La crisis: diagn¨®sticos y terap¨¦uticas
Con una salvedad, el debate sobre la crisis mundial organizado por la Fundaci¨®n Pablo Iglesias durante los d¨ªas 19 al 24 de mayo se desenvolvi¨® seg¨²n el plan previsto, y con satisfactorias repercusiones p¨²blicas, que permiten confiar en su efectividad como punto de arranque de un proceso de discusi¨®n dentro de la izquierda espa?ola.Durante los cuatro primeros d¨ªas intervinieron Ernest Mandel, dirigente trotsquista y autor de El capitalismo tard¨ªo; Glovanni Arrighi, profesor de las universidades de Calabri¨¢ y del Estado de Nueva York; Jacques Attali, asesor econ¨®mico de Fran?ois Mitterrand; Andr¨¦ Granou, militante de la CFDT y coautor de la obra Crecim¨ªento y crisis; y, por problemas familiares de ¨²ltima hora de Andre Gunder Frank, que le impidieron acudir a Madrid, tambi¨¦n el autor de estas l¨ªneas.
En esta primera parte del debate se discutieron los posibles diagn¨®sticos de la crisis. Hubo una cierta coincidencia en se?alar que la ca¨ªda de la productividad desempe?aba un papel fundamental en la crisis actual, lo que se relacion¨® con la resistencia obrera al trabajo en cadena, y con la creciente fuerza estructural de la clase trabajadora en el capitalismo de la posguerra. En estos aspectos, los an¨¢lisis de Arrighi y Grarlou mostraron notables convergencias. Mandel defini¨® la cris¨ªs corno una crisis cl¨¢sica de sobreproducci¨®n (lo que implicaba la creencia en un crecimiento.de la composici¨®n org¨¢nica del capital durante los a?os sesenta), pero estuvo de acuerdo en que la cr¨ªsis se produc¨ªa, a diferencia de crisis anteriores, en un contexto de gran fuerza organizativa de la clase obrera.
Sobre las perspectivas de evoluci¨®n se plantearon posturas m¨¢s var¨ªadas. Mandel subray¨® su temor a posibles guerras o reacciones de corte fascista del capital en caso de que no se ofrezca una alternativa revolucionaria a la crisis; Arrigh¨ª se mostr¨® optimista, sobre la base de que el capital sabe que la crisis no puede superarse hundiendo el nivel de los salarios o destruyendo los sindicatos; Granou subray¨® que las pol¨ªticas de austeridad son tan s¨®lo paliativos a corto plazo, pero no descart¨® el riesgo de guerra.
Attali traz¨® un gui¨®n de la crisis muy pr¨®ximo a la futurolog¨ªa, con un desplazamiento del centro capitalista hacia el Pac¨ªfico (Jap¨®n, Corea del Sur, Taiw¨¢n, etc¨¦tera), una estandarizaci¨®n del consumo y una robotizaci¨®n del trabajo. Mostr¨® un buen conocimiento de la literatura reciente, pero pudo defraudar a quienes esperaran una discusi¨®n m¨¢s relacionada con la pol¨ªtica econ¨®mica de la izquierda francesa. En el terreno de la evoluci¨®n de la divisi¨®n internacional del trabajo deberia haberse movido tambi¨¦n la intervenci¨®n de Andre G. Frank. En su ausencia se ofreci¨® un resumen del proceso de evoluci¨®n te¨®rica que llev¨® de la primitiva teor¨ªa de la dependencia (en la que Frank ocup¨® un papel destacado) a la actual teor¨ªa del sistema mundial, cuyo m¨¢s conocido exponente es Immanuel Wallerstein. Se hizo hincapi¨¦ en que el actual descentramiento capitalista hacia la periferia se realiza en cond¨ªciones de sobreexplotaci¨®n del trabajo y de ausencia de libertades pol¨ªticas. Pero si bien Frank es un reconocido pesimista en lo que ata?e a la perspectiva inmediata, su sustituto se?al¨® que la actual. industrializaci¨®n de la periferia Capitalista posee aspectos contradictorios que pueden favorecer una evoluci¨®n progresiva de la crisis, con la aparici¨®n de un nuevo proletariado y una mayor fuerza contractual para los pa¨ªses hasta ahora subdesarrollados.
La segunda parte del debate se dedic¨® a las posibles alternativas de izquierda a la crisis. El economista franc¨¦s Serge-Christophe Kolm, autor de la obra La transici¨®n socialista, critic¨® la tradicional tendencia de la izquierda hacia pol¨ªticas de corte inflacionista, y propuso mecanismos de control de precios y una redistribuci¨®n del ingreso basada en los servicios sociales (el llamado salario indirecto).
El economista laborista ingl¨¦s Stuart Holland esboz¨® un modelo basado en un alto grado de autogesti¨®n dentro de las empresas, el control de los precios, especialmente en los monopolios multinacionales (lo que ¨¦l denomina sector mesoecon¨®mico), una expansi¨®n planificada del sector p¨²blico, en condiciones de competencia con la empresa privada y seg¨²n criterios de satisfacci¨®n de las necesidades sociales, y formas de planificaci¨®n concertada entre el Gobierno, los sindicatos y el capital, que permitir¨ªan reestructurar el sistema productivo.
Bruno Trentin, de la CGIL italiana, y Rainer Zoll, de la DGB alemana, analizaron el papel de los sindicatos frente a la crisis. Tras se?alar las peculiaridades de la situaci¨®n de los paises respectivos, se centraron en las perspectivas futuras. Trent¨ªn subray¨® la necesidad de una estrategia sindical que no sea puramente defensiva, sino que apunte a un modelo alternativo de desarrollo, y Zoll analiz¨® las tendencias contradictorias dentro del sindicalismo alem¨¢n, a la vez hac¨ªa el conformismo frente a las medidas del capital y hacia una nueva radicalizaci¨®n entre los cuadros sindicales j¨®venes.
La semana de debates se cerr¨® con una mesa redonda en la que intervinieron, adem¨¢s de Koim, Holland, Trentin y Zoll, los economistas espa?oles Enrique Bar¨®n y Santiago Rold¨¢n (socialistas), el independiente Juan Mu?oz y el comunista Julio Segura. Hubo un cierto acuerdo en la necesidad de una reestructuraci¨®n de la econom¨ªa espa?ola, lo que incluir¨ªa la realizaci¨®n de inversiones productivas en sectores clave por la econom¨ªa p¨²blica, la reforma fiscal en profundidad, la reforma de la Administraci¨®n p¨²blica, y un creciente poder obrero sobre la producci¨®n y la inversi¨®n. La alternativa a las subidas salariales en una situaci¨®n de crisis ser¨ªa (coincidiendo con lo apuntado por KoIni y Holland) la expansi¨®n de los servicios colectivos, del salario indirecto.
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