El golpe bajo
LAS DECLARACIONES del teniente general Fontenla, director general de la Guardia Civil, a prop¨®sito de las eventuales repercusiones de la ley org¨¢nica de la Defensa Nacional sobre el car¨¢cter militar de la Benem¨¦rita, provocaron el domingo pasado una justificada alarma en la direcci¨®n del PSOE y un considerable revuelo en los medios gubernamentales.El asunto no era para menos. El teniente general Fontenla, que tiene bajo su mando a m¨¢s de 60.000 hombres uniformados y armados, desplegados por todo el pa¨ªs, con una tupida red de comunicaciones, hab¨ªa contado a La Vanguardia su reuni¨®n ?con varios generales de la Guardia Civil? y su conclusi¨®n de que la ley org¨¢nica aprobada por los diputados a finales de la semana palada era ?un golpe bajo? contra el Cuerpo. ?Haremos todo lo posible?, anunciaba, ?para que el Senado rechace en su d¨ªa el proyecto aprobado por el Congreso. ?Qu¨¦ es todo lo posible para un general de la Guardia Civil?
Los prop¨®sitos del director general, sometido a la disciplina del poder ejecutivo, a su vez designado por el Congreso, de interferir la actuaci¨®n del poder legislativo son, en s¨ª mismos, inauditos.
La rectificaci¨®n hecha p¨²blica ayer por el director general de la Guardia Civil, que habla en favor de su prudencia y de su capacidad para revisar opiniones precipitadas, se centra fundamentalmente, sin embargo, en la cuesti¨®n, m¨¢s bien escol¨¢stica, del ?car¨¢cter militar? de ese Cuerpo, aspecto que en realidad esconde el tema crucial de sus nexos de dependencia con el Ministerio del Interior. Lamentablemente, esa puntualizaci¨®n no explica las razones por las que un alto mando militar cometi¨® la grav¨ªsima falta de expresarse p¨²blicamente contra el Parlamento y el Gobierno, descalificando de paso virtualmente a los socialistas como alternativa de poder respetuosa de las leyes.
La comisi¨®n ejecutiva del PSOE hab¨ªa pedido, el pasado lunes, la destituci¨®n fulminante del teniente general Fontenla. Este caso, al parecer, ha suscitado en la oposici¨®n socialista emociones y reacciones mucho m¨¢s vivas que las provocadas por anteriores e igualmente explosivas declaraciones de otros altos mando militares, cuyas criticas al sistema constitucional no incluyeron, sin embargo, ataques concretos contra el PSOE. No parece aventurado afirmar que esa pasada benevolencia socialista, que lleg¨® en una ocasi¨®n hasta el extremo de desplazar sobre el se?or Su¨¢rez la entera responsabilidad de algunos delicados conflictos entre el Gobierno y ciertos sectores de las Fuerzas Armadas, acusando adem¨¢s al presidente de aspirar a ocupar la grupa del caballo de Pav¨ªa, tambi¨¦n ha contribuido a crear el precedente que ha permitido al teniente general Fontenla incurrir en excesos verbales sin miedo a sanciones ni temor al cese.
Por otra parte, ayer, una afiliada al PSOE, la prestigiosa realizadora Pilar Mir¨®, ha sido procesada por la jurisdicci¨®n militar vanas semanas despu¨¦s de que su pel¨ªcula El crimen de Cuenca, presunto objeto del delito, fuera secuestrada, bajo la acusaci¨®n de injurias a las Fuerzas Armadas. De esta forma, la escrupulosa reconstrucci¨®n cinematogr¨¢fica de un monstruoso error judicial de comienzos de siglo, al que contribuyeron unos guardias civiles con nombres y apellidos al forzar a dos inocentes a autoinculparse de una muerte inexistente, es considerada, en 1980, como un insulto al Cuerpo al que, aquellos hombres deshonraron. Cada cual es libre de sacar las conclusiones que desee de tan desafortunada coincidencia.
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