Homenaje al soci¨®logo espa?ol Jos¨¦ Medina Echavarr¨ªa
Falleci¨® en el exilio, el 13 de noviembre de 1977
El pasado lunes se rindi¨® un homenaje, en Madrid, al soci¨®logo Jos¨¦ Medina Echavarr¨ªa, fallecido en el exilio, en 1977, y que hab¨ªa desempe?ado uno de los papeles m¨¢s importantes en la contribuci¨®n al desarrollo de los estudios y la investigaci¨®n sociol¨®gica en Latinoam¨¦rica. El acto fue ofrecido por el Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericano.
Para quienes hemos gozado del privilegio de su amistad, del consejo, mesurado siempre, de ese hombre ejemplar, due?o de una cautivadora capacidad de transmitir y obsequiar su propia paz interior, par¨¦cenos, m¨¢s que justo, encomiable, este reconocimiento que hoy Espa?a, por ¨¦l tan a?orada, le tributa. Y lo hace en calidad de invitante de quienes mejor supieron valorar sus ense?anzas, los humanistas, soci¨®logos, economistas, que marcaron y marcan hoy los rumbos de cuanto proceso creador alienta las esperanzas de las nuevas sociedades latinoamericanas.Mucho me temo que Jos¨¦ Medina Echavarr¨ªa no sea conocido en Espa?a en la medida de sus merecimientos. Comentaba una alumna universitaria, a prop¨®sito del simposio, que en los estudios de sociolog¨ªa latinoamericana de la Complutense, ni siquiera se le cita en la bibliograf¨ªa de consulta complementaria. Y hace ya varios decenios que su Sociolog¨ªa: teor¨ªa y t¨¦cnica (M¨¦xico, Fondo de Cultura Econ¨®mica, 1941-1943) es texto b¨¢sico en los estudios universitarios latinoamericanos, y sus decenas de ensayos han ejercido una influencia creciente, mucho m¨¢s all¨¢ de ¨¦stos, cosa a la que don Pepe, como afectuosamente era llamado en la CEPAL, no dio nunca importancia.
El simposio en homenaje a Jos¨¦ Medina Echavarr¨ªa, que organiza el Instituto de Cooperaci¨®n Iberoamericana; en colaboraci¨®n con CEPAL y el patrocinio de Unesco, fue feliz iniciativa del economista chileno An¨ªbal Pinto. El ICI, adem¨¢s, acaba de publicar una selecci¨®n de la obra de Medina, con un acucioso estudio preliminar de Adolfo Gurrieri y, lo que constituye novedad absoluta, la obra hasta ahora in¨¦dita La sociolog¨ªa como ciencia social concreta. Este simposio es un acontecimiento que honra en Espa?a a quienes, del Rey para abajo, valoran por fin la verdadera independencia intelectual de Am¨¦rica y la aportaci¨®n que a ella han hecho los espa?oles transterrados de 1939. Participan en el simposio Salustiano del Campo, Fernando Cardoso, Francisco Delich, Enrique Fuentes, Jorge Graciarena, Adolfo Gurri, Jos¨¦ Antonio Maravall, Carlos Moya, An¨ªbal Pinto, Jes¨²s Prados, Ra¨²l Prebisch, V¨ªctor Urquidi, Juan Velarde y Marshall Wolfe.
Jos¨¦ Medina Echavarr¨ªa naci¨® en Castell¨®n de la Plana en 1903. Obtenido su t¨ªtulo de doctor, en Jurisprudencia (1926), inici¨® de inmediato su enriquecimiento conceptual en el extranjero. Invitado por la Universidad de Par¨ªs y lector en la de Marburg, regres¨® a Espa?a y gan¨® con honores las oposiciones de Oficial Letrado de las Cortes, cargo que, con la c¨¢tedra de Filosof¨ªa del Derecho, desempe?¨® hasta 1936. Como Prebisch despu¨¦s, Negr¨ªn y Alvarez del Vayo calibraron sus muchos talentos y le encomendaron las funciones de secretario, primero, y luego de encargado de negocios, en Varsovia.
Como tantos otros espa?oles del exilio exterior, fue acogido por M¨¦xico en 1939, donde inici¨® de inmediato, y continu¨® hasta 1944, la Colecci¨®n de Sociolog¨ªa del Fondo de Cultura Econ¨®mica, ejerci¨® la c¨¢tedra de Sociolog¨ªa en la UNAM y dirigi¨® el Centro de Estudios Sociales y las jornadas del Colegio de M¨¦xico.
De 1946 a 1952, Medina enriqueci¨® la c¨¢tedra de Sociolog¨ªa de la Universidad de Puerto Rico. Ra¨²l Prebisch, en su inicial cruzada en procura de un desarrollo humanista, sin ?desarrollisrno?, ?hacia adentro?, le incit¨® a unirse al grupo de los forjadores de un nuevo y verdadero pensamiento econ¨®mico latinoamericano, aport¨¢ndole la disciplina cient¨ªfica.
Cierto es que los cartabones administrativos de Naciones Unidas le asignaron primero las tareas de editor, a las que me incorpor¨¦ fugazmente en 1954. Fue entonces cuando conoc¨ªa don Pepe. Hab¨ªa le¨ªdo, entre otros ensayos, su Arte y sociedad, animado tambi¨¦n por el que fuera leit-motiv de tantos escritos: la libertad, y su indisoluble trabaz¨®n con el concepto de democracia articulada, realista y eficaz. Mantengo indelebles en la memoria recuerdos de las acotaciones siempre originales, con detalles asentados en una informaci¨®n asombrosa, con que don Pepe enriquec¨ªa mis inquisiciones. Recuerdo, a modo de ejemplo, su estoica respuesta y explicaci¨®n del episodio que forz¨® a Prokofieff a escribir su Himno a Stalin. En su tranquilo rinc¨®n de Providencia, el sabio Medina sentaba las pautas de un criterio cient¨ªfico en todo lo vinculado, dentro de la planificaci¨®n de las tareas te¨®ricas de CEPAL, en el desarrollo social. Por esos a?os cre¨® y dirigi¨® la Escuela de Sociolog¨ªa de FLACSO, y en 1963 se incorpor¨® a otra creaci¨®n de Prebisch, el Instituto Latinoamericano de Planificaci¨®n Econ¨®mica y Social.
Don Pepe volvi¨® a Espa?a cuando su patria estaba a punto de abrirse a la democracia. Como tantos otros, vivi¨® ac¨¢ nostalgias infinitas. Regres¨® a Chile y all¨¢ muri¨®, pienso que en desoladora tristeza, el 13 de noviembre de 1977.
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