El PNV corrigi¨® su posici¨®n inicial y apoya la celebraci¨®n de un refer¨¦ndum sobre la central de Lem¨®niz
Entre gestos de protesta de la oposici¨®n parlamentaria por la actuaci¨®n del presidente y en un clima de enfrentamiento dial¨¦ctico no exento en ocasiones de golpes de humor, discurri¨® ayer en Bilbao la segunda sesi¨®n del Pleno del Parlamento vasco, que aprob¨®, con los votos en contra de UCD y AP, un dictamen por el que la C¨¢mara insta a ?las autoridades competentes? para que no se proceda a la tra¨ªda de uranio a la central nuclear de Lem¨®niz hasta tanto no se celebre un refer¨¦ndum popular sobre la conveniencia o no de su puesta en marcha.
La sorpresa la proporcion¨® el grupo del PNV, que en el momento de iniciarse la sesi¨®n de la ma?ana present¨® una enmienda de adici¨®n al dictamen de la comisi¨®n sobre el tema de Lem¨®niz (aprobado a favor con los votos del PNV y UCD y en el que no se hac¨ªa referencia al mencionado refer¨¦ndum) en la que se pronunciaba a favor de la consulta.La campa?a desatada fundamentalmente por1a izquierda parlamentaria contra el PNV, al conocerse su posici¨®n en la comisi¨®n contraria al refer¨¦ndum acusa al partido del Gobierno vasco de contradicci¨®n con sus promesas al respecto e incluso con la expresa referencia que del refer¨¦ndum hizo Garaikoetxea el d¨ªa de su elecci¨®n como presidente de la campana parece ha movido a los peneuvistas a variar su criterio y enmendar un dictamen que hab¨ªan sacado precisamente ellos adelante.
Con todo, la sesi¨®n de ayer, al margen del debate estrictamente pol¨ªtico, volvi¨® a registrar un ambiente de permanente contestaci¨®n hacia la actuaci¨®n del presidente de la C¨¢mara, el peneuvista Juan Jos¨¦ Pujana, que fue calificada de estent¨®rea y a veces extempor¨¢neamente como restrictiva y arbitraria, en lo que se refiere a la aplicaci¨®n del reglamento del Parlamento, que de forma provisional se rige por las normas del Congreso de los Diputados espa?ol.
La queja de la izquierda parlamentaria contra la presidencia, y de manera indirecta al PNV, ten¨ªa su origen en la reuni¨®n de la Junta de Portavoces y Mesa del Parlamento, celebrada previamente al inicio de la sesi¨®n del Pleno del jueves. PSOE, PCE y Euskadiko Ezkerra y AP -UCD se absten¨ªa- propugnaban que se permitiera a los grupos de la C¨¢mara un turno de intervenci¨®n de portavoces para una declaraci¨®n de intenciones sobre los temas con los que se hab¨ªa elaborado un dictamen en comisi¨®n con posterioridad a la lectura del mismo. El grupo del PNV impuso su criterio fijando ¨²nicamente la posibilidad de que, tras la lectura del dictamen, cabr¨ªa ¨²nicamente intervenciones de los grupos que hubieran presentado votos particulares y una explicaci¨®n del voto al t¨¦rmino de la votaci¨®n. La izquierda parlamentaria aprovechar¨ªa cualquier ocasi¨®n en las sesiones del jueves y de ayer para recriminar esta actitud de los nacionalistas, tendentes, seg¨²n afirmaban, a impedir la celebraci¨®n en la C¨¢mara de un verdadero debate sobre los temas planteados.
La r¨ªgida puesta en pr¨¢ctica del acuerdo de la Junta de Portavoces y la escasa flexibilidad del presidente provocaron momentos de gran tensi¨®n.
El primer tema tratado por el Pleno fue un dictamen ?sobre la Junta de Seguridad?, en el que, ¨²nicamente con la abstenci¨®n de AP, el Parlamento vasco acuerda ?instar el nombramiento de la representaci¨®n del Estado en la Junta de Seguridad a que se refiere el art¨ªculo 17 del Estatuto de Autonom¨ªa vasco, a fin de que, constituida con los representantes de la comunidad aut¨®noma, designados por el Gobierno vasco, inicie el cumplimiento y desarrollo de todas las funciones que en virtud del Estatuto le corresponden?.
Por unanimidad, y tras un tenso debate, el Pleno aprob¨® un dictamen por el que se crea una ?comisi¨®n especial de investigaci¨®n y encuesta sobre derechos humanos? para ?constatar toda clase de violaciones a los derechos humanos que se produzcan; dar traslado de sus estudios y conclusiones a las instituciones y personas que resulten oportunas, proponi¨¦ndolo as¨ª al Parlamento, e instar de igual forma las acciones legales que procedan?.
El punto del d¨ªa esperado con verdadera expectaci¨®n era el debate en torno al dictamen sobre la central nuclear de Lem¨®niz. Dicho dictamen, aprobado en comisi¨®n por el PNV y UCD, con el voto en contra del PSOE, PC y EE y la abstenci¨®n de AP, acuerda crear una comisi¨®n de encuesta ?con el que realizar una profunda investigaci¨®n tanto sobre las condiciones t¨¦cnicas y legales del proyecto, construcci¨®n y posible explotaci¨®n de la central nuclear de Lem¨®niz, como sobre las repercusiones que la misma supone en el orden econ¨®mico y social?.
Movido quiz¨¢ por el temor a la impopularidad y por propia coherencia, al inicio de la sesi¨®n el grupo nacionalista vasco present¨® al Pleno una enmienda en la que rectificaba su posici¨®n en el dictamen propugnando la consulta popular ?despu¨¦s de concluida su labor por la comisi¨®n de encuesta y acordado por el Parlamento vasco lo que proceda sobre el dictamen de aqu¨¦lla?.
UCD y AP, en contra
Con esta correcci¨®n del PNV, el dictamen fue aprobado con los votos en contra de AP y UCD, que, sin embargo, votaron a favor de que se produzca el proceso de investigaci¨®n y de debate p¨²blico. Con los votos en contra de los dos citados grupos y del PNV fue derrotada una enmienda de Euskadiko Ezkerra -que apoyaban PC y PSOE-, tendente a la paralizaci¨®n de las obras de la central de Lem¨®niz hasta que el proceso de investigaci¨®n, debate y refer¨¦ndum no se lleve a cabo.Los debates sobre este tema sirvieron para poner de manifiesto la existencia de dos orientaciones de fondo, divergentes.
Esta diferente ¨®ptica tuvo ocasi¨®n de verificarse en el debate sobre si la paralizaci¨®n inmediata de las obras era o no condici¨®n previa al inicio del proceso de informaci¨®n-debate-refer¨¦ndum aceptado por la mayor¨ªa. Los socialistas consideraron que cualquier otra alternativa implicar¨ªa seguir una pol¨ªtica de hechos consumados y, en definitiva, ?predeterminar el resultado del pronunciamiento popular?. La argumentaci¨®n de Emilio Guevara, portavoz nacionalista, sobre este punto se bas¨® en dos efectos econ¨®micos de la paralizaci¨®n, tanto por lo que supon¨ªa de paralizaci¨®n de inversiones como de incremento del paro.
Javier Olaberri, de EE, record¨® que de los 180.000 millones de pesetas de inversi¨®n previstos quedan por invertir unos 40.000 millones, cifra que no podr¨ªa ser ?despilfarrada en un proyecto que est¨¢ en el aire?. Para Guevara (PNV), si se cuenta lo que habr¨ªa que satisfacer en indemnizaciones a terceros, subsidios, etc¨¦tera, la diferencia ser¨ªa de unos 10.000 o 15.000 millones de pesetas, lo que supondr¨ªa un riesgo menor que el de paralizar todo el proceso durante un a?o -hasta el refer¨¦ndum- m¨¢s los dos o tres meses necesarios para reanudar los trabajos.
Debate sobre Navarra
Una proposici¨®n no de ley sobre el tema de la posible incorporaci¨®n de Navarra a las instituciones auton¨®micas vascas dio origen, finalmente, al ¨²ltimo debate pol¨ªtico de la jornada. La comisi¨®n hab¨ªa elaborado un matizado dictamen, que contaba con el apoyo de PNV, EE y PC, por el que se ?insta a los partidos pol¨ªticos representados en el Parlamento vasco a, la adopci¨®n conjunta de iniciativas en Navarra para que desde el respeto estricto a la voluntad de los navarros se impulse el sistema legal previsto para posibilitar la participaci¨®n de Navarra en las instituciones auton¨®micas vascas?.Ninguno de los grupos proponentes ocult¨®, al defender el texto del dictamen, que su argumentaci¨®n iba fundamentalmente dirigida a convencer al partido socialista de la necesidad de variar el rumbo actual del PSOE sobre esta cuesti¨®n, record¨¢ndole los compromisos contra¨ªdos al respecto en el ?pacto auton¨®mico? firmado poco antes de las elecciones de junio de 1977. Los socialistas, por boca de Txiki Benegas, comenzaron anunciando su intenci¨®n de abstenerse, por una parte, y su voluntad, por otra, de no entrar en el fondo del debate.
Para Txiki Benegas, en efecto, la proposici¨®n presentada, que calific¨® de testimonial, no s¨®lo ?no resuelve el problema planteado y que tan hondamente est¨¢ dividiendo a los navarros?, sino que ?s¨®lo servir¨¢ para herir susceptibilidades y justificar las acusaciones de injerencia?.
Los portavoces de EE, PC y PNV -este ¨²ltimo con el apoyo del presidente Garaikoetxea, que intervino desde el banco del Gobierno- insistieron en la necesidad de evitar la consolidaci¨®n de una situaci¨®n de hecho que est¨¢ impidiendo que hable Navarra. ?No se trata?, se?alaron, ?de imponer ninguna soluci¨®n, sino de propiciar esa concertaci¨®n necesaria para que el pueblo navarro decida libremente?. Mario Onaind¨ªa fue m¨¢s lejos, al asegurar que la ?posici¨®n ambigua del PSOE, lejos de ayudar a superar democr¨¢ticamente la divisi¨®n actual de los navarros, favorece las posiciones de los que quieren imponer soluciones no democr¨¢ticas?.
El dictamen fue finalmente aprobado con los votos favorables de PNV, EE y PC (treinta votos), la oposici¨®n de UCD y AP (seis votos) y la abstenci¨®n del PSOE (ocho votos).
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