La lenta agon¨ªa de los l¨ªderes

Todo el mundo se muere igual, pero para los l¨ªderes la agon¨ªa es m¨¢s lenta. La muerte del mariscal Tito se ha producido cuatro meses despu¨¦s de que empezara a ser esperada. Con Franco ocurri¨® lo mismo. En iguales circunstancias de minuciosa preparaci¨®n para la muerte se desarroll¨® la lenta agon¨ªa del presidente argelino Huarl Bu median. Los l¨ªderes, sobre todo cuando ¨¦stos tienen estatura de dictadores, de amos absolutos de los destinos de sus pueblos, se mueren de forma dif¨ªcil, prolongada y lenta. Entre ellos hay similitudes que pasan por encima del contenido de sus ideolog¨ªas. P¨¢gina 6