El Rayo no inquiet¨® al Espa?ol
Mal partido en Sarri¨¢, donde el Rayo no existi¨® de medio campo para adelante. El Espa?ol no hizo nada brillante, pero carg¨® con el peso del partido, empuj¨®, arriesg¨® y gracias a eso obtuvo la victoria, que ambos equipos necesitaban para salvarse del descenso. El Rayo dej¨® escapar una oportunidad excelente de salvarse a costa de su rival de ayer.El partido fue de una mediocridad y una monoton¨ªa absolutas. El Rayo dej¨® atr¨¢s a Anero, Uceda, Tanco y Rocamora, protegidos por Custodio y Mat¨¦. En su media, s¨®lo Marian pensaba en el ataque, pero sus compa?eros de la delantera, Clares, Morena y Salazar, estuvieron desacertados y fueron incapaces de jugar el bal¨®n con peligro adelante, ni siquiera de congelarlo. Pr¨¢cticamente, no existieron. Del Rayo no s¨®lo defraud¨® su torpeza, sino su falta de ambici¨®n, en un partido en el que la victoria le era vital.
Por su parte, el Espa?ol tambi¨¦n jug¨® de acuerdo con su posici¨®n en la tabla. S¨®lo su centrocampista Vilches (formado en el Atl¨¦tico, donde no cuaj¨®, y que ha completado su aprendizaje en el M¨¢laga y en el Tarragona) jug¨® bien, con desenvoltura, fuerza, t¨¦cnica e inteligencia. El fue objeto de un penalti en el minuto siete, que Franco Mart¨ªnez no se?al¨®, y el animador del juego del Espa?ol, pero sus compa?eros quedaron muy por debajo de su altura. Arrancaba bien en la media, ganaba metros f¨¢cilmente y entregaba el bal¨®n en buenas condiciones, pero arriba no hab¨ªa quien completara la jugada El paraguayo Morel, de tan feliz deb¨² el domingo pasado en Alicante, donde marc¨® el gol del triunfo, fue un jugador inexistente y Mara?¨®n tampoco est¨¢ en su mejor forma.
No fue extra?o que se llegara al descanso con empate a cero y con los porteros poco menos que inactivos. El p¨²blico de Sarri¨¢ estaba inquieto y el Rayo manten¨ªa las esperanzas de llegar al final con ese resultado, que podr¨ªa bastarle para salvarse del descenso. Pero antes de que transcurriese un cuarto de hora de la segunda mitad, el Espa?ol ya hab¨ªa marcado su gol por medio de Aifuch, que acudi¨® a rematar un bal¨®n bombeado, sin que nadie tratase de cerrarle el paso. A su renuncia ofensiva el Rayo sum¨® este despiste defensivo, dejando al l¨ªbero del equipo contrario plantarse c¨®modamente ante Mora para cabecear a placer el gol de la victoria.
Fue entonces cuando el Rayo dio su mayor muestra de impotencia, de conformismo y de falta de fe. Con el partido perdido, no ten¨ªa objeto mantener la defensiva y, sin embargo, fue incapaz de adelantar sus l¨ªneas. Quiz¨¢ lo intent¨®, pero si existi¨® tal intento no se pudo apreciar, por su falta de capacidad. El Espa?ol fue algo m¨¢s prudente apret¨® menos y el partido se consumi¨® ante el aburrimiento general. El Rayo mantiene sus seis negativos, y ya s¨®lo le quedan dos salidas para tratar de quitarse alguno. Con el empate del H¨¦rcules en Gij¨®n, su futuro en Primera Divisi¨®n est¨¢ especialmente dif¨ªcil.
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