La autoridad rechaz¨® 101 toros antirreglamentarios, muchos sospechosos de "afeitado"
Muchos proyectos para la continuidad de la temporada
Para la lidia de 120 toros en la feria de San Isidro, la empresa hubo de presentar 233, de los cuales 101 fueron rechazados por la autoridad y el equipo de veterinarios. Los datos han sido facilitados por el Gobierno Civil de Madrid, el cual cita las causas de estos rechazos: claudicaciones en las extremidades de las reses, falta de peso, carencia de trap¨ªo y presunta manipulaci¨®n fraudulenta de las astas.
Caracterizados taurinos se han dedicado durante toda la feria a oficiar la ceremonia de la confusi¨®n ante la actitud ejemplar de la autoridad y los veterinarios, para lo cual propalaban las m¨¢s variadas especies, casi todas ellas descalificadoras de los conocimientos sobre el toro de lidia e incluso de la probidad de los distintos equipos que efectuaban los reconocimientos del ganado.Para otros incidentes -por ejemplo, las casi continuas ca¨ªdas de los toros- arbitraban justificaciones rid¨ªculas, como son la situaci¨®n de la ganader¨ªa de bravo -que, seg¨²n sus argumentos, est¨¢ descastada- y la dureza del ruedo de Las Ventas, porque tiene una base de cemento. El propio discurrir de la feria desdijo estos interesados supuestos, pues hubo corridas que no se cayeron en absoluto e incluso ofrecieron el juego propio del toro de casta, con pelea completa en el tercio de varas y prontas, continuadas y fuertes embestidas, sin que por todo ello les fallaran en alg¨²n momento las extremidades.
Reviste especial gravedad que varias reses tuvieran que ser rechazadas por falta de trap¨ªo o por supuesta manipulaci¨®n fraudulenta de las astas. No es demasiado sorprendente que a la sociedad arrendataria de Las Ventas, Taurina Hispalense -o, para ser m¨¢s directos, a su consejero delegado, Jos¨¦ Luis Mart¨ªn Berrocal-, le vendan unos ganaderos desaprensivos toros sin trap¨ªo o despuntados; es algo que le puede ocurrir a cualquiera.
Producido el rechazo de los toros por parte de la autoridad, portavoces de la empresa y taurinos nos transmit¨ªan su preocupaci¨®n: ?Ya no sabemos qu¨¦ traer en Madrid; no hay en el campo esos toros especiales que exigen los de la andanada y los veterinarios; es inaudito que nos hayan rechazado tal corrida, que ten¨ªa los cuatro a?os cumplidos y todos los toros un peso superior a los quinientos kilos?. Lo que se callaban, naturalmente, era que a lo mejor esos toros no hab¨ªan sido admitidos porque aparec¨ªan anovillados o porque ten¨ªan todas las trazas de estar afeitados.
Un importante ganadero nos dec¨ªa: ?En la b¨¢scula de la plaza se aprecia perfectamente el toro afeitado. Ah¨ª no hay posibilidad de error. En cuanto sale el toro del cami¨®n y entra en la b¨¢scula se le pueden examinar a conciencia los pitones, y puedo asegurar que muchas corridas han llegado a Las Ventas afeitadas. Naturalmente, la autoridad, nada m¨¢s verlas, las ha echado para atr¨¢s?.
El taurinismo, parte del cual parece no poseer m¨¢s ciencia que el fraude, es evidente que ha intentado imponer sus procedimientos durante toda la feria de San Isidro, y esto explica lo inexplicable: que 101 toros nada menos -la cifra es impresionante- hayan sido rechazados, para 120 que se ten¨ªan que lidiar.
La multa de dos millones de pesetas con que ha sido sancionada la empresa por el incidente del sobrero en la corrida del domingo corona una serie de en la organizaci¨®n de los festejos, entre las cuales no es la menor la que se produjo precisamente ese mismo d¨ªa con los toros que ten¨ªan que saltar al ruedo, cuyo proceso, seg¨²n el propio gobierno civil, fue el siguiente: la anunciada corrida de Palha no se present¨® a reconocimiento por parte de la empresa ignoramos por qu¨¦. Un portavoz de la misma, no obstante, hab¨ªa informado a EL PAIS que los veterinarios la rechazaron el s¨¢bado, pues ?estaba tuberculosa?. Como aclara el propio gobierno civil, tal reconocimiento nunca lleg¨® a producirse. En lugar de los toros de Palha, la empresa present¨® seis de Murteira, que rechazaron los vete rinarios, y la misma suerte siguieron cuatro de seis que ten¨ªan unos el hierro de Camaligera y otros el de Mar¨ªn Harcos. Finalmente fue aceptada una corrida completa de: Pilar Poblaci¨®n, que es la que salt¨®, a la arena, m¨¢s un sobrero de Mar¨ªn Marcos, mientras la empresa anunciaba que era de Torrestrella, el cual hab¨ªa sido expresamente rechazado.
La autoridad, blanco de muchas indignaciones (por otra parte, completamente justificadas) en el transcurso de la feria, ha cumplido. Una informaci¨®n diaria, por su parte, en lugar de darla al final, habr¨ªa evitado m¨²ltiples equ¨ªvocos, porque est¨¢ claro que las protestas, la mayor parte de las veces, no debieron dirigirse al palco, sino al callej¨®n. Queda ahora otro aspecto de esta espinosa cuesti¨®n, que es la decisi¨®n que adopte la Diputaci¨®n Provincial de Madrid, propietaria de la plaza. Esta tiene suscrito con la empresa un reglamento de r¨¦gimen interior, en el que se contemplan aspectos clarificadores del contrato de arrendamiento del coso, entre los cuales est¨¢n las transgresiones reiteradas al reglamento taurino.
Sin embargo, no todo ha sido negativo en la feria, y el impulso que personalmente Mart¨ªn Berrocal ha dado al espect¨¢culo tambi¨¦n ha de contar. Al propio tiempo, la feria s¨®lo es parte de la temporada de Las Ventas. La fiesta sigue en Madrid y el empresario ya ha anunciado otra feria para la ¨²ltima semana del presente mes, la organizaci¨®n de mayor n¨²mero de corridas que nunca, varias de ellas en d¨ªas laborables, y una continuidad en la programaci¨®n de festejos, que podr¨ªan prolongarse hasta noviembre si el tiempo acompa?a. Los proyectos para este dilatado tramo de temporada que queda abren un cap¨ªtulo de esperanza, y hasta que concluya no se podr¨¢ juzgar si Berrocal es -como podr¨ªa ser- el empresario que ven¨ªa necesitando Madrid.
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