"El divorcio es una batalla por los derechos civiles de todos los ciudadanos"
Pregunta. ?No ser¨¢ que, con esta reforma, quiere abrirse el camino hacia un tercer matrimonio?Respuesta. Los cat¨®licos italianos dicen que no hay que poner l¨ªmites a la providencia divina.
Loris Fortuna, vicepresidente de la C¨¢mara de los Diputados de Italia y miembro del Partido Socialista, particip¨® ayer en un debate sobre el divorcio, organizado por el Club Di¨¢logos para la Democracia, y expuso su tesis de que la batalla por el divorcio debe ser una batalla por los derechos civiles de todos los ciudadanos y especialmente de las mujeres. Cree que esta lucha es siempre dura y dif¨ªcil, ?aunque la Espa?a actual est¨¢ m¨¢s avanzada en derechos civiles que la Italia de hace diez a?os, cuando se promulg¨® la ley de divorcio, y eso que ¨¦sta no fue una victoria exclusivamente parlamentaria; sino del pueblo, que: con diecinueve millones de votos afirmativos en el refer¨¦ndum consigui¨® que cambiaran mucho las mentalidades. La victoria popular demostr¨® que se puede superar la vieja cultura tradicional de la Iglesia y de la sociedad?.
P. La ley Fortuna se ha quedado vieja en Italia y eso que, desde que naci¨®, fue conocida como el piccolo divorzio.
R. Le llamamos piccolo pero era grande. Precisamente esta fue una de las cr¨ªticas que me hicieron, porque, al aceptarse la separaci¨®n por mutuo consenso, poner luego un plazo cualquiera no tiene importancia. Basta que cambie los cinco a?os que se exigen ahora por dos para que nuestro divorcio sea el m¨¢s grande del mundo. S¨ª; pienso que la ley hay que renovarla, por lo que he presentado un nuevo proyecto que se est¨¢ discutiendo en el Parlamento, encaminado principalmente a acortar los plazos para el divorcio una vez obtenida la separaci¨®n.
P. Algo as¨ª ofrece en Espa?a el proyecto de ley del Gobierno y est¨¢ siendo criticado por toda la oposici¨®n, organizaciones feministas y otras fuerzas sociales.
R. Si en vez de dos a?os el plazo entre separaci¨®n y divorcio fuera de dos meses, la separaci¨®n ser¨ªa in¨²til. No es bueno, ni lo dice la izquierda italiana, romper un matrimonio. Lo que sucede es que tambi¨¦n all¨ª se dice que es in¨²til llorar sobre la leche derramada, pero hay que tener la seguridad de que el rompimiento es irremediable. La existencia de la separaci¨®n y el divorcio como figuras jur¨ªdicas distintas se explica porqu¨¦ cada una de ellas tiene su propia validez. La primera de por s¨ª no es definitiva. En Italia, las parejas se separan, incluso con tribunales por medio, y luego vuelven a dormir juntas. S¨®lo si la separaci¨®n dura un cierto tiempo puede decirse que es definitiva y entonces se legaliza con el divorcio.
P. O sea, que est¨¢ usted decididamente en contra del divorcio por mutuo acuerdo de los c¨®nyuges.
R. En la reforma de la ley italiana que se estudia actualmente no lo incluimos, pero, a diferencia de lo que sucede en Espa?a, la separaci¨®n s¨ª se admite por mutuo consenso, incluso desde antes de que se planteara la ley de divorcio. All¨ª no se requiere que exista un culpable. No me opongo al mutuo consenso como causa de divorcio, pero creo que en Espa?a deber¨ªa pasar un per¨ªodo intermedio y reformar el sistema legal completo, anular las desigualdades entre el hombre y la mujer. En Italia no propongo el mutuo consenso en la reforma porque lo importante es saber cu¨¢nto tiempo lleva la separaci¨®n. El resto all¨ª no es problema.
La actitud de la Iglesia
P. La Iglesia est¨¢ dando su batalla antidivorcista en muchos frentes, pero da la impresi¨®n de que no con tanta fuerza como lo hizo en Italia.R. Lo que pasa aqu¨ª est¨¢ derivado directamente de lo que all¨ª sucedi¨® antes. Si aqu¨ª est¨¢ m¨¢s callada y blanda es porque all¨ª fue vencida por diecinueve millones de votantes. El haber derrotado al Vaticano, que lo tenemos all¨ª mismo, ha servido de antecedente a los problemas de aqu¨ª, como sirvi¨® para ganar la batalla en Brasil, donde yo les ech¨¦ una mano. All¨ª se preguntaban: ?por qu¨¦ la Iglesia va a poner pegas si en Italia fue derrotada? En Italia ganamos a la Iglesia y a la Democracia Cristiana, que era el partido mayoritario.
P. ?Qui¨¦n les dio m¨¢s guerra, el Vaticano o la DC?
R. La Iglesia, porque la Democracia Cristiana estaba digamos implicada en el Gobierno de centro-siniestra, con los socialistas. As¨ª pudo bloquearse la crisis, que, de haber existido, hubiera alcanzado tambi¨¦n a nuestro partido.
P. Aqu¨ª se relaciona la relativa tranquilidad de la Iglesia jer¨¢rquica en el tema del divorcio con la aprobaci¨®n reciente de un Estatuto de Centros Escolares que favorece los intereses de la ense?anza privada y confesional cat¨®lica. ?En Italia tuvieron ustedes que darle algo a cambio?
R. En Italia, a cambio tuvieron que tragarse adem¨¢s la ley del aborto, que jam¨¢s hubiera llegado sin el campo abonado de la batalla del divorcio. Y es que, como planteamos las cosas de forma razonable, obtuvimos una gran base popular que nos llev¨® a ese 60% de ciudadanos que se manifestaron a favor del divorcio, y votaron much¨ªsimas mujeres, lo que prueba que hab¨ªa una base racional en nuestros planteamientos.
P. ?Usted tiene la receta para vencer la resistencia de algunos sectores de UCD, como en Italia vencieron a la Democracia Cristiana?
R. Constituir una liga para el divorcio que agrupe a todos los partidos y fuerzas sociales. Sin una presi¨®n popular no pueden ganarse las batallas. En Italia ligamos el divorcio a los movimientos de liberaci¨®n de la mujer, pero no hay que hacerlo s¨®lo con los elementos m¨¢s avanzados de estos movimientos, sino remitirlo a la reforma del derecho de familia en general Hay que echar abajo el concepto reaccionario de que la ley de divorcio es una norma a favor del machismo libertino latino. En Italia votaron a favor del divorcio entre un 50% y un 60% de la derecha y los conservadores.
P. ?Sabe usted que el proyecto de divorcio presentado por el Partido Socialista Obrero Espa?ol es bastante m¨¢s avanzado que la ley Fortuna, Incluidas las reformas que ahora quieren hacerle?
R. El proyecto del PSOE es avanzado, pero no hay que olvidarse del marco legislativo. Aqu¨ª hay que resolver un problema que en Italia no exist¨ªa: que la separaci¨®n pueda hacerse por mutuo consenso. Leo el proyecto del Gobierno y no veo que se resuelva, sino s¨®lo de manera muy ambigua, el problema del mutuo consenso en la separaci¨®n; y tambi¨¦n el gran problema de la uni¨®n existente entre la demanda de divorcio subsiguiente a la separaci¨®n y el acuerdo de ambos c¨®nyuges. Esto es un riesgo que puede hacer el divorcio pr¨¢cticamente imposible. El gran paso adelante ser¨ªa que hubiera primero una separaci¨®n por mutuo disenso, sin condiciones, y que luego, tras uno o dos a?os, se pudiera acceder a la demanda de divorcio sin que exista obligaci¨®n del acuerdo de ambos c¨®nyuges. Tambi¨¦n habr¨ªa que derogar por completo el art¨ªculo 87 sobre las facultades del juez. Para hacer una ley avanzada habr¨ªa que tener en cuenta la real 1 dad del pa¨ªs y englobar en ella las posturas desde la feminista m¨¢s progresiva a la madre m¨¢s tradicional. Una cosa es hablar y otra ponerse a hacer las cosas.
Pensiones
En cuanto a las pensiones, hay que establecerlas para socorrer una situaci¨®n real de dificultad y no una pura vaguer¨ªa. Pero tambi¨¦n debe garantizarse el trabajo de ambos c¨®nyuges modificando el sistema de asistencia social, garantizando a los ni?os puestos en guarder¨ªas y escuelas, cosa que en Italia se est¨¢ empezando a hacer. Mientras esto no exista, no puede hacerse un discurso te¨®rico sobre las razones por las que hay que pasar una pensi¨®n, pues si ambos c¨®nyuges trabajan no hay problema, pero hay que atender los casos en que la mujer, por ejemplo, hubiera podido trabajar y ha perdido su profesi¨®n por cuidar de los hijos. He dirigido la batalla por el derecho civil del divorcio, pero lucho tambi¨¦n por los derechos civiles de la mujer,Loris Fortuna insiste en que divide ?ser avanzado en las palabras o serlo en los hechos, ganar una batalla o s¨®lo hablar de ella?. Piensa, y lo explica con el toque belicoso de toda su conversaci¨®n, con sus alusiones a la guerra, la lucha, la victoria y la derrota, que ?en estos campos de batalla hay que ser duros, aunque lentos?.
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