El paternalismo de las compa?¨ªas es el motivo de los bajos ¨ªndices de paro
El peculiar modelo de empresa japonesa, esa mezcla de contrato de trabajo de por vida, paternalismo del capital, fidelidad absoluta del empleado y ?esp¨ªritu de cuerpo? conjunto, contin¨²a sorprendiendo en Occidente y con frecuencia se le atribuye el ¨¦xito del fabuloso despegue econ¨®mico nip¨®n, desde las ruinas de la posguerra al segundo puesto entre las potencias industriales del mundo no comunista.
Pese a las ramificaciones en el extranjero de las grandes compa?¨ªas japonesas, a las interconexiones del capitalismo a nivel global y a la paulatina modificaci¨®n de las estructuras de la sociedad tradicional japonesa, el modelo de empresa contin¨²a siendo hoy el mismo en la mayor¨ªa de los casos, con el empleo de por vida y el incremento salarial por antig¨¹edad como dos de sus caracter¨ªsticas b¨¢sicas.Aunque se ha querido entroncar el sistema de relaciones laborales en Jap¨®n con el feudalismo de la sociedad tradicional, lo cierto es que esta f¨®rmula apareci¨® despu¨¦s de la primera guerra mundial, cuando Jap¨®n iniciaba su revoluci¨®n industrial. La necesidad de entrenar a los trabajadores en tecnolog¨ªas extranjeras, a veces con per¨ªodos de aprendizaje largos y costosos, hizo que los empresarios quisieran asegurarse la continuidad del empleado en su compa?¨ªa, e impusieran un sistema de salarios que premia el n¨²mero de a?os trabajados en la empresa.
Tras la segunda guerra mundial, el modelo de compa?¨ªa continu¨®. siendo el mismo y los sindicatos dieron prioridad tambi¨¦n a la seguridad en el puesto de trabajo, y pidieron, de hecho, el sistema de empleo de por vida. Ello supone que la compa?¨ªa recluta a un joven reci¨¦n salido de la escuela de grado medio, o de la universidad, y ¨¦ste trabaja para la misma empresa hasta que llegue a la edad de su jubilaci¨®n obligatoria, los 55 o los 60 a?os. A lo largo de esas tres o cuatro d¨¦cadas de vida laboral, el trabajador forma parte de una ?gran familia?. Dos veces al a?o recibir¨¢. aparte de su salario mensual, bonificaciones de la compa?¨ªa cuyo importe depende de muchos factores, pero esencialmente de la antig¨¹edad. Los a?os de servicio sustituyen a la capacidad para el puesto o a la productividad como determinantes de las subidas de salarios.
Una serie de complejas presiones sociales contribuye, por otra parte, a esta continuidad en el empleo. Est¨¢ mal visto que un trabajador vaya cambiando de empresa y la pertenencia a la plantilla de las grandes corporaciones es un factor de prestigio social. La empresa suele corresponder con un inter¨¦s an¨¢logo por los miembros de la ?familia? y son raros los despidos, incluso en momentos de crisis econ¨®mica.
El canto del himno de la empresa cada ma?ana, al comenzar la jornada laboral, las vacaciones organizadas por la compa?¨ªa o el quedarse a dormir en la f¨¢brica para que la anunciada huelga de transportes no perjudique la producci¨®n del d¨ªa siguiente son conductas habituales del trabajador medio japon¨¦s. La devoci¨®n por la compa?¨ªa es algo todav¨ªa muy vivo en el mundo laboral nip¨®n, y entre la colonia extranjera de Tokio se cuenta, probablemente exagerando, que un alto ejecutivo de una gran corporaci¨®n, implicado en un esc¨¢ndalo econ¨®mico, se suicid¨® no sin dejar una nota en la que dec¨ªa que ?el hombre es ef¨ªmero pero la empresa es eterna?.
De hecho, el paternalismo de las compa?¨ªas es el motivo por el que el ¨ªndice de desempleo en Jap¨®n se estima ahora en s¨®lo un 2%. Entre tres y cuatro millones de trabajadores contin¨²an cobrando sus salarios sin que tengan una funci¨®n que desempe?ar o sin que ¨¦sta sea necesaria.
Estos ?parados dentro de la empresa? y el progresivo envejecimiento de la poblaci¨®n activa pueden ser las causas de una futura modificaci¨®n en la estructura de la ?gran familia? empresarial. Se calcula que un tercio de la fuerza de trabajo est¨¢ entre los 45 y los 65 a?os, lo que supone, dado el sistema salarial japon¨¦s, una acumulaci¨®n de altos sueldos en las compa?¨ªas, muy onerosa para ¨¦stas, y un aut¨¦ntico embotellamiento para la entrada de j¨®venes empleados, lo que perturba la cohesi¨®n y estabilidad del sistema.
Las modificaciones en la estructura industrial de Jap¨®n han creado ya problemas al segmento de trabajadores superior a los cuarenta a?os de edad. Algunas compa?¨ªas han optado por pagar indemnizaciones y convencer al empleado de que puede a¨²n comenzar una segunda etapa laboral. Otras empresas dan cursillos de reconversi¨®n profesional y algunas incluso, como la Sony, han creado unas unidades productivas especiales, donde s¨®lo trabajan empleados mayores de 45 o de 50 a?os.
La jubilaci¨®n forzosa a los 55 a?os y el hecho de que la mayor¨ªa de las pensiones de vejez no comiencen a cobrarse hasta los sesenta han venido creando un desajuste muy perjudicial para los trabajadores, obligados, en muchos casos, a gastarse en esos cinco a?os la bonificaci¨®n final (a veces hasta cuarenta salarios mensuales) dada por la compa?¨ªa. Para solucionar esta situaci¨®n, algunas grandes corporaciones, como la Nippon Steel, han comenzado a implantar la jubilaci¨®n a los sesenta a?os, si bien requieren ayuda estatal para hacer frente a los mayores gastos que les supondr¨¢ el mantenimiento en el puesto de trabajo de los m¨¢s veteranos de sus leales empleados.
Las organizaciones sindicales comparten esa fidelidad a la empresa. Hay m¨¢s de 60.000 sindicatos, organizados en cada compa?¨ªa o incluso en cada una de las plantas de una misma f¨¢brica, agrupados a veces en grandes confederaciones. La te¨®rica tensi¨®n social se produce puntualmente todos los a?os en primavera. Es el ?shunto? u ofensiva de reivindicaciones salariales, que suele resolverse en unas semanas y con resultados previsibles de antemano.
Las peticiones son razonables y los trabajadores suelen ser muy comprensivos con los argumentos empresariales, sobre todo si sacan a relucir la estabilidad o el futuro de la ?gran familia?. Una huelga ?salvaje? o un sabotaje de la producci¨®n son cosas poco menos que inimaginables en Jap¨®n.
Hay s¨ªntomas de cambio, sin embargo. El diario Japan Times public¨® el domingo pasado los resultados de una encuesta realizada entre j¨®venes trabajadores de Osaka por una asociaci¨®n empresarial. El 47,4% de los consultados declaraba que quer¨ªa ?divertirse lo m¨¢s posible en la vida?, mientras que aquellos asalariados que se mostraban dispuestos a ?trabajar duro en sus empleos y en sus objetivos personales, porque la diligencia ser¨¢ reconocida ?, s¨®lo sumaban un 18%.
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