Disciplina monetaria, exportaci¨®n y reducci¨®n de impuestos, programa econ¨®mico de Ronald Reagan
Por vez primera desde hace once meses, los indicadores de la econom¨ªa estadounidense se apuntaron hacia un ligero crecimiento del 2,5% en el curso del pasado mes de junio. ?Es el fin del t¨²nel de la recesi¨®n econ¨®mica? Los economistas son prudentes, toda vez que el leve crecimiento se acompa?¨® de una subida del ¨ªndice de inflaci¨®n, que prev¨¦ hacia un 12,4% para el a?o en curso en EE UU. El desempleo superar¨¢ el 8% y la preocupaci¨®n por la crisis econ¨®mica es cada vez m¨¢s generalizada en este a?o electoral.
Estas circunstancias pueden ser, incluso, la clave para una victoria del equipo republicano formado por Ronald Reagan y George Bush. Sobre todo si se mantienen los pron¨®sticos de las ¨²ltimas encuestas de opini¨®n, cuyo porcentaje es abrumador para la Administraci¨®n actual del presidente Jimmy Carter: 83% de personas entrevistadas por el equipo de sondeos Louis Harris consideran que es ?negativa? la gesti¨®n econ¨®mica del equipo Carter, y s¨®lo el 11% la apoya. Son los ¨ªndices m¨¢s bajos de popularidad en la reciente historia de los presidentes norteamericanos.Ante tal panorama, cabe preguntarse sobre cu¨¢l ser¨¢ el plan republicano en el terreno econ¨®mico, si Reagan-Bush triunfan en la elecci¨®n presidencial del pr¨®ximo 4 de noviembre. Las l¨ªneas generales del programa de la convenci¨®n republicana, celebrada en Detroit entre el 14 y el 17 de julio, junto con las opiniones de expertos econ¨®micos del equipo republicano, apuntan que habr¨¢ prioridad en la lucha contra la inflaci¨®n, protecci¨®n del mercado interior norteamericano, est¨ªmulo de las exportaciones y vuelta a una disciplina monetaria, con refuerzo del d¨®lar e, incluso, intento de regreso al patr¨®n-oro.
Los republicanos imputan ?el declive general de la prosperidad norteamericana? a una falta de coordinaci¨®n entre la pol¨ªtica econ¨®mica internacional de Jimmy Carter y su pol¨ªtica de defensa.
Como prioridad para remontar la pendiente, los reaganistas proponen devolver al d¨®lar su plaza de liderazgo en el seno del mundo de las divisas, lo que permitir¨ªa reforzar las inversiones y aumentar los intercambios a nivel internacional, seg¨²n los republicanos.
Los republicanos justifican esta estrategia de ?repliegue? general con argumentos objetivos, como la riqueza de EE UU en materias primas. El consumo interior en energ¨ªa se autoabastece en un 50% gracias al petr¨®leo del golfo de M¨¦xico y los ricos yacimientos de Alaska. En materias primas, EE UU s¨®lo necesita importar veintid¨®s de las 75 consideradas como ?vitales? para una econom¨ªa industrial moderna. La activaci¨®n del desarrollo de la energ¨ªa nuclear, previas garant¨ªas de seguridad, es otra fuente de riqueza para EE UU. La explotaci¨®n de los fondos marinos aportar¨¢ tambi¨¦n nuevas fuentes de petr¨®leo, seg¨²n los republicanos. El petr¨®leo del golfo P¨¦rsico ser¨¢ ?defendido? correctamente gracias al refuerzo del potencial de EE UU con una Administraci¨®n republicana.
La presidencia de Ronald Reagan promete a los consumidores una reducci¨®n del 30% en los impuestos, en el plazo de tres a?os, necesaria para estimular el consumo y generar puestos de trabajo. Se trata, sin duda, de un argumento al que el elector del 4 de noviembre puede ser muy sensible, en un momento de subida constante del precio de los alimentos, gasolina, autom¨®viles y vivienda en Estados Unidos.
Naturalmente, es probable que Reagan no tenga dinero para todo, si reduce los impuestos, y de alguna forma habr¨¢ que compensar el incremento del gasto de la defensa con esa reducci¨®n de la presi¨®n fiscal. No se habla de qui¨¦n peligra con pagar los platos rotos, en una sociedad que no se caracteriza precisamente por contar con una asistencia social mod¨¦lica y donde el sector m¨¦dico est¨¢ completamente privatizado.
William Simon, uno de los art¨ªfices de la pol¨ªtica econ¨®mica de EE UU en anteriores administraciones republicanas, record¨® los datos reales que caracterizan hoy el naufragio de la econom¨ªa norteamericana. Desde hace cuatro a?os, con Carter en la presidencia, la deuda nacional aument¨® de uno a tres; EE UU conoce el peor ¨ªndice de inflaci¨®n de toda su historia; los m¨¢s elevados ¨ªndices de inter¨¦s bancario desde la guerra civil norteamericana; el nivel m¨¢s bajo de ahorro desde hace 33 a?os; el peor n¨²mero de parados desde 1929, y las m¨¢s importantes crisis estructurales para ciertos sectores, como el del autom¨®vil. Sin embargo, seg¨²n Simon, otros pa¨ªses, como la Rep¨²blica Federal de Alemania o Jap¨®n, logran atenuar los efectos de la crisis gracias a su trayectoria y disciplina. Estados Unidos tomar¨¢ de nuevo ?posesi¨®n de su destino? y, gracias al programa republicano, volver¨¢ a ser la gran potencia econ¨®mica y pol¨ªtica que era, afirm¨® Ronald Reagan en su discurso de clausura.
las reacciones sindicales al proyecto econ¨®mico republicano son reservadas, a pesar de las tensiones y del ?precio social? de la crisis que pagan los trabajadores norteamericanos con la Administraci¨®n Carter.
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