El PSOE prosigue su "campa?a de desgaste" de UCD
El PSOE no ha iniciado negociaciones con la llamada ?ala progresista? de UCD para la formaci¨®n de una nueva mayor¨ªa parlamentaria, si bien son frecuentes los contactos de los dirigentes socialistas con varios jefes de fila de UCD. En este contexto, las palabras de Felipe Gonz¨¢lez sobre la posibilidad de constituir una nueva mayor¨ªa parece m¨¢s un ?golpe de efecto? en la campa?a de desgaste de UCD, que una expectativa a corto plazo. Tal era ayer la interpretaci¨®n m¨¢s extendida sobre la ¨²ltima intervenci¨®n p¨²blica del l¨ªder del PSOE, que ha levantado un considerable revuelo.La alianza socialista con un sector de UCD no es una idea novedosa. Apenas celebradas las elecciones del 15 de junio de 1977, y cuando Su¨¢rez proced¨ªa a formar su nuevo Gobierno basado en los resultados electorales, uno de los l¨ªderes progresistas de UCD dec¨ªa off the record a un grupo de periodistas: ?Si Paco Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez y yo nos ponemos de acuerdo en llamar a Felipe Gonz¨¢lez, cambia el curso de la historia de Espa?a?.
La sonrisa con que fue pronunciada aquella frase no empa?a la importancia de una decisi¨®n que no lleg¨® a tomarse: unir a los diputados liberales y socialdem¨®cratas en una negociaci¨®n con el PSOE, a fin de dar una salida distinta al primer Gobierno que se formaba en Espa?a despu¨¦s de unas elecciones. La verdad es que los acontecimientos fueron por derroteros diametralmente opuestos a los que parec¨ªa sugerir el ir¨®nico comentario del l¨ªder progresista: uno a uno, los jefes de peque?os partidos fueron obligados a empeque?ecerse ante la figura del presidente, y ahora se ven obligados a soportar poco menos que la etiqueta de conspiradores si tratan de hacer o¨ªr su voz en UCD.
Muchos piensan que Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez y los liberales jam¨¢s dar¨¢n el paso de abandonar UCD. Y a este respecto se puede contar otra an¨¦cdota. Cuando aquellos acababan de votar favorablemente el Estatuto de Centros Docentes, y un coro de pol¨ªticos y observadores les tildaban de pusil¨¢nimes por no haber plantado cara a Su¨¢rez, uno de los m¨¢ximos dirigentes del PSOE dec¨ªa, tambi¨¦n en privado: ?Es ingenuo pensar que Ord¨®?ez pod¨ªa votar con nosotros, sin m¨¢s. Eso lo har¨¢ el d¨ªa que negociemos cu¨¢l puede ser su puesto y el de los suyos en una nueva situaci¨®n, pero no antes?.
?Est¨¢ pr¨®ximo el d¨ªa en que el PSOE abra negociaciones con el ?ala progresista? de UCD? Todo parece indicar que no. Ahora que Su¨¢rez acaba de formar su nuevo Gabinete, Felipe Gonz¨¢lez vuelve a sembrar la inquietud con palabras que parecen destinadas a abrir el camino a una nueva mayor¨ªa, pero que, hoy por hoy, no suponen m¨¢s que la continuidad de la ?operaci¨®n desgaste? de UCD iniciada por la direcci¨®n del PSOE.
Una alianza de liberales y socialdem¨®cratas ?centristas? con el PSOE, dar¨ªa lugar a una moci¨®n de censura contra el Gobierno, lo cual permitir¨ªa la sustituci¨®n de Su¨¢rez y su equipo por un Gabinete de signo distinto. Pero el asunto no es tan f¨¢cil; ese nuevo equipo llegar¨ªa al poder en condiciones bastante precarias; el presidente podr¨ªa defenderse tomando, con anterioridad, la decisi¨®n de disolver las Cortes y correr el riesgo de convocar nuevas elecciones; y sin acudir a medida de tan altos vuelos, tiene otra posibilidad de defensa, que es coaligarse con otras minor¨ªas -Coalici¨®n Democr¨¢tica, los nacionalistas catalanes- para asegurarse la mayor¨ªa, siempre que est¨¦ dispuesto a pagar el precio que le pidan.
El mecanismo constitucional pone muchas trabas a la ca¨ªda del Gobierno por voto de censura, y obliga a infinidad de componendas para quien llegue al poder sin disponer de una mayor¨ªa clara. No es imposible plantearlo con ¨¦xito, pero todo parece indicar que la situaci¨®n actual responde a un intercambio de golpes de efecto, m¨¢s que al iceberg de cualquier operaci¨®n misteriosa.
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