Venecia, entre el miedo y la esperanza
POR ENCIMA de los graves problemas pol¨ªticos que acosan a los pa¨ªses occidentales y de sus diferencias estrat¨¦gicas acerca de la incoada guerra fr¨ªa, los l¨ªderes de los siete pa¨ªses reunidos en Venecia han conseguido una cierta unidad en torno al desaf¨ªo del petr¨®leo.Los proleg¨®menos de la cumbre han estado cargados de suspicacias: desde la iniciativa de Giscard al entrevistarse con Breznev hasta las reticencias alemanas al ver en peligro la ostpolitik y su floreciente comercio con los pa¨ªses del Este, pasando por la escasa colaboraci¨®n del Gobierno brit¨¢nico en el asunto de las sanciones contra Ir¨¢n y el boicoteo a los Juegos Ol¨ªmpicos. Como remate cabe anotar el reciente rechazo del Congreso de Estados Unidos a la propuesta de Carter para establecer un arancel a la importaci¨®n de petr¨®leo.
Sin duda, el punto clave de la reuni¨®n ha sido el petr¨®leo. M¨¢s all¨¢ de las pugnas internas entre los aliados y de los sobresaltos en el tablero de la geopol¨ªtica mundial, la ¨²nica certeza con la que se enfrentan los pa¨ªses occidentales es una crisis interminable de precios y suministros de petr¨®leo. La declaraci¨®n de los siete exhorta a realizar los esfuerzos necesarios para sustituirlo por otras fuentes energ¨¦ticas, entre las que cita el carb¨®n y la energ¨ªa nuclear. Por otro lado, el comunicado hace especial hincapi¨¦ en la reducci¨®n del consumo de petr¨®leo preciso para obtener un determinado aumento de la producci¨®n total de bienes y servicios. Si la obtenci¨®n de cien unidades de producto exige hoy la importaci¨®n de noventa unidades de petr¨®leo, la proporci¨®n se reducir¨¢ a sesenta en los pr¨®ximos diez a?os en el caso de cumplirse lo proyectado. En esta doble iniciativa -sustituci¨®n y ahorro- se basa el optimismo de un futuro desarrollo econ¨®mico libre de la hipoteca de los crudos.
Ahora bien, esta perspectiva deber¨¢ ser confirmada por los hechos antes de que nadie pueda cantar victoria. En cualquier caso, ha faltado en el comunicado una referencia firme y concreta sobre una pol¨ªtica de ?concertaci¨®n energ¨¦tica? por parte de los consumidores. S¨®lo una mayor solidaridad en la distribuci¨®n de los suministros impedir¨ªa que un consumidor en peligro, asustado por la escasez, rompiese el mercado y suscitase una nueva elevaci¨®n de precios. Mientras falten mecanismos institucionales de cohesi¨®n la pol¨ªtica energ¨¦tica tendr¨¢ desguarnecido su flanco m¨¢s d¨¦bil.
Para Espa?a la advertencia que llega de Venecia es dram¨¢tica. Nuestra dependencia energ¨¦tica respecto del petr¨®leo es del 68%, frente al 53% d os pa¨ªses industriales, que adem¨¢s se proponen reducirla nada menos que al 40% antes de 1990. Por eso, para que el tren de nuestro desarrollo no se detenga, es preciso desenganchar cuanto antes el pesado vag¨®n de nuestra dependencia petrol¨ªfera, favoreciendo el ahorro energ¨¦tico y su sustituci¨®n por otras fuentes alternativas. La pol¨¦mica nuclear va a alcanzar, sin duda, por eso, en muy corto plazo, cotas del m¨¢s alto inter¨¦s pol¨ªtico y popular.
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