Desempleo y horas extraordinarias
En estos primeros meses de 1980 -fechas de renovaci¨®n de numerosos convenios laborales-, el asiduo lector de la prensa diaria quiz¨¢ no haya tenido m¨¢s remedio que enterarse, puesto que han salido a colaci¨®n en muchas de sus negociaciones, de la gran cantidad de horas extraordinarias que se est¨¢n realizando en nuestro pa¨ªs en estos momentos, a pesar del grav¨ªsimo desempleo que a tantos seres afecta, y de haber estado vigente hasta ahora la ley de Relaciones Laborales, que prohib¨ªa expresamente -en aras de la creaci¨®n de nuevos puestos de trabajo- hacer m¨¢s de dos al d¨ªa, veinte al mes y 125 al a?o, limitaci¨®n que a¨²n reduce a quince al mes y cien al a?o, con id¨¦ntica finalidad, ¨¦l c¨¦lebre Estatuto de los Trabajadores.Sin embargo, lo que m¨¢s asombra de esta insolidaridad colectiva es que donde principalmente parece ser que se est¨¢ dando este tiempo de trabajo adicional, sin tener en cuenta para nada las limitaciones antedichas -no obstante las nutridas representaciones sociales que en ellas operan-, es en un sinf¨ªn de empresas ubicadas, en mayor o menor grado, en el ¨¢rea oficial, tales como Renfe, Iberia, Empresa Municipal de Transportes, etc¨¦tera. Raz¨®n por la cual no acabamos de entender muy bien esas apremiantes llamadas de la Administraci¨®n a la colaboraci¨®n nacional ante la sombr¨ªa perspectiva de tan alto ¨ªndice de paro, pues si el sector p¨²blico, o buena parte de ¨¦l, no se considera obligado a respetar unas disposiciones, en ¨²ltima instancia surgidas de su seno -y cuyo ¨²nico fin, repetimos, es crear empleo-, dif¨ªcilmente podremos exig¨ªrselo al privado.
Y en este sentido, sirva de argumento a nuestra queja el caso concreto, pero no ins¨®lito, por lo que estamos viendo, de la Empresa Municipal de Transportes -parcela que nos es familiar-, donde, seg¨²n declaraciones de un ex miembro de su comit¨¦ en reciente asamblea, se vienen realizando alrededor de 700.000 horas extraordinarias anuales, cantidad totalmente injustificable a tenor de las normas referidas, y que p¨®sibili la monstruosidad laboral de que doblen las jornadas y se hagan ?aumentos? de hasta cinco horas diarias, am¨¦n de trabajarse alg¨²n que otro d¨ªa libre, a sabiendas, por supuesto, de las cinco tendencias sindicales que en la actualidad componen el citado comit¨¦, cuyo bien timbrada diligencia en reclamar el importante incremento econ¨®mico que el Estatuto ex?ge para estas horas, no se corresponde, desgraciadamente, con su profundo silencio ante la evidencia vulneraci¨®n de los topes m¨¢ximos
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permitidos, y que con igual rotundidad determina la misma ley.
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