La Rep¨²blica de Vietnam padece la crisis econ¨®mica m¨¢s grave de su historia
Hace cinco a?os, poco despu¨¦s de que el ¨²ltimo norteamericano abandonara Saig¨®n, el Ej¨¦rcito norvietnamita abr¨ªa las puertas del palacio de la Independencia, sede de la presidencia de Vietnam del sur. Unos minutos antes del mediod¨ªa, el general Duong van Minh -al que los norteamericanos llamaban familiarmente Big Minh-, jefe de Estado improvisado, traspasaba solemnemente sus poderes a un comisario pol¨ªtico norvietnamita, que le recordaba que no ten¨ªa nada que traspasar, puesto que ya no ostentaba ning¨²n poder.
Este episodio pon¨ªa punto final a la ?campa?a Ho Chi Minh?, que, en menos de dos meses, hab¨ªa permitido a los carros de combate norvietnamitas apoderarse del sur del pa¨ªs, gracias a una ofensiva cuya rapidez hab¨ªa sorprendido al mundo.Pero si la oposici¨®n en el terreno de batalla hab¨ªa sido inconsistente, en el plano internacional, en cambio, Vietnam se iba a enfrentar con China y EE UU, lo que presagiaba momentos dif¨ªciles.
Todos los observadores pol¨ªticos de Vietnam, tanto nacionales como extranjeros, coinciden en afirmar que, sin la liberaci¨®n del Sur y su posterior reunificaci¨®n con el Norte, Vietnam no hubiera tenido que enfrentarse con dos guerras fronterizas -con China y con Camboya- en el curso de los ¨²ltimos a?os.
Sin los refugiados del mar de China meridional (boat people), sin los campamentos de ?reeducaci¨®n? que acompa?aron a la reunificaci¨®n, la imagen internacional de Vietnam no se hubiese deteriorado tanto, hasta el punto de ser frecuentemente considerado como un gigantesto gulag, ni estar¨ªa ahora sometido al embargo de las potencias occidentales y, por consiguiente, no se encontrar¨ªa al borde de la mayor crisis econ¨®mica de su historia moderna.
Tampoco ser¨ªa considerado por la mayor¨ªa de las naciones del mundo como un ?sat¨¦lite? de la URSS.
Las autoridades de Hanoi nunca han ocultado que esperaban estas reacciones, aunque su amplitud, especialmente las guerras con Camboya y China, les haya sorprendido. Pero siempre han afirmado que la formaci¨®n de un Vietnam unificado era la ¨²nica v¨ªa para construir un Vietnam fuerte que pudiera defenderse del ?peligro expansionista y hegemonista? secular de China.
Las autoridades vietnamitas subrayan tambi¨¦n que el balance no es tan negativo: ?La guerra victoriosa contra la Camboya de los jemeres rojos ha permitido a la vez detener el genocidio del pueblo camboyano y reconstituirse la unidad de Indochina?.
La guerra ?desencadenada por China? ha puesto de relieve sin la m¨¢s m¨ªnima ambig¨¹edad la ?traici¨®n? china y, por consiguiente, ha facilitado la desmaoizaci¨®n, sin el menor remordimiento, de la v¨ªa pol¨ªtica vietnamita.
Como de costumbre, nadie se lamenta en las altas esferas del poder vietnamita. Nguyen Co Thach, ministro de Asuntos Exteriores, afirmaba recientemente, en el curso de una conversaci¨®n privada, que ?en a?os anteriores hab¨ªa sido necesario enfrentarse a la vez con la crisis econ¨®mica y hacer la guerra. Esta vez s¨®lo tenemos que combatir la crisis?. El ministro parece ignorar la eventualidad de una nueva guerra y el aislamiento econ¨®mico de Vietnam.
Reconstituyendo el gran Vietnam, Hanoi, en opini¨®n de los observadores, sacrifica una vez m¨¢s el bienestar inmediato de la poblaci¨®n a la seguridad a largo plazo de la naci¨®n. Pero ahora Hanoi tiene que reconstruir el pa¨ªs, superando, a la vez, los obst¨¢culos econ¨®micos y los pol¨ªtico-militares con los que se enfrenta en el territorio de sus ?protegidos?, Laos y Camboya.
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