Un s¨ªmbolo de la contestaci¨®n nuclear
Los dos grupos nucleares que se est¨¢n construyendo en Lem¨®niz (Vizcaya) han suscitado la contestaci¨®n nuclear m¨¢s intensa desarrollada en nuestro pa¨ªs. Las obras de la central, que han sido objeto de varios atentados, han sufrido un retraso de m¨¢s de dos a?os, y su terminaci¨®n est¨¢ prevista para no antes de marzo de 1981, el primer grupo, y en julio de 1983 el segundo. Cada grupo contar¨¢ con una potencia instalada de 930 MW, y la inversi¨®n total superar¨¢ los 130.000 millones de pesetas, aproximadamente un 20% del patrimonio de Iberduero, la empresa constructora.La central de Lem¨®niz comenz¨® a construirse en 1972, aunque la Direcci¨®n General de Energ¨ªa no autoriz¨® las obras a Iberduero hasta marzo de 1974. La licencia de construcci¨®n definitiva no la concedieron los municipios de Lem¨®niz y Mungu¨ªa hasta el 22 de septiembre de 1976, cuatro a?os despu¨¦s de haberse iniciado las obras de cimentaci¨®n. No obstante, en noviembre y diciembre del pasado a?o, las citadas corporaciones municipales decidieron la paralizaci¨®n de las obras ampar¨¢ndose en la calificaci¨®n de zona rural del enclave. Una resoluci¨®n del Consejo de Ministros de 21 de diciembre ¨²ltimo legaliz¨® la situaci¨®n al calificar dichos terrenos como industriales.
Estas anomal¨ªas legales promovieron las primeras reacciones populares contrarias, canalizadas por las asociaciones de vecinos, constituy¨¦ndose poco despu¨¦s la comisi¨®n de defensa de tina costa vasca no nuclear. El 29 de agosto de 1976 tuvo lugar la primera manifestaci¨®n convocada por esta comisi¨®n, que en estos cuatro a?os ha llevado a cabo una labor especialmente intensa. Manifestaciones, campa?as y marchas nucleares se han sucedido sin cesar. El 3 de junio de 1979, una joven, Gladys del Estal, muri¨® a consecuencia de los disparos efectuados por la Guardia Civil mientras se desarrollaba la concentraci¨®n nuclear de Tudela.
En la actualidad, adem¨¢s de la mayoritaria repulsa popular, gran parte del elenco pol¨ªtico vasco se ha manifestado en contra de la terminaci¨®n de las obras, y el mismo Consejo General Vasco se ha mostrado partidario de la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum nuclear para dilucidar la cuesti¨®n. En los ¨²ltimos meses, como forma de protesta, parlamentarios, diputados y junteros provinciales, alcaldes y concejales de tendencia nacionalista se han negado a abonar las facturas de la luz de Iberduero hasta que esta compa?¨ªa se avenga a paralizar las obras de la central.
La oposici¨®n a Lem¨®niz, justificada en los peligros que encierran las centrales nucleares, se ve incrementada por su ubicaci¨®n en la costa y su cercan¨ªa a grandes n¨²cleos urbanos (s¨®lo doce kil¨®metros la separan de Bilbao). Los defensores de la central aducen la dependencia energ¨¦tica de Euskadi y la necesidad cada vez mayor de recurrir a la energ¨ªa nuclear.
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