Aza?a y Aranguren.
No me extra?a que a Aranguren le parezca Aza?a ?un intelectual de segundo orden? en su art¨ªculo ??Hay lugar para los intelectuales en la pol¨ªtica??, en EL PA?S del 18 de julio. Yo, como admirador del autor de Plumas y palabras, temer¨ªa que lo bendijese. Sobre todo, viendo el brillo cegador de su juicio, sancionando que s¨®lo tiene salvaci¨®n en la pol¨ªtica el intelectual ?que, casi an¨®nimamente, lucha desde la base?. Ya nos contar¨¢ qu¨¦ clase de lucha antipol¨ªtica o metapol¨ªtica es esa ?de base? para que sus efectos no sean pol¨ªticos, es decir, terribles para el intelectual, aunque supongo que alguna explicaci¨®n habr¨¢ dentro de ese -batido te¨®rico demagogo-franciscano que nos sirven tantos predicadores fascinados por el Poder-Sat¨¢n.Si Femando de los R¨ªos era una ?gran personalidad intelectual? y si Ignacio Sotelo es ?un genuino intelectual?, cuya entrada en la pol¨ªtica le parece ?un experimento apasionante?, yo no s¨¦ qu¨¦ adjetivo deber¨ªa reservar Aranguren para Aza?a. Porque si la ficci¨®n, siempre materia opinable, no le gusta, le resultar¨¢ m¨¢s dif¨ªcil desestimar los trabajos hist¨®ricos y cr¨ªticos, que unen a su esfuerzo estil¨ªstico una profundidad nada com¨²n. ?Podr¨ªa Aranguren, de paso, citarnos algunas ?memorias? de valor hist¨®rico y literario comparables a las de Aza?a en lo que va de siglo? ?Y media docena de oradores cuyos discursos podamos hoy leer y comparar sin rubor con los suyos?
La capacidad de Aranguren para establecer el rango intelectual de Aza?a cabe, ponerla al nivel de su rigor hist¨®rico, cuando dice que Aza?a "sirvi¨® de prenda y cauci¨®n republicana al triunfo del partido socialista, que no deseaba". Veamos: en 1931, que s¨ª gan¨® el PSOE, Aza?a, pol¨ªticamente, a¨²n no era nadie, y a nadie pod¨ªa servir de prenda ni cauci¨®n. En 1933 no triunf¨® precisamente el PSOE. En 1936, Aza?a, tras su inicua prisi¨®n, si que era ya un l¨ªder indiscutible, y gracias a ¨¦l, en esto concuerdan casi todos, gan¨® el Frente Popular. Pero ?por qu¨¦ figur¨® en ¨¦l Aza?a? Pues porque, como siempre, pensaba, en un bloque de poder y Gobierno, republicano-socialista. Hasta cuando derribaron a Alcal¨¢ Zamora y ¨¦l lo sustituy¨® como presidente, busc¨® por todos los medios tener a Indalecio Prieto de jefe de Gobierno. No era otra la idea que abrigaban ambos en 1936, antes de la guerra y despu¨¦s. Claro que el PSOE de Prieto y Besteiro no era el de Largo Caballero, pero tampoco al rev¨¦s. La hegemon¨ªa caballerista no puede identificarse con el so cialismo espa?ol. Y la figura de Aza?a, como reh¨¦n del poder republicano en la guerra, es discutible. Ni el PSOE tuvo sustancialmente el poder ni Aza?a fue reh¨¦n contra su voluntad. En, fin, que si los juicios de Aranguren no mejo an en el orden hist¨®rico, a¨²n le haremos menos caso a sus ¨®rdenes del valor intelectual./
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