Dificil opci¨®n para Estados Unidos
Mucho antes de que se hiciera p¨²blico el affaire Billy Carter, un grann¨²mero de norteamericanos estaban preocupados sobre la opci¨®n que tendr¨¢n que tomar el pr¨®ximo noviembre. No puede negarse que gran n¨²mero de votantes no quieren ver en la Casa Blanca, para el pr¨®ximo per¨ªodo presidencial, ni a Carter ni a Reagan. Aqu¨ª reside la raz¨®n del ¨¦xito mostrado por los sondeos electorales ¨²ltimamQnte publicados de John Anderson, pese a las tradicionales reticencias de un tercer candidato en liza. ( ... )
Si el presidente Carter hubiera tenido m¨¢s popularidad y si su gesti¨®n hubiera sido m¨¢s efectiva, los enredos de sif hermano no le hubieran afectado tanto en la reelecci¨®n para la presidencia. Incluso Carter hubiera podido utilizar el argumento de que el hecho de que Billy Carter actuara de intermediario entre el Gobierno libio y Estados Unidos como forma de encontrar una soluci¨®n en la crisis de los rehenes para conseguir el apoyo del Gobierno de Gadafi en la liberaci¨®n de ¨¦stos era una muestra de que Carter no dejaba ninguna posibilidad fuera para la soluci¨®n de dicha crisis. ( ... )
Indudablemente, de aqu¨ª a noviembre pueden ocurrir muchas cosas. Una soluci¨®n en la crisis de los rehenes podr¨ªa, de una f¨®rma u otra, ejercer una poderosa influencia. ( ... )
Sin embargo, Reagan lleva actualmente el liderazgo de un partido unido; a los republicanos moderados se les ha ofrecido, y ¨¦stos as¨ª lo han aceptado, el ramo de olivo: pero en una Norteam¨¦rica en que el conservadurismo pol¨ªtico se incremente d¨ªa a d¨ªa, Reagan puede oler el aroma de la victoria. ( ... )
Por otra parte, en Europa se palpa un gran desconcierto, ya que se piensa que los norteamericanos tendr¨¢n que elegir entre dos figuras mediocres. La reelecci¨®n de Carter y la llegada de Reagan a la Casa -Blanca se temen por igual.
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