Los robos en viviendas disminuir¨¢n este verano
Los robos en viviendas vac¨ªas, considerados como t¨ªpicos del verano, aunque su incidencia sea similar a lo largo del a?o, disminuir¨¢n en los meses de julio, agosto y septiembre de este a?o, seg¨²n esperan los funcionarios policiales encargados del tema. Las razones que avalan esta esperanza son, por un lado, las numerosas detenciones de especialistas en este tipo de robos, que se han producido en el ¨²ltimo a?o, y por otro, las numerosas medidas de seguridad, tales como alarmas, puertas semiblindadas o blindadas que se est¨¢n colocando masivamente en las viviendas particulares.
A estas razones se suma el descenso generalizado de delitos que se experimenta en verano, ya que, seg¨²n fuentes policiales, los delincuentes prefieren las costas tur¨ªsticas a las ciudades semivac¨ªas de habitantes, a la hora de ?hacer su agosto?.La Brigada Regional de Polic¨ªa Judicial, y en especial su grupo XII, creado en junio del pasado a?o, ha conseguido en los ¨²ltimos meses la desarticulaci¨®n de numerosas organizaciones de toperos, espadistas y palanquistas, denominaciones por las que se conocen, respectivamente, a los que usan la palanca, la llave falsa o la entrada por la ventana para entrar en una vivienda vac¨ªa. Estas actuaciones han reducido, seg¨²n parece, la plantilla de especialistas en este delito a una sexta parte de los que el pasado a?o actuaban por estas fechas.
?El sistema usado a la hora de robar es en algunos casos muy sencillo y s¨®lo depende de que el vecino no se encuentre en su vivienda ni de que ¨¦sta no est¨¦ protegida ni por el portero ni por una puerta resistente. Entre las tres posibilidades, la m¨¢s utilizada es el palanquetazo?, dice uno de los miembros del grupo XII, al tiempo que ense?a uno de los destornilladores, de unos cuarenta cent¨ªmetros de largo, que se usan com¨²nmente para abrir la puerta.
Entre los practicantes del uso de la brava, o palanqueta, hay, como en toda actividad, sus t¨¦cnicos, que tardan escasos segundos en forzar una puerta, y sus aficionados, a los que no importa c¨®mo quede la puerta ni las habitaciones de la vivienda.
?Tambi¨¦n depende del inter¨¦s que tengan en un piso, ya sea porque han o¨ªdo que hay cosas de aut¨¦ntico valor o se lo suponen. Detuvimos hace meses a unos delincuentes que hab¨ªan dedicado una hora entera en abrir una puerta semiblindada. Para ello hab¨ªan sacado los anclajes de ambos lados y los de la parte de arriba de la puerta?.
Pero no siempre cometen la imprudencia de trabajar en una puerta mucho tiempo. La actuaci¨®n de los toperos es casi siempre la misma. ?Van por parejas y aprovechan el momento en el que no hay portero. Mientras uno se queda fuera para dar la campana o dar el agua (dar el aviso el otro, tras llamar a la puerta insistentemente, hasta comprobar que no hay nadie, fuerza la puerta y se mete. El recorrido de ¨¦ste, seg¨²n la experiencia obtenida, es el siguiente: el dormitorio principal, el sal¨®n, el resto de las habitaciones y, por ¨²ltimo, la cocina?. La forma de buscar objetos de valor suele ser diferente; mientras unos eligen el g¨¦nero, abren el joyero y buscan incluso debajo del colch¨®n, otros miran el armario, recogen los abrigos de piel, se llevan el joyero completo y optan por recoger hasta el aparato estereof¨®nico. Los objetos m¨¢s robados son joyas, radiocasetes, tomavistas y televisores port¨¢tiles si la salida est¨¢ f¨¢cil. Hace poco se detuvo auna organizaci¨®n de gitanas que, con el pretexto de pedir limosna o comprar ropa, entraban en las viviendas vac¨ªas y se llevaron hasta cuberter¨ªas completas de plata, adem¨¢s de bandejas y otros objetos del mismo metal.
De doce a seis
El tiempo que suelen estar en las viviendas no excede de los cinco minutos, por lo que no es necesario, contra la creencia general, que los ocupantes est¨¦n de vacaciones. ?Las horas en las que act¨²an usualmente est¨¢n comprendidas entre las doce y las seis de la tarde; aprovechan la salida a la compra de la se?ora o el que el matrimonio se haya ido a comer fuera?.En algunos casos, este horario ha motivado un encuentro casual del propietario de la vivienda con el delincuente cuando estaba ech¨¢ndose, por ejemplo, la siesta. La actitud de ¨¦ste depende de las circunstancias, aunque un grito de alarma puede hacerle huir ante la posible presencia de otros vecinos. Sin embargo, en otras ocasiones se han denunciado casos en que los toperos se han servido de los destornilladores como armas para intimidar a los ocupantes de las viviendas, mientras proced¨ªan al robo de un joyero, para darse la fuga inmediatamente.
En la actualidad, estas situaciones han disminuido sensiblemente, frente a los veinte o treinta robos que se produjeron algunos d¨ªas del pasado a?o y que motivaron la dedicaci¨®n especial a la lucha contra este delito del entonces reci¨¦n creado grupo XII. Los miembros de este grupo, consultados, creen que en Madrid estar¨¢n actuando ahora unos cuarenta o cincuenta especialistas, de los trescientos o m¨¢s que hab¨ªa el a?o pasado. La actuaci¨®n policial ha conseguido la detenci¨®n de muchos de ellos y la b¨²squeda de un cambio de aires por parte de los restantes, que, seg¨²n parece, residen ahora en Barcelona.
Por distritos, los barrios m¨¢s afectados han sido los de La Estrella, Chamart¨ªn o Buenavista; por pisos, los delincuentes muestran su preferencia por los pisos altos, a no ser que una ventana abierta en un piso bajo y la inexistencia de testigos les haga cambiar de opini¨®n.
En cuanto a la nacionalidad de los delincuentes que suelen dedicarse a este delito, las estad¨ªsticas policiales recogen que el mayor porcentaje de los detenidos, en los ¨²ltimos meses, es colombiano. ?Suelen venir como turistas por un a?o, como m¨¢ximo, y cambian de zona de actuaci¨®n durante el tiempo que est¨¢n en Espa?a?.
El m¨¦todo usado para deshacerse del g¨¦nero robado, en especial de las joyas, consiste en enviarlo por correo a su pa¨ªs, en paquetes camuflados. Los aparatos estereof¨®nicos y casetes suelen venderles en la pensi¨®n en la que se alojan, entre los clientes de un bar o a un perista fijo. Si entre los objctos robados hay armas, los delincuentes suramericanos suelen qued¨¢rselas, para llev¨¢rselas personalmente a su pa¨ªs en el viaje de regreso.
Delincuencia veraniega
Aunque la creencia general es que en verano los topistas act¨²an m¨¢s que en otras ¨¦pocas del a?o, las denuncias presentadas no indican, sin embargo, una mayor incidencia. Esta creencia est¨¢ basada en que a la vuelta de las vacaciones se denuncian a la vez numerosos casos, que son el resultado de un mes completo. Este a?o, los funcionarios del grupo XII esperan ver reducido el n¨²mero de robos en viviendas vac¨ªas con respecto al a?o pasado. Influir¨ªa en esta previsi¨®n no s¨®lo la desarticulaci¨®n de organizaciones dedicadas a este tipo de delito, sino las vacaciones que se toman los delincuentes en pos de los veraneantes. Esto motiva que el Cuerpo General de Polic¨ªa tenga que adoptar medidas similares y enviar funcionarios de servicio a la Costa del Sol y a Valencia, lo mismo que env¨ªan refuerzos a las Fallas o a las fiestas de San Ferm¨ªn.
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