La educaci¨®n musical

ENTRE CUANTOS problemas tiene planteados la m¨²sica en Espa?a, hay uno de radical y m¨¢xima importancia: la educaci¨®n. Sin una organizaci¨®n decidida, inteligente, audaz, de la educaci¨®n musical a todos los niveles, resultar¨¢n vanos todos los intentos de difusi¨®n y profusi¨®n de recitales y conciertos. En los ¨²ltimos a?os son varios y, con frecuencia meritorios, los empe?os individuales y asociativos en el campo de la educaci¨®n musical. Sin embargo, lo que anta?o se denominaba poder p¨²blico y hoy Administraci¨®n, no parece tomar conciencia de la ardua cuesti¨®n. Es la consecuencia l¨®gica no de una mala pol¨ªtica musical, sino de la prolongada ausencia de pol¨ªtica musical.Si educaci¨®n es libertad, la afirmaci¨®n vale tambi¨¦n para la m¨²sica. Pretender sustituir la educaci¨®n musical del escolar de EGB y del estudiante de BUP por solucio nes retardadas de urgencia, propias de la llamada ?cultura popular?, no es sino persistir en el error. No hay m¨¢s cultura popular aut¨¦ntica que la de posibilitar a todos la comprensi¨®n y el disfrute de los bienes culturales, en este caso, la experiencia musical. Lo que es misi¨®n de educadores y no de culturizadores populistas. Hay entre nosotros profesionales que han profundizado en los m¨¢s acreditados sistemas de educaci¨®n musical, capaces de formar a otros muchos profesionales de la m¨²sica en una especializaci¨®n que, entre otras cosas, los librar¨ªa del fantasma del paro.

En cuanto a la ense?anza profesional, es decir, la de los conservatorios y escuelas de m¨²sica, todos parecen estar de acuerdo en la necesidad de una reestructuraci¨®n de gran calado que aborde particularidades de diverso orden: separaci¨®n de los.distintos grados de ense?anza (elemental, medio y superior), lo que plantea la creaci¨®n de escuelas superiores de m¨²sica; lucha contra la masificaci¨®n, no por el procedimiento de limitar los ingresos, sino por el de multiplicar profesores y centros; revisi¨®n y actualizaci¨®n de los programas de estudio; incorporaci¨®n de los grandes nombres de la m¨²sica espa?ola (compositores, int¨¦rpretes, music¨®logos) y extranjera en cursos apretados e intensivos. Que algo de esto se ha iniciado es tan cierto como que no se ha hecho, hasta ahora, de una forma org¨¢nica inserta en el cuadro de una pol¨ªtica musical ambiciosa y definitivamente ¨²til.