Bolonia: el terrorismo m¨¢s ciego
El terrorismo estableci¨® el s¨¢bado pasado, en Italia, un nuevo y sangriento r¨¦cord, con la despiadada masacre de la estaci¨®n de ferrocarriles de Bolonia, donde murieron 84 personas y otras m¨¢s resultaron heridas, en un atentado que, seg¨²n diversos indicios muy fiables, fue obra de una organizaci¨®n de extrema derecha.( ... ) Lo que es aterradoramente curioso -y en esto s¨ª importa destacar que los presuntos autores de la masacre de Bolonia ten¨ªan su coartada ideol¨®gica en unos planteamientos fascistas o parafascistas- es la coincidencia de objetivos entre las dos cabezas de la hidra que constituye el terrorismo italiano.
Los terroristas -sea cual sea su credo; la utilizaci¨®n del ?terror? debe anteponerse a cualquier relleno ideol¨®gico- no consideran nunca la posibilidad de acercarse a la din¨¢mica social, comprenderla y transformarla. Antes, al contrario, utilizan precisamente los ¨²nicos recursos con que cuentan -la violencia, la sorpresa, la crueldad y el secreto- para hacer que la sociedad se sumerja en un caos que la haga m¨¢s pr¨®xima a sus planteamientos extremos. Nada m¨¢s desfavorable para la mente terrorista que la convivencia normal de una sociedad democr¨¢tica, donde los conflictos se resuelven con el compromiso. Nada m¨¢s favorable para los estrategas de la bomba o la metralleta que una sociedad angustiada, crispada e ingobernable, donde las tensiones sociales se conviertan, en ?causas de guerra civil?.
Tanto las Brigadas Rojas (extrema izquierda) como los N¨²cleos Armados Revolucionarios (de extrema derecha, pese a su incoherente nombre) sue?an con una Italia rota, en la que la ley de la jungla sustituya a las leyes votadas por los ciudadanos. En ese pa¨ªs de pesadilla, que buscan obtener con sus acciones los terroristas de uno y otro signo, creen que todo ser¨¢ m¨¢s favorable, que podr¨¢ acceder m¨¢s c¨®modamente a la utop¨ªa revolucionaria o al oscurantismo medieval del fascismo, seg¨²n los gustos de cada cual. Por supuesto, ese esquema mental digno de un demente no es patrimonio exclusivo de los terroristas italianos.
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