El an¨¢lisis de la estructura productiva espa?ola
Hace ya tiempo, el hoy Nobel de Econom¨ªa profesor Wassily Leontief escrib¨ªa que ?el panorama que ofrece la econom¨ªa en la actualidad es el siguiente: de un lado tenemos una teor¨ªa muy desarrollada sin hechos que la corroboren y, de otro, una inmensa cantidad de datos sin ninguna teor¨ªa que los integre?. Aunque esta afirmaci¨®n pudiera seguir siendo v¨¢lida hoy en d¨ªa, es preciso reconocer que se ha avanzado bastante desde entonces, especialmente gracias a la introducci¨®n de t¨¦cnicas cuantitativas que, con la ayuda de las modernas computadoras, han permitido cerrar en parte aquel bache -o, al menos, impedir que se continuara abriendo a¨²n m¨¢s.Precisamente, dentro de este proceso de perfeccionamiento ha sido fundamental la aportaci¨®n de aquel economista que sent¨ªa y expresaba tan claramente su insatisfacci¨®n con el estado de los conocimientos disponibles. Tres han sido sus principales aportaciones:
1. La elaboraci¨®n de las tablas input-out put. Como es bien sabido, una tabla input-output es un cuadro estad¨ªstico de doble entrada que analiza la interdependencia de los distintos sectores de la econom¨ªa, describiendo los bienes y servicios que cada sector productivo recibe de los restantes (inputs) y los que aporta al consumo intermedio de los otros sectores y a la demanda final (output). Como reiteradamente ha expuesto el propio creador del an¨¢lisis, la construcci¨®n de tablas input-output para las distintas econom¨ªas constituye un valioso instrumento para mejorar el nivel estad¨ªstico y para orientarla elaboraci¨®n de las estad¨ªsticas econ¨®micas. Por su propia configuraci¨®n, la construcci¨®n de la tabla pone en evidencia doblemente (por lo que cada sector productivo vende a los dem¨¢s y por las compras que cada sector productivo realiza) las lagunas e insuficiencias del aparato estad¨ªstico de un pa¨ªs y facilita orientaciones de gran valor para elaborar un programa nacional de estad¨ªsticas. Por otra parte, la tabla tiende a eliminar las contradicciones y fallos de las estad¨ªsticas convencionales, al ofrecer esa doble contrastaci¨®n de las distintas informaciones. De esta forma, la tabla input-output ha conducido a una mejora importante en el conocimiento de la realidad econ¨®mica que, de otra manera, no se hubiera producido.
2. El an¨¢lisis input-output permite, a trav¨¦s del conocimiento de las compras y ventas de los distintos sectores productivos, conocer el entramado de sus interdependencias (tanto directas como indirectas) y prever qu¨¦ modificaciones ocasionar¨¢ a la estructura productiva la variaci¨®n en la oferta o en el precio de un producto, y los requisitos necesarios de producci¨®n que deben cumplirse para atender a una alteraci¨®n dada de la demanda final (gastos p¨²blicos o privados de consumo o de inversi¨®n, por ejemplo).
3. Las tablas y el an¨¢lisis input-output permiten conocer asimismo, de modo sistem¨¢tico y con detalle, el grado de interdependencia de una econom¨ªa con respecto al exterior, y tambi¨¦n establecer, por otra parte, comparaciones internacionales respecto de las estructuras econ¨®micas de los distintos pa¨ªses.
Contar con la informaci¨®n que deriva de esas tres aportaciones es siempre interesante para elegir con acierto las medidas de pol¨ªtica econ¨®mica. No hay elecci¨®n inteligente sin informaci¨®n adecuada. Y las tablas y los ejercicios del an¨¢lisis input-output suministran esa informaci¨®n.
Contar con esos datos que se derivan de las tablas y del an¨¢lisis input-output es siempre interesante, pero lo es mucho m¨¢s en una etapa cr¨ªtica como la actual. Si en alg¨²n punto convienen hoy los economistas de cualquier signo es en que la crisis econ¨®mica con la que nos enfrentamos es, sobre todo, una ?crisis de oferta?, y que de ella no podr¨¢ salirse sin variar la estructura productiva heredada del pasado y sin programar y ejecutar con perseverancia y resoluci¨®n los ajustes sectoriales necesarios. Este ajuste de la estructura productiva a la crisis resulta dif¨ªcil -por no decir imposible- realizarlo con acierto sin conocer las principales relaciones -directas e indirectas- entre los sectores productivos y el car¨¢cter con el que se configuran cada uno de los sectores productivos de la econom¨ªa por sus efectos o dominio sobre los dem¨¢s.
Esa menci¨®n de las aportaciones y del an¨¢lisis input-output Parece m¨¢s que suficiente para justificar la importancia de la elaboraci¨®n de las tablas para un pa¨ªs como Espa?a. Esta necesidad se sinti¨® ya as¨ª desde el pionero trabajo referido a 1954 y dirigido por los profesores Valent¨ªn Andr¨¦s ?lvarez y Manuel de Torres Mart¨ªnez. Desde entonces se hab¨ªan realizado tablas para cada cuatro a?os hasta 1970. Era preciso, por tanto, una nueva tabla m¨¢s actual que permitiera conocer la nueva realidad econ¨®mica provocada tras la primera crisis del petr¨®leo, que de forma tan brusca ha marcado a las distintas econom¨ªas. Puesto que no parec¨ªa haber signos de que alg¨²n organismo oficial de la Administraci¨®n espa?ola tuviese intenci¨®n de acometerla elaboraci¨®n de una nueva tabla, el Fondo para la Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social de la CECA decidi¨®, hace casi dos a?os, tomar bajo su responsabilidad esta dif¨ªcil empresa. El resultado acaba de ser publicado con el t¨ªtulo de La estructura productiva espa?ola, y contiene, adem¨¢s de las tablas propiamente dichas, un primer an¨¢lisis de algunas interdependencias y caracter¨ªsticas de la econom¨ªa espa?ola que se desprenden de los nuevos datos aportados por aquella.
Crisis y reconversi¨®n industrial
De los frentes que abarca esta publicaci¨®n interesa destacar aquellos que de modo m¨¢s directo pueden servir de apoyo para la pol¨ªtica econ¨®mica, especialmente los que se refieren a la debatida cuesti¨®n de la reconversi¨®n industrial y a la b¨²squeda de un camino para la salida de la crisis. A estos efectos es preciso tener en cuenta que la tabla se refiere al a?o 1975, de modo que, aunque la econom¨ªa espa?ola ya hab¨ªa recibido el primer shock de la crisis del petr¨®leo, todav¨ªa no hab¨ªa reaccionado adecuadamente ante ello, ni sus efectos se hab¨ªan trasladado plena mente al resto de la econom¨ªa. Pero, en cualquier caso, hay al menos cuatro grandes temas en los que ya pueden adelantarse algunas conclusiones, que son de vital importancia para la elaboraci¨®n de un programa econ¨®mico que ponga proa a la salida de la crisis. Estos son la estructura productiva, el empleo, el sector, exterior y los precios.
Como se ha indicado ya -y es bien conocido- en el coraz¨®n de la crisis actual hay un profundo problema de inadecuaci¨®n de la estructura productiva existente (especialmente industrial) con los datos de las nuevas coordenadas impuestas en parte desde fuera. Al comparar la estructura productiva de 1975 con la de 1970, los economistas C. Mart¨ªn y L. Rodr¨ªguez Romero concluyen que ?apenas han tenido lugar variaciones significativas?. Desde entonces, todo parece indicar que el proceso de acomodaci¨®n ha ido poni¨¦ndose en marcha, pero no al ritmo que la intensidad de la crisis marcaba como necesario. Esa inadaptaci¨®n de la estructura productiva a la crisis .alcanza especial gravedad en Espa?a, y reclama una r¨¢pida transformaci¨®n y reajuste industrial. Lo que est¨¢ pasando en los sectores sider¨²rgico, de construcci¨®n naval, textil o bienes de equipo es grave, no s¨®lo por las ingentes p¨¦rdidas que se est¨¢n acumulando a?o tras a?o, sino especialmente por la creciente disparidad con los vientos que soplan en el mundo, movidos por los nuevos esquemas de la divisi¨®n internacional del trabajo.
Resulta indudable que no se puede salir de esta situaci¨®n sin una estrategia, y tampoco puede elaborarse una estrategia sin un conocimiento completo -es decir, estructural- de la situaci¨®n. Conocer cu¨¢les son los sectores claves, cu¨¢les los impulsores y cu¨¢les los estrangulamientos de nuestro desarrollo industrial es un requisito previo a cualquier salida ordenada -esto es, programada y menos costosa- de la crisis. No s¨®lo se requiere la adopci¨®n de medidas resueltas, sino que ¨¦stas est¨¦n coordinadas entre los distintos sectores a trav¨¦s de un plan, programa, estrategia -o como quiera llamarse-, hoy d¨ªa inexistente. El problema de la reconversi¨®n industrial es un tema de conjunto, que afecta, a trav¨¦s de las relaciones intersectoriales y sus efectos inducidos, a toda la econom¨ªa es pa?ola, y que exige, en consecuencia, poner un mayor acento sobre medidas no s¨®lo de estabilizaci¨®n y saneamiento -imprescindibles-, sino tambi¨¦n sobre la decisiva transformaci¨®n de la estructu ra productiva.
La aportaci¨®n de C. Mart¨ªn y L. Rodr¨ªguez Romero, utilizando las tablas de 1975, permite sentar ciertas bases fundamentales para establecer una salida programada de la crisis econ¨®mica. En primer lugar, se constata que las relaciones de circularidad son escasas en nuestra econom¨ªa, d¨¢ndose un acusado predominio de las relaciones de dependencia sectorial frente a las de interdependencia productiva. Pero quiz¨¢ lo m¨¢s operativo que debe destacarse de ese trabajo sean tres conclusiones:
1. Son actividades productivas claves (es decir, con efectos de arrastre hacia adelante y atr¨¢s superiores a la media) de la econom¨ªa: la gander¨ªa, cemento y derivados, diversas qu¨ªmicas de base, algunas alimentarias, met¨¢licas, sus transformados y maquinaria, junto con las instituciones financieras.
2. En lo que respecta a los sectores cuya producci¨®n puede llegar a ser un estrangulamiento b¨¢sico del sistema, son tres fundamentalmente: la agricultura, los principales subsectores energ¨¦ticos y los transportes terrestres.
3. Finalmente, como actividades con un papel m¨¢s activo en el crecimiento de la econom¨ªa, se destacan la construcci¨®n, las qu¨ªmicas destinadas a la industria y consumo final, autom¨®viles y material de transporte y las manufacturas ligeras, como alimentarias, textil y madera y mueble.
De la clasificaci¨®n anterior no deber¨ªa concluirse, de un modo simplista, que debe darse prioridad absoluta a ciertos sectores frente a otros. Hay factores tan importantes como la disponibilidad de materias primas y energ¨ªa, la creaci¨®n de empleo, la generaci¨®n de divisas, etc¨¦tera, no tomados en cuenta en el an¨¢lisis anterior, que pueden,sin embargo, obligar a un cambio de estrategia. Pero lo que no cabe duda es que es necesario tomar en consideraci¨®n las -anteriores caracter¨ªsticas-de cada sector frente al desarrollo general de la econom¨ªa.
El emplo
Las tablas input-output son tambi¨¦n un instrumento valioso para sentar las l¨ªneas maestras de una pol¨ªtica de generaci¨®n de empleo. Es este el problema m¨¢s grave que tiene planteado nuestra econom¨ªa en las presentes circunstancias, tanto por su elevado coste social como econ¨®mico. Sin embargo, como empieza a ser generalmente reconocido, la soluci¨®n de este problema pasa inexorablemente por la de otros -inflaci¨®n, productividad, mejor asignaci¨®n de recursos-, hasta el punto de que pudiera afirmarse que el paro es la consecuenci¨¢ de otros problemas, y que, en tanto no se resuelvan, no permiten que ¨¦ste sea atajado en profundidad con medidas de actuaci¨®n directa.
La publicaci¨®n del FIES ?La estructura productiva espa?ola? contiene un trabajo de un equipo de economistas dirigidos por el profesor C. Sebasti¨¢n, que, mediante un modelo de optimizaci¨®n en el que se ensayan condiciones alternativas sobre el sector exterior, los precios del petr¨®leo, la tecnol¨®g¨ªa y otros factores, se llega a conclusiones orientadoras sobre las posibilidades potenciales de empleo de nuestra econom¨ªa. En particular, los resultados de la investigaci¨®n ?indican que las variaciones interindustriales que se han producido en el pasado, de seguir en el futur¨®, supondr¨ªan una notable merma de las posibilidades de crecimiento y generaci¨®n de empleo de nuestra econom¨ªa?.
Como es esta una se?al de alarma de vital importancia, conviene insistir en las conclusiones de esta investigaci¨®n. Por ejemplo, se advierte que la creaci¨®n de puestos de trabajo en los sectores no agr¨ªcolas de nuestra econom¨ªa ser¨¢ inferior al 1% anual, a menos que deje de producirse un cambio tecnol¨®gico de caracter¨ªsticas similares al del pasado, junto con la dif¨ªcil condici¨®n de que no se eleve el precio real del petr¨®leo, y adem¨¢s que la oferta de divisas tenga un comportamiento extraordinario.
A veces se afirma y se defiende con energ¨ªa que para aumentar el empleo bastar¨ªa con desplazar el gasto desde el consumo. privado al consumo p¨²blico, con lo que se ga nar¨ªan dos cosas: una mayor ocu paci¨®n y una provisi¨®n de bienes m¨¢s deseables (los p¨²blicos), a lo que se a?ade generalmente una cr¨ªtica con literatura barata del consumo privado y el ?consumismo?. De esta alteraci¨®n del gasto nacional a favor del gasto p¨²blico se trata en el modelo realizado por el equipo de C. Sebasti¨¢n. El resultado a que se llega indica que ese mayor empleo que se conseguir¨ªa s¨®lo en el caso de forzar el gasto p¨²blico a costa de reducir el creci miento del consumo privado, de modoque si los consumidores no considerasen la expansi¨®n de los servicios colectivos como sustitutiva de su consumo privado, tal pol¨ªtica de generaci¨®n de empleo ser¨ªa inviable. Un deber de coherencia exige, por tanto, aceptar que cualquier programa de empleo basado en un mayor gasto p¨²blico debe ganar la aceptaci¨®n social para hacerlo viable, lo cual requiere imponer (un verbo que los pol¨ªticos rara vez conjugan en p¨²blico) disminuciones en el consumo privado.
Por otra parte, las tablas y el an¨¢lisis input-output permiten conocer la capacidad generadora de empleo de los distintos sectores productivos, un dato fundamental para valorar las oportunidades abiertas a la ocupaci¨®n en el pa¨ªs. La estructura productiva de 1975, tal y como la ofrece la tabla input-output, destaca como sectores b¨¢sicos suministradores de ocupa-ci¨®n la alimentaci¨®n, el vestido y el calzado y la construcci¨®n de viviendas. En todas estas actividades una unidad de demanda final genera mpleos por encima de dos puntos. Especial significaci¨®n adquiere la construcci¨®n de viviendas, con una capacidad generadora de empleo de 2,23 unidades, valor que acent¨²a el ar¨¢cter estrat¨¦gico del lanzamiento de este sector productivo en los momentos actuales. Los datos de 1975 arrojan, sin embargo, tambien otros resultados menos optimistas como aquellos que indican que todos los sectores productores de energ¨ªa generan por cada unidad de demanda final muy poca capacidad de empleo (capacidad que va del 0,70 en la energ¨ªa el¨¦ctrica al 0,06 en el refino de petr¨®leo).
Una meditaci¨®n en torno a estos valores prueba muy pronto la gravedad del tema del empleo en nuestro pa¨ªs y la necesaria utilizaci¨®n de la informaci¨®n que suministran las tablas y el an¨¢lisis input-output para orientar una pol¨ªtica que trate de ofrecer proposiciones v¨¢lidas y no ut¨®picas, eficientes y no inflacionistas.
El sector exterior
Pese al buen comportamiento del sector exterior de nuestra econom¨ªa en los ¨²ltimos ejercicios, es de sobra conocido que es este un estrangulamiento estructural de nuestras posibilidades de desarrollo y que, posiblemente, va a seguir si¨¦ndolo en el futuro. Por ello, todos los esfuerzos que se realicen en la mejor comprensi¨®n de nuestra dependencia exterior deben ser bien recibidos. De nuevo, tambi¨¦n aqu¨ª las tablas input-output son un excelente instrumento para analizar esta cuesti¨®n. As¨ª lo han sabido ver l¨®s; autores que hemos citado anteriormente, en cuanto que en sus respectivas investigaciones se
El an¨¢lisis de la estructura productiva espa?ola
ocupan del tema d¨¢ndole la importancia que se merece.Utilizando las tablas de 1975 y 1970, C. Mart¨ªn y L. Rodr¨ªguez Romero comparan las estructuras relativas del comercio exterior de nuestra econom¨ªa de ambos a?os, y concluyen que en este per¨ªodo se ha aumentado tanto la propensi¨®n a importar como a exportar. La primera, sobre todo, en el sector derivados de petr¨®leo, y tambi¨¦n, de modo significativo, en los sectores de coquer¨ªas, otras extractivas, conservas, bebidas, y otras alimentarias, textil, cuero y calzado, maquinaria el¨¦ctrica y construcci¨®n naval. En cuanto a la propensi¨®n a exportar, el trabajo concluye que han sido especialmente din¨¢micos los sectores qu¨ªmico, maquinaria, material de transporte, textil, cuero y calzado, cemento y siderurgia.
Tambi¨¦n el trabajo del equipo de C. Sebasti¨¢n dedica una atenci¨®n especial a este tema, utilizando el mismo modelo multisectorial y la misma base de datos (tabla input-output) de 1975 que para su an¨¢lisis de la generaci¨®n de empleo. El resultado general es que ?el sector exterior juega un papel fundamental en la delimitaci¨®n de las posibilidades de crecimiento y generaci¨®n de empleo d¨¦ nuestra econom¨ªa?. En condiciones id¨¦nticas de contenido importador de las actividades productivas, los supuestos alternativos que se consideran sobre la evoluci¨®n de los componentes ex¨®genos de la oferta de divisas llevan a resultados tan diferentes como pasar de un ritmo de crecimiento potencial de un 5,2% en el caso m¨¢s favorable a un 3,8% en el menos favorable. Alternativamente, distintas variaciones en el contenido importador de las actividades productivas espa?olas dan lugar a una reducci¨®n del crecimiento potencial de la econom¨ªa espa?ola desde el 4,5 % a un 3,7%.
La conclusi¨®n final de estos autores es la siguiente: a fin de incrementar la limitada capacidad de crecimiento de la econom¨ªa-espa?ola, y teniendo en cuenta lo dif¨ªcil que resulta operar por el lado de la oferta de divisas, es preciso intentar hacerlo por el lado de la demanda. Lo cual implica orientar la econom¨ªa hacia actividades menos utilizadoras de divisas, ?orientaci¨®n que s¨®lo podr¨¢ realizarse mediante pol¨ªticas sectoriales que racionalicen el uso que los diversos sectores hacen de los recursos escasos?. Y si bien puede estarse de acuerdo o no con esta estrategia, es necesario reconocer que, en todo caso, debe ser fuente de profunda meditaci¨®n.
Finalmente, la publicaci¨®n La estructura productiva espa?ola contiene un trabajo del profesor J. Segura dedicado por entero al tema de la dependencia exterior de la econom¨ªa espa?ola a trav¨¦s de las tablas input-output.
El trabajo de J. Segura puede resumirse en algunas conclusiones fundamentales: en primer lugar, que la dependencia respecto de las importaciones intermedias es alta y creciente y que est¨¢ fuertemente correlacionada con las actividades clave de nuestro desarrollo. En segundo lugar, que. de entre los distintos componentes de la demanda final, la exportaci¨®n es la que m¨¢s concentrada est¨¢ en aquellos sectores m¨¢s dependientes de importaciones intermedias. Finalmente, que la dependencia productiva exterior est¨¢ principalmente sujeta a las importaciones intermedias de productos esenciales tecnol¨®gica y econ¨®micamente.
De todo ello se deduce que ?las exportaciones espa?olas llevan asociadas un saldo neto de generaci¨®n de divisas progresivamente m¨¢s reducido?, lo cual ser¨ªa la continuaci¨®n de una tendencia iniciada en 1962 y que puede llevar a estrangular la capacidad de crecimiento de la econom¨ªa espa?ola. Esto plantea, en opini¨®n del autor, que compartimos, como temas esenciales para el futuro de la econom¨ªa espa?ola, los de la composici¨®n de la inversi¨®n y de las exportaciones. Es decir, no se trata ya simplemante de fomentar estas variables, sino de vigilar su composici¨®n bajo una estrategia selectiva que vaya paliando la dependencia analizada.
Los precios
La tabla input-output permite definir una estructura de costes. Puesto que la elevaci¨®n del precio de cualquier input b¨¢sico (el petr¨®leo en el caso que nos ocupa) tiene un claro efecto sobre los costes industriales, partiendo de la hip¨®tesis de traslaci¨®n al ciento por ciento de costes a precios, y dando cabida en el an¨¢lisis a los efectos amplificadores que esta traslaci¨®n puede tener a trav¨¦s del entramado de relaciones entre las distintas industrias, J. Alcaide Guindo y J. L. Raymond han llevado a cabo una medici¨®n del incremento ?justificado? de precios, derivado del aumento de los precios de los productos energ¨¦ticos decretado en julio de 1979 en Espa?a.
El c¨¢lculo realizado no toma en consideraci¨®n las posibles interacciones precios-salarios. Partiendo de estas hip¨®tesis de trabajo, se llega a cifrar que el efecto sobre el ¨ªndice de precios del consumo de esta elevaci¨®n de precios se sit¨²a alrededor del 2,5 %. Adem¨¢s, la tabla input-output permite clasificar los distintos sectores productivos de acuerdo con el grado en que resultar¨¢n afectados por la elevaci¨®n. En definitiva: como es l¨®gico, los sectores m¨¢s consumidores de petr¨®leo son los que experimentar¨¢n mayores elevaciones ?justificadas? de precios.
Estos porcentajes de aumento marcan una cota m¨ªnima para la inflaci¨®n resultante de la elevaci¨®n de los precios de los productos energ¨¦ticos. Esta inflaci¨®n se corresponde con la reducci¨®n en la capacidad real de compra que los distintos agentes de la econom¨ªa espa?ola deben soportar como consecuencia de que el coste de un input b¨¢sico de su proceso productivo ha experimentado un encarecimiento relativo. La inflaci¨®n inducida total puede situarse por encima de este porcentaje, en la medida en que los distintos agentes econ¨®micos no est¨¦n dispuestos a admitir una ca¨ªda de su capacidad de compra, de forma que se inicie una peligrosa espiral Inflacionista precios-salarios. Ello es, no obstante, una trampa que no logra transformar la realidad subyacente de que el precio relativo de un sector, el energ¨¦tico, se ha elevado y que la relaci¨®n real de intercambio de los dem¨¢s sectores frente a ¨¦ste debe experimentar un descenso. No aceptar este hecho debe necesariamente conducir, a trav¨¦s de la aceleraci¨®n inflacionista, a un empobrecimiento real de la econom¨ªa todav¨ªa m¨¢s acusado.
Este es, en esencia, el mensaje que se desprende del ¨²ltimo trabajo contenido en la publicaci¨®n que comentamos acerca de los efectos inflacionistas derivados de la elevaci¨®n del precio de un bien cuya oferta es limitada. Y en tal contexto debe encuadrarse el significado de los aumentos ?justificados? de precios que se obtienen por medio de los diversos experimentos de simulaci¨®n realizados con la tabla.
La tabla para 1980
Es fundamental ahora, transcurridos cinco a?os desde 1975, que por los organismos oficiales responsables de la estad¨ªstica se inicien los trabajos preparativos para la elaboraci¨®n de la tabla correspondiente a 1980. Con ella podr¨¢ comprobarse si las tendencias anunciadas en los trabajos que han utilizado las tablas de 1975 se han desarrollado en la direcci¨®n prevista. Lo m¨¢s probable es que ¨¦sta muestre, en su d¨ªa, el agravamiento progresivo que se ha producido en los desequilibrios estructurales de la econom¨ªa espa?ola, y quiz¨¢ d¨¦ m¨¢s luz sobre los caminos a seguir por la pol¨ªtica econ¨®mica. Entre tanto, se dispone ya, gracias a la tabla de 1975, de unos datos y unas conclusiones que permiten no retrasar m¨¢s la adopci¨®n de decisiones en un ¨¢rea en la que todos nos estamos jugando nuestro futuro.
Con objeto de continuar avanzando en esta direcci¨®n, el FIES-CECA ha organizado un seminario para el pr¨®ximo fin de semana, en el que los especialistas nacionales podr¨¢n intercambiar sus experiencias, as¨ª como contrastar ¨¦stas con opiniones tan valiosas como las del premio Nobel Leontief, que asistir¨¢ a la reuni¨®n, o las de la profesora Carter, cuyas investigaciones han servido de gu¨ªa a muchas de las realizadas en Espa?a. Tambi¨¦n asistir¨¢n expertos de la Eurostat, con lo que podr¨¢ estimarse nuestro nivel de conocimientos relativo al de otros pa¨ªses europeos.
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