Un "Tannh?user" l¨ªrico por la compa?¨ªa de Berl¨ªn Este
En el festival de 1975 tuvimos una representaci¨®n de Tannh?user, dirigida musicalmente por Heinz Fricke, en la que brillaron algunos nombres suficientemente conocidos: Peter Lagger, Josephine Veasey y Marita Napier. Pero el conjunto debi¨® vencer las dificultades propias de una diversidad de elementos (coro de RTVE, orquesta praguense, reparto de varia procedencia, regie y escenarios no m¨¢s que discretos) que no se ha dado en la presente ocasi¨®n, con un Tannh?user a cargo de la Opera del Estado de Berl¨ªn de la Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana.En los considerables resultados de hace cinco a?os hubimos de elogiar de modo especial la labor del director, Fricke, que lo ha sido tambi¨¦n de esta segunda producci¨®n. Hace un Wagner expresivo y sumamente l¨ªrico, bien acentuado y puntuado, claro y brillante. Factores todos que contribuyeron a resaltar los valores intr¨ªnsecos y los premonitorios de una obra anticipadora de mucho Wagner futuro a partir de la idea de confrontaci¨®n entre el amor-pasi¨®n y el amor-ideal. Desde la tradici¨®n de los concursos de cantores que culminar¨¢ en la realizaci¨®n de Meistersinger, hasta la cadencia religiosa que servir¨¢ de motivo central a Parsifal, pasando por expresiones l¨ªricas pretristanescas, Tannh?user nos avisa de muchas cosas en el suceder de una acci¨®n tensa y creciente, cargada de contenido musical complejo y vario, menos unitario y lineal, en definitiva, que el de obras posteriores.
XVII Festival de la ?pera
Tannh?user, de Wagner. Director escena: E. Fisher. Director musical: H. Fricke. Reparto: S. Vogel ("Hermann")S. Wenkoff("Tannh?user"), S. Lorenz (" Wolfram "), P. Bindzus ("Walther"),Hanna Lisowska ("Elisabeth"), L. Dvorakova ("Venus"), P. Olesch ('"Biterolf"), H. Garduhn ("Heinrich"), G. Frohlich ("Reinmar") y C. Nossek ("Hirt). Decorados: W. Werz. Figurines: C. Stromberg. Coreograf¨ªa: I. Funke. Teatro de la Zarzuela
No es cosa de volver, una y otra vez, sobre una partitura de repertorio como Tannh?user, cuyos valores de absoluta genlalidad quedan fuera de discusi¨®n, sino de resaltar c¨®mo pudimos gozar de una interpretaci¨®n coherente, propia de un teatro estable. en la que nada queda confiado a la improvisacion a pesar del proceso de adaptaci¨®n necesario para trasladarla a una escena de las dimensiones del teatro de la Zarzuela.
Coro, orquesta y ballet funcionaron con alto nivel de profesionalidad y dentro de una t¨®nica equilibrada que permiti¨® ver y escuchar con naturalidad. Los escenarios, sin af¨¢n renovador, imaginados por Wilfried Werz, tuvieron calidad ambiental ayudados por un movimiento de luces muy inteligente. Y la regie, de Erhard Fisher, sac¨® el m¨¢ximo partido a las posibilidades del coliseo de Jovellanos. Todo se conjunt¨® al servicio de un concepto expresivista.
Tuvimos en Hanna Lisowska una Elisabeth excelente en todos los sentidos, ya que si sus medios son potentes y bellos, su t¨¦cnica resulta dominadora y sus conceptos, l¨ªricos y esc¨¦nicos, m¨¢s que admirables: sumamente atractivos. No escasearon valores a la Venus, de Ludmila Dvorakova, especialmente desde el punto de vista de la intencionalidad. Con el de Elisabeth quiz¨¢ sea el papel necesitado de mayor riqueza expresiva el de Wolfram von Eschenbach, y hay que decir que el bar¨ªtono Sigfried Lorenz, sin necesidad de poseer una voz espectacular, lo sirvi¨® con el mejor arte y poder de comunicatividad. Valiente, rico en contrastes, dominador de unas condiciones vocales que, por momentos, parecen rebelarse, Spas Wenkoff luci¨® en Tannh?user, y su trabajo fue ganando calidad a medida que avanzaba la representaci¨®n. Hermann, Walther, Biterolf, Heinrich, Reinmar e Hirt fueron interpretados con magnificencia (gran voz la del bajo Vogel) por Siegfried Vogel, Peter Bindzus, Peter Olesch, Henno Garduhn, G¨¹nther FrohIich y Carola Nossek. Lleno absoluto y ¨¦xito sin fisuras.
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