La CEE no suspender¨¢ su comercio con Ir¨¢n
Los Gobiernos de Europa occidental han decidido imponer a Ir¨¢n s¨®lo sanciones comerciales selectivas cuando sus ministros de Asuntos Exteriores se re¨²nan la semana pr¨®xima en N¨¢poles.Esto supone una retirada importante del acuerdo adoptado por el Consejo de Ministros de la CEE en Luxemburgo a finales de abril, y ratificado el d¨ªa 28 del mismo mes por los jefes de Gobierno de la Comunidad. Los nueve acordaron entonces detener su comercio con Ir¨¢n, excepto alimentos y medicinas, si para el 17 de mayo no se hab¨ªa realizado un progreso ?decisivo? hacia la liberaci¨®n de los rehenes norteamericanos en poder de los estudiantes isl¨¢micos.
Aunque es imposible precisar qu¨¦ tipo de sanciones ser¨¢n finalmente impuestas en N¨¢poles, fuentes solventes en Bruselas, Par¨ªs, Bonn y Londres manifestaron ayer que casi con seguridad aqu¨¦llas excluir¨¢n la cancelaci¨®n de los contratos existentes sobre suministros de mercanc¨ªas y servicios a Ir¨¢n.
Los ministros de la CEE reconocen con cierta intranquilidad que su decisi¨®n provocar¨¢ nuevas dudas en Washington sobre el apoyo europeo en la crisis de los rehenes. Uno de los puntos fundamentales del duro mensaje pronunciado por Carter en Filadelfia el viernes -en el que atac¨® frontalmente el expansionismo sovi¨¦tico- era la necesidad de que los aliados de Estados Unidos formaran cuerpo para detener las acciones exteriores de Mosc¨².
P¨²blicamente, los Gobiernos de la CEE declaran la necesidad de solidaridad en la Alianza Atl¨¢ntica. Las ¨²ltimas tomas de posici¨®n al respecto son las del ministro brit¨¢nico de Exteriores, lord Carrington, y la del comisario de Relaciones Exteriores de los nueve, Wilhelm Kaferkamp.
Pero Carrington, hablando a la BBC, ha dicho que ?el ¨²nico camino para que los rehenes sean liberados es la intensificaci¨®n de las acciones diplom¨¢ticas ?. ? Francamente, las sanciones son m¨¢s un gesto pol¨ªtico?. La CEE ha dudado siempre de la efectividad Je las sanciones, pero la necesidad de uni¨®n y el temor de que el presidente Carter podr¨ªa acudir a soluciones militares si los nueve se inhib¨ªan, produjo las decisiones de Luxemburgo.
Ahora que una nueva aventura militar norteamericana en Ir¨¢n parece descartada, las dudas europeas han vuelto a cobrar fuerza. La situaci¨®n se complica suplementariamente porque algunos de los pa¨ªses de la CEE no est¨¢n dispuestos a perder el lucrativo mercado iran¨ª -las exportaciones brit¨¢nicas, por ejemplo, son de unos mil millones de d¨®lares anuales- y por la complejidad legal que acarrear¨ªa la cancelaci¨®n de los contratos.
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