Reagan reequilibra su t¨¢ndem electoral con un experto en econom¨ªa y pol¨ªtica exterior

Ronald Reagan, nombrado como candidato republicano a la elecci¨®n presidencial de EE UU del pr¨®ximo 4 de noviembre, escogi¨® ayer a Georges Bush para el cargo de vicepresidente, tras el rechazo del ex presidente Gerald Ford para ocupar dicho cargo. El t¨¢ndem Reagan-Bush incrementa la credibilidad de la candidatura republicana, al aportar la figura de un hombre, Bush, bregado en temas de pol¨ªtica internacional y econ¨®mica. Representa la ?peor? elecci¨®n para el actual presidente de EE UU, el dem¨®crata Jimmy Carter, que puede tener serias dificultades para conservar su puesto si contin¨²a la actual tendencia prorrepublicana entre el electorado norteamericano.

En medio de un ambiente de j¨²bilo, las 20.000 personas reunidas en el centro Joe Louis Arena, en la ciudad de Detroit, aclamaron durante m¨¢s de media hora la designaci¨®n de Reagan como candidato presidencial. La votaci¨®n, previo lanzamiento de miles de globos multicolores para conservar la tradici¨®n de toda convenci¨®n pol¨ªtica, concluy¨® a las doce de la noche del mi¨¦rcoles (seis de la madrugada del jueves, hora de Madrid). El porcentaje del voto a favor de Reagan es la mejor prueba de la unidad de los republicanos -que contrasta con las divisiones de los dem¨®cratas, separados entre el bando pro Carter y los partidarios del senador Edward Kennedy-, al conseguir el ex gobernador de California Reagan 1.939 votos de los 1.996 delegados. John Anderson, congresman republicano lanzado hoy como candidato "independiente", sum¨® 37. Georges Bush, trece; Anne Armstrong, uno. Se sumaron cuatro abstenciones.En la primera ronda no faltaron las notas pintorescas cuando cada jefe de delegaci¨®n de los cincuenta Estados de la Uni¨®n, m¨¢s los dos asociados (Puerto Rico e Islas V¨ªrgenes), confirmaron su presencia con declaraciones de ?Ohio, el Estado con el mejor equipo de f¨²tbol?, lo que origin¨® silbidos generales, o ? Puerto Rico, basti¨®n del anticomunismo en el Caribe?.

Ronald Reagan no apareci¨® hasta despu¨¦s de la votaci¨®n, como exige la tradici¨®n; su esposa, la activa Nancy Reagan, compareci¨® unas horas antes mezcl¨¢ndose con el ambiente del p¨²blico entusiasta republicano, acompa?ada de la c¨¦lebre actriz Elizabeth Taylor. Momentos despu¨¦s, desde la tribuna, Reagan calm¨® a sus partidarios y anunci¨®, un d¨ªa antes de lo previsto, la elecci¨®n de Georges Bush para el puesto de vicepresidente. Noticia esperada sobre todo despu¨¦s de la aclamaci¨®n popular, cuando Bush tom¨® la palabra ante la convenci¨®n con un discurso electoral sin contenido pol¨ªtico que pudiera marcar sus diferencias con Reagan, bastantes claras al principio de esta campa?a electoral.

Hoy ha llegado la hora de los ?compromisos?. Reagan y Bush, en conferencia de prensa, dejaron patente que las prioridades son la soluci¨®n de la crisis econ¨®mica que afecta a Estados Unidos, creando puestos de trabajo y reduciendo el ¨ªndice de inflaci¨®n. Bush declar¨® estar completamente de acuerdo con el programa pol¨ªtico de Reagan y desminti¨® que hubiera aceptado el cargo, despu¨¦s de que Ford rechazara el mismo. Lo cierto es que todo un vals de reuniones y entrevistas entre los responsables republicanos precedi¨® el nombramiento de Bush.

Todos los comentaristas coinciden en el acierto, desde el punto de vista republicano, de escoger a Bush como vicepresidente. Su personalidad de tecn¨®crata y diplom¨¢tico ?reequilibra? el lado de ?inconsistencia? pol¨ªtica, del que se acusa muchas veces a Ronald Reagan. Bush es el hombre que aporta confianza no s¨®lo a los sectores financieros -clave para toda reactivaci¨®n econ¨®mica-, sino tambi¨¦n a las clases populares, que acusan de la disminuci¨®n del nivel de vida a la Administraci¨®n Carter, pueden votar por la coalici¨®n presidencial Reagan-Bush, en noviembre pr¨®ximo.

En pol¨ªtica exterior, Bush puede ?mezclar? econom¨ªa y negocios, gracias a sus relaciones como ex miembro de la comisi¨®n ?trilateral?, organismo que coordina las estrategias de Estados Unidos, Europa occidental y Jap¨®n al m¨¢s alto nivel, por encima de Gobiernos y condicionantes pol¨ªticos, as¨ª como por sus pasados cargos de embajador de Estados Unidos en la ONU y primer embajador en Pek¨ªn, durante la Administraci¨®n Nixon, y como ex director de la CIA.