos esa concatenaci¨®n de casualidades.
Respecto a la actuaci¨®n del juez instructor, hay que decir que el juez act¨²a con independencia respecto a lo que dice el ministro y puede tener otro criterio distinto. El juez, para tomar esa decisi¨®n, se basa en la independencia del poder judicial. Ahora bien, en el informe del ministro se contienen indicios suficientes, y la independencia judicial debe entenderse en este caso concreto respecto del poder ejecutivo, pero no respecto de los hechos mismos.
El asesinato de Yolanda y la matanza de Atocha
P. ?Qu¨¦ diferencias y semejanzas existen entre el asesinato de Yolanda Gonz¨¢lez y la matanza de Atocha? ?No son casos que de alguna manera se parecen?
J.M.M.: Yo empezar¨ªa por las diferencias. Para m¨ª la diferencia mayor entre un caso y otro es que en el sumario por el asesinato de Yolanda aflora con bastante nitidez la existencia de una infraestructura amplia, con una organizaci¨®n mayor, con unas relaciones fuertemente jer¨¢rquicas y con una organizaci¨®n pol¨ªtica inequ¨ªvoca, corno es Fuerza Nueva. Mientras que en la matanza de Atocha, a pesar de que nunca se ha descartado la existencia de ese tipo de organizaci¨®n, aparece corno m¨¢s rudimentaria. A partir de ah¨ª se pueden establecer algunas semejanzas. La semejanza de que el inductor condenado en el sumario de Atocha, Albaladejo, est¨¢ en el mismo nivel de importancia pol¨ªtica que el inductor no procesado, pero declara do como tal por Hell¨ªn en el sumario, es decir, Mart¨ªnez Loza. Y si hacemos una comparaci¨®n hist¨®rica, y vuelvo a insistir en que a Mart¨ªnez Loza yo no le califico de inductor, sino que lo califica el principal procesado en este sumario, vernos que ser secretario de un sindicato tan mafioso, como en aquella ¨¦poca era el del transporte, en un momento de transici¨®n y de desaparici¨®n de las instituciones franquistas, es equivalente en cuanto a importancia a ser secretario o jefe de seguridad (esto est¨¢ sin aclarar, pero parece que jefe de Seguridad Nacional) como es el caso de Mart¨ªnez Loza. Est¨¢n digamos en el mismo nivel, pero en el ¨²ltimo caso en una situaci¨®n hist¨®rica de construcci¨®n de la democracia y en un partido que, a pesar de que formalmente acepta las reglas de la democracia, se pronuncia permanentemente por la utilizaci¨®n de la violencia. Tambi¨¦n hay semejanzas en las coarta das y argumentos que utilizan los procesados para exculpar su responsabilidad. Por ejemplo, en el caso de Atocha dec¨ªan que ellos ten¨ªan instrucciones no de matar, sino de dar un susto, aunque luego, por arte de birlibirloque, resulta que matan a cinco personas y hieren grav¨ªsimamente a otras cuatro. Aqu¨ª dicen que tampoco ten¨ªan, a pesar de ir absoluta y suficientemente armados, instrucciones de matar a nadie, sino las de interrogar a una persona. Y de repente, cuando el interrogatorio a¨²n no se hab¨ªa practicado, se dirigen directamente al lugar que les puede permitir en la impunidad de la noche y con la lejan¨ªa de una poblaci¨®n matar, a esa persona.
P.: ?Pero no ser¨¢ que no se investig¨® suficientemente en el caso Atocha el entorno pol¨ªtico y organizativo de los implicados y que, por eso, aparece m¨¢s difuso que el que rodea a las personas que act¨²an en el asesinato de Yolanda?
J.M. M.: Yo no he dicho nunca, y as¨ª lo he sostenido siempre, que en el caso Atocha no haya habido organizaci¨®n ni vinculaciones ideol¨®gicas. Lo que digo es que en el asesinato de Yolanda Gonz¨¢lez aparece que se ha perfeccionado el dispositivo log¨ªstico y la infraestructura de los grupos terroristas de extrema derecha en relaci¨®n con hace tres o cuatro a?os. Eso se explica f¨¢cilmente. Antes estaban en un momento de impunidad, actuaban amparados y protegidos con las instituciones franquistas y, por tanto, no necesitaban de un gran dispositivo organizativo. Se re¨²nen en el sindicato vertical, no tienen que actuar con documentaci¨®n falsa, las pistolas que llevan est¨¢n en su mayor parte legalizadas, pero cuando se produce la transici¨®n hacia la democracia ya no pueden ampararse en las instituciones y tienen que crear organizaciones nuevas.
J. M. B. de L: Yo a?adir¨ªa que la infraestructura que se atisba en estos hechos s¨®lo se ha podido descubrir merced a un hecho absolutamente imponderable por parte de los implicados y que para nosotros ha sido afortunado. Y es que el polic¨ªa nacional, por las causas que fuera, al ver que los peri¨®dicos del d¨ªa siguiente daban la noticia del asesinato de Yolanda, relaciona los hechos y se decide a contarlos a sus superiores.
J. M. M.: Sin embargo, en el caso de Atocha si algo les perdi¨® a los asesinos fue precisamente su confianza en aquel momento, mientras que aqu¨ª se ha tenido que producir ese hecho casual. Yo no .descarto que los implicados en el asesinato de Yolanda mantengan relaciones con individuos de los cuerpos armados o de los cuerpos de investigaci¨®n del Estado. Ahora bien, ya demuestran hacia tales cuerpos una hostilidad y desconfianza evidentes. O sea, que ellos ya no tienen la protecci¨®n que ten¨ªan en aquella ¨¦poca y eso, claro, les obliga a actuar m¨¢s en la clandestinidad.
P.: ?La investigaci¨®n judicial sobre el terrorismo y las bandas armadas gana o pierde estando a cargo de una jurisdicci¨®n especializada y centralizada como son los juzgados de instrucci¨®n de la Audiencia Nacional?
J. M. M.: Nosotros hemos sido siempre partidarios de que el enjuiciamiento de unos supuestos hechos delictivos sea realizado por el juez del lugar donde aqu¨¦llos se producen. Pero los hechos terroristas, al tener una relaci¨®n entre ellos, exigen una continuidad en las personas que llevan la instrucci¨®n y la investigaci¨®n de estos hechos. Yo pienso que la soluci¨®n ser¨ªa nombrar jueces especiales, figura prevista en la ley de Enjuiciamiento Criminal, que deber¨ªan contar con el auxilio de los jueces naturales de los lugares donde se han producido los hechos. Con ello se salvar¨ªa el principio de inmediaci¨®n y, al mismo tiempo, se centralizar¨ªa la investigaci¨®n y se podr¨ªa ir avanzando y profundizando en el entramado terrorista. El hecho de pronunciarse por la figura de los .jueces especiales, auxiliados de los jueces naturales, o por una jurisdicci¨®n especializada, como la de ahora no debe hacerse s¨®lo en base a la calidad de los jueces, que puede haberlos buenos y malos, como en todos los estamentos (si a veces hemos tenido quejas de los jueces de instrucci¨®n de la Audiencia Nacional, sin embargo no habr¨ªa que decir sino elogios de los magistrados de este tribunal, que, seg¨²n muchos abogados, es el que tiene mayor cuidado y presta mayor atenci¨®n a los asuntos), sino por la funcionalidad de la estructura judicial y de la eficacia de los organismos que tienen a su cargo la investigaci¨®n del terrorismo.
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