La marca del terror negro
Los investigadores que desmenuzan todos los elementos sobre la explosi¨®n de la estaci¨®n ferroviaria de Bolonia trabajan desde ayer con una sola hip¨®tesis: el atentado.Las autoridades han concedido una gran importanciaa dos comunicados de una organizaci¨®n de extrema derecha, los N¨²cleos Armados Revolucionarios (NAR), que reivindic¨® la responsabilidad de la tragedia pocas horas despu¨¦s de la explosi¨®n. Por su parte, las Brigadas Ro?as (extrema izquierda), que han sellado la mayor parte de los actos terroristas en los dos ¨²ltimos a?os, han declarado su inocencia por diversos canales. La polic¨ªa parece creer en esta falta de responsabilidad por lo ocurrido en Bolonia.
La explosi¨®n de Bolonia lleva el sello propio de lo que se inscribe en la ?continuidad de la estrategia fascista?, seg¨²n escribi¨® ayer el diario Corriere della Sera (centro- izquierda), que lo califica de matanza ciega, con la intenci¨®n de sembrar el terror.
En cada atentado, asegur¨® un observador, se busca un objetivo ?tr¨¢gico por su simplicidad?; es decir, provocar grandes explosiones en lugares p¨²blicos (estaciones, bancos, trenes, lugares sindicales), con el prop¨®sito de suscitar un estado de ¨¢nimo que, como respuesta, desencadene una espiral de violencia.
Al contrario, las Brigadas Rojas y otros grupos de extrema izquierda, como Primera L¨ªnea, practican un terrorismo dirigido contra grupos sociales: magistrados, periodistas, hombres pol¨ªticos y polic¨ªas.
Esta estrategia de la violencia brutal fue inaugurada por la organizaci¨®n de extrema derecha Vanguardia Nacional, fundada en 1959 por Stefano della Chiaie. Despu¨¦s de la posguerra inici¨® a grupos de j¨®venes en el manejo de armas y explosivos. Sus militantes y los de Orden Nuevo se destacan en la Universidad de Roma por sus continuos actos violentos.
En el norte industrial, la extrema derecha, en los a?os setenta, destaca por sus actividades entre terroristas y criminales, como el tr¨¢fico de armas, drogas y secuestros, permitiendo al llamado Movimiento de Acci¨®n Revolucionario (MAR), fundado por Carlo Fumagalli y a los Equipos de Asalto Mussolini (SAM) financiarse. De 1970 a 1972, el MAR cometi¨® una decena de atentados contra ferrocarriles, con la esperanza de instaurar un r¨¦gimen fuerte.
Asimismo, la extrema derecha intentar¨ªa en dos ocasiones el golpe anticonstitucional. El 7 de diciembre de 1970 ocurri¨® el episodio tragic¨®mico del pr¨ªncipe Valerio Borghese, y tres a?os despu¨¦s varios oficiales del Ej¨¦rcito eran arrestados en Genes y Spezia. Las fuerzas democr¨¢ticas tardaron cuatro a?os en sepultar las maquinaciones de las denominadas ?tramas negras?, esforzadas en llevar al poder a los antiguos compa?eros de Mussolini.
En 1976 aparecieron los NAR, una generaci¨®n de j¨®venes extremistas desconocidos por la polic¨ªa antiterrorista italiana. Fundados por Franco Anselmi, dirigieron sus primeros golpes contra el partido comunista.
?El terrorismo rojo es importante, pero no cometarrios el error de subestimar al de extrerna derecha?, dijo el juez Mario Amato, asesinado por los NAR el pasado mes de junio en Roma.
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