Comienza una nueva etapa proteccionista de las Tablas de Daimiel
Sus majestades los Reyes de Espa?a inaugurar¨¢n hoy en el parque nacional de las Tablas de Daimiel (Ciudad Real) un centro de recepci¨®n de visitantes y dos trayectos, construidos por el Instituto para la Conservaci¨®n de la Naturaleza (Icona), con el fin de facilitar el acceso y la estancia de los turistas en este espacio protegido.
Este acto coincide con una nueva etapa proteccionista para el parque nacional, declarado como tal en 1973, pero que hasta la fecha hab¨ªa sido objeto de continuos atentados ecol¨®gicos, especialmente la contaminaci¨®n de sus aguas y la desecaci¨®n de las tierras que le rodean. El pasado 7 de mayo se public¨® la ley que reclasifica este parque y que intentar¨¢ garantizar la perfecta conservaci¨®n de este espacio h¨²medo, aumentando su superficie a 2.200 hect¨¢reas y controlando las actividades humanas en toda la cuenca hidrogr¨¢fica que incide en ¨¦l.El parque nacional de las Tablas de Daimiel s¨®lo es una peque?a parte de las zonas h¨²medas de la Mancha, integradas por multitud de lagunas y desbordamientos fluviales, que en total suman m¨¢s de 30.000 hect¨¢reas de superficie y se extienden por las provincias de Ciudad Real, Toledo, sur de Cuenca y oeste de Albacete.
En 1966, la Agrupaci¨®n Sindical de Colonizaci¨®n de las m¨¢rgenes de los r¨ªos Guadiana, Z¨¢ncara y Cig¨¹ela comenz¨®, sin ning¨²n estudio previo ni proyectos conocidos, la desecaci¨®n de todas estas zonas h¨²medas. Las obras, que fueron financiadas con cr¨¦ditos del Ministerio de Obras P¨²blicas para trabajos experimentales, modificaron en pocos a?os las condiciones bioecol¨®gicas de la Mancha h¨²meda. Curiosamente, la desecaci¨®n de la Mancha se inici¨® pocos meses despu¨¦s de que el programa MAR las declarara, junto con otros diez enclaves espa?oles, como zonas h¨²medas de importancia internacional.
Las campa?as de protesta iniciadas en 1971 por la Asociaci¨®n de Defensa de la Naturaleza (Adena) y de un grupo de habitantes de la zona afectados por la desecaci¨®n, principalmente pescadores y cangrejeros, lograron que se paralizaran las obras en la zona que m¨¢s tarde, en 1973, ser¨ªa declarada parque nacional. Pero la labor de desecaci¨®n continu¨® en sus alrededores.
Ello produjo la curiosa situaci¨®n de que en veranos secos el Icona, con fondos del Ministerio de Agricultura, tuviera que bombear agua para que las Tablas de Daimiel no se secaran, mientras que, aguas arriba, la agrupaci¨®n sindical, con cr¨¦ditos de Obras P¨²blicas, continuaba la construcci¨®n de canales drenantes.
La tendencia a desecar marismas, lagunas y tierras encharcadas en general es una vieja aspiraci¨®n del hombre. Hasta hace poco se consideraba que las zonas h¨²medas no ten¨ªan ning¨²n inter¨¦s econ¨®mico y que deb¨ªan ser rescatadas para su explotaci¨®n agr¨ªcola.
Esta pol¨ªtica cambi¨® a partir de 1962, a?o en el que se celebr¨® en Francia la Conferencia Internacional MAR (iniciales de la palabra marisma en espa?ol, franc¨¦s e ingl¨¦s). El grupo de cient¨ªficos reunidos en esta conferencia dej¨® bien clara la importancia de las zonas h¨²medas como reservas de agua, de la fauna y de la flora, y como elemento indispensable en la biolog¨ªa de las aves migratorias, as¨ª como un importante elemento diversificador del paisaje.
Por otro lado, se ha demostrado que, en la mayor¨ªa de los casos, la relaci¨®n entre las inversiones para desecar y el rendimiento de los terrenos recuperados para la agricultura es claramente negativa en comparaci¨®n con los rendimientos econ¨®micos que pueden proporcionar las zonas h¨²medas, como son la pesca de determinadas especies y la caza controlada de aves acu¨¢ticas.
En concreto, las obras. de desecaci¨®n de la zona de Daimiel acabaron con una de las zonas cangrejeras m¨¢s ricas de Espa?a. En el caso de Do?ana se ha calculado recientemente que la cr¨ªa de anguilas, de cangrejos de marisma y de otras especies pisc¨ªcolas resulta mucho m¨¢s rentable que los cultivos que se pretenden implantar tras el drenaje.
El convenio de Ramsar
En 1971 se reuni¨® en la ciudad iran¨ª de Ramsar la Conferencia Internacional sobre Conservaci¨®n de Zonas H¨²medas, organizada por las Naciones Unidas. Espa?a no envi¨® ninguna representaci¨®n oficial a esta reuni¨®n y hasta hace escasas semanas no firm¨® los art¨ªculos de este convenio internacional, que establece la pol¨ªtica que han de adoptar los pa¨ªses signatarios en relaci¨®n con las zonas h¨²medas de sus respectivos pa¨ªses.
Actualmente, la ratificaci¨®n del convenio de Ramsar est¨¢ pendiente de su aprobaci¨®n por las Cortes Espa?olas. El pasado 17 de junio, el Grupo parlamentario Socialista, que fue el que hace unos meses present¨® la proposici¨®n de ley de reclasificaci¨®n del parque nacional de las Tablas de Daimiel, formul¨® al Gobierno una pregunta sobre este tema, en la que, tras congratularse de que el Gobierno se haya decidido por Fin a ratificar el convenio de Ramsar, muestra su extra?eza ante el hecho de que s¨®lo se incluyan en el mismo los humedales de los parques nacionales de Do?ana y Daimiel.
?Nos preocupa?, dicen los socialistas, ?la falta de protecci¨®n de otros humedales que fueron incluidos en el inventarlo del proyecto MAR, entre los que destaca el resto de las marismas del Guadalquivir, no incluidos en los l¨ªmites de Do?ana; el Delta del Ebro, en progresivo deterioro; la Albufera de Valencia, en trance de destrucci¨®n; los humedales manchegos toledanos, convertidos algunos de ellos en cazaderos industriales privados, as¨ª como determinadas localizaciones en las r¨ªas gallegas, la Albufera y Albufereta de Alcudia, en Mallorca; las lagunas de Gallocanta y Sari?ena, en Arag¨®n, y m¨²ltiples lugar es m¨¢s?.
Seg¨²n fuentes del Icona, el hecho de que s¨®lo se hayan incluido en el convenio de Ramsar los parques nacionales de Do?ana y Daimiel obedece a que ¨¦stas son las ¨²nicas zonas h¨²medas que est¨¢n protegidas. Por otro lado, este organismo considera que para real?zar una protecci¨®n eficaz del resto de las zonas h¨²medas espa?olas, que suelen tener una extensi¨®n mucho menor que las dos mencionadas, se requerir¨ªa una nueva figura legal, no prevista hasta ahora por nuestra legislaci¨®n, como podr¨ªa ser la de reserva natural dirigida.
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